Capítulo//47

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Una semana había transcurrido desde la desaparición de Amanda, tenían a los mejores agentes buscándola y aún así, no encontraron nada. Zayn se mantuvo encerrado en la casa durante una semana, sin salir, llorando por ella. Se sentía un inútil sin poder hacer nada, se sentía vacío sin ella, estaba tan agotado, tan debil, que deseaban poder ver y coger la fuerza para buscarla.

Zayn abrió sus ojos, después de haber estado en vela, durante muchos días. Llegó un punto, en el que ya no podía más y tenía que dormir.
Cuando abrió sus ojos, visualizó la claridad. Veía borroso, pero era una avance. Miraba por todo los lados, intentaba acostumbrar a la vista, la claridad. Se levantó de la cama y empezó a caminar con cuidado, intentando llegar a la puerta. Abrió y su madre estaba justo ahí.

Cuando notó que Zayn la miraba a los ojos, ella se llevó las manos a la boca, su hijo, había recuperado la vista.

—Mi niño, estás viendo. — dijo la mujer con ojos brillosos. —¡Dios mío!

—Aun no del todo, pero veo algo. — respondió con una sonrisa, la mujer le abrazó con fuerza.

—Hay que decirles a todos, nos vendría bien una buena noticia. — este asintió.

—Primero voy a ver a mi pequeña, ya que no he podido verla ni estar con ella.

—Claro, está en mi habitación. — Zayn la dio un beso y fue a ver su hija.

Zayn abrió la puerta, desde esa distancia vio a su pequeña con sus ojos abiertos y mirando hacia arriba. Con una sonrisa, se acercó a ella y la empezó acariciar su mejilla. La niña miró y le sonrió, mostrando esas encías.

—Hola, mi amor. — habló a su hija. —¿Como esta la niña, más bonita de la casa? — la niña sonreía.

Zayn la cogió en brazos, daba gracias a Dios por ver, no veía muy bien, pero si lo suficiente para caminar solo. Salió de la habitación, con su hija en sus brazos. Bajo las escaleras y todos que estaban ahí, se habían quedado petrificado. Cuando vieron a Zayn venir solo y con su hija, todos se miraban estaban muy felices de que Zayn recuperará la vista.
Ya lo había dicho el médico, Zayn puede recuperar la vista, en días o semanas. Qué podía durar incluso meses, pero iba dependiendo del paciente y de cómo estaba su cerebro. Todos se acercaron a él, para abrazarlo.

—Por Allah, estás viendo. — dijo Amir. —No sabes cuánto me alegro, Zayn.

—Gracias, la verdad que yo tampoco me lo estaba. — respondió. —Pero estoy mejorando.

—Y no sabes la alegría que nos das. — dijo su padre, para después abrazarlo.

—Ahora que he recuperado la vista, voy a buscar a mi mujer. Necesito encontrarla, padre y nadie me va a detener. — exclamó y ellos asintieron.

—Lo entendemos, hemos puesto a los mejores, pero no han encontrado nada. — dijo Murak. —Pero no descansaremos hasta encontrarla.

—Gracias por estar aquí y apoyándome. — ellos negaron.

—Somos familia, Zayn y siempre nos apoyaremos. — Zayn asintió.


Por otra parte, Amanda se encontraba sentada en el suelo en un rincón de ese sótano. El olor a alcantarilla, a humedad, entraban por sus fosas nasales. Tenía ganas de vomitar del olor, pero tenía que aguantarlo.  Llevaba una semana en ese lugar, no sabía dónde se encontraba. Pero deseaba volver a casa, con su marido y su hija. Su pequeña, que seguramente la extrañaría con ella a su hija. Su marido, que estaría pasando lo más ruin.

Amanda no había comido desde hace una semana, tenía hambre, deseaba comer y beber. Le ponían Agua, Pero una vez al día. Lloraba abrazada a ella misma, pensado en su familia.

Aquella puerta, fue abierta, Amanda miró. Encendieron la luz y ella cerró sus ojos, la claridad le molestaba y no pudo evitar cerrarlos.
Escuchó unos zapatos caminar hasta ella, Amanda miró y se encontró con el rostro de Miliana. Amanda no supo quien la había secuestrado, hasta ahora.



—Hola, puta. — habló Miliana con una sonrisa. —¿Qué tal estás?


—¡Estas loca, completamente loca! — respondió ella. —¿Crees que Zayn va a volver contigo? No me hagas reír, Miliana. Cuando él se entere que tú eres la responsable de mi secuestro, te mandara a prisión. — reía.


—¿Crees que eso me importa? No, no me importa. Si él no es mío, tampoco lo es para ti. — exclamó. —Zayn será mío, como lo era antes. Nadie nos va a separar, nunca sabrá la verdad.


—No tomes a Zayn por tonto, Miliana. Ese hombre, es muy listo y no se la vas a colar. — dijo ella. —Ademas, Zayn sospecha de ti, siempre lo hizo. Hay que ser tonta del culo, para dale una advertencia como el día de nuestro compromiso. — Amanda reía. —Él jamás te amará, nunca lo hará.


—¡Cállate! Haré que Zayn me ame. — sonreía como una loca. —Tendremos muchos hijos, seré princesa y tendré mucho poder.

—Me parece bien, soñar es gratis. — se mofó —Eres tan poca cosa para él, tan puta.

Miliana la dio un bofetón, se aprovechaba de su debilidad, de no tener fuerzas por no comer.
Amanda se levantó y la enfrentó dándole una patada, sacando  fuerzas de donde ya no tenía. Amanda no se dejaba pisotear, ni humillar. Por muy débil que estuviese, sacaría sus agallas.

—¡Maldita puta! — exclamó Miliana acercándose a ella y dándole una descarga eléctrica.

Eso provocó que Amanda cayera al suelo desmayada, esa descarga, fue muy fuerte.

—Ojala te mueras, puta. — escupió y salió de allí.

Dejó Amanda inconsciente en el suelo, sin importarle su vida. Si ella moría, Zayn volvería a ser suyo. Jamás se apartaría de él, nunca.
Pero antes tenía que acabar con ella, para que nadie se interpusiera en medio.

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Hola, bellas. Aquí os dejo otro capítulo. Espero que os guste..

Estamos llegando a su final.

Besos desde España

Un Bebé Para El Príncipe 1° (Saga Realeza) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora