Capítulo//19

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Los días, pasaban muy rápido. Amanda se había hecho a estar en Arabia, se sentía cómoda y querida por su nueva familia. Había aprendido mucho sobre la realeza, cómo comportarse en la mesa, como comer, como caminar. Con su suegra, había hecho migas, se podría decir que eran mucho más que suegra y nuera.

Con Zayn iba avanzando, se estaba enamorando de él. Pero imposible no hacerlo, porque era atento, cariñoso, noble. Tenía la capacidad de enamorarte, solo por unos abrazos, te daba tanto atención, que ella no podía estar sin un beso suyo o abrazo, de buenos días.

También había descubierto, que por respeto, no podía tener muestras de amor explícitas delante de la gente. Es decir, no podía besarse en los labios delante de la familia o conocidos. Zayn delante de la familia, se despedía con un beso en la mejilla. Delante la abrazaba o la mimaba, pero los besos no se podían permitir en público.

Estaban a un día del baile, a un día de ser presentada como princesa y futura reina.
Estaba muy nerviosa, ahora mismo necesitaba un abrazo de su abuela, un consejo, la necesitaba a ella con urgencia.

Salio de la habitación, con un vestido largo hasta los pies y unos zapatos de aguja. Si pelo suelto y hondulado, con un maquillaje elegante y sutil.
Bajo las escaleras y se encontró con sus suegros, ella con una sonrisa, caminó hasta ellos.

—Buenos días. — saludó amable, llamando la atención del matrimonio. —¿Cómo han amanecido?

—Buenos días, hija. — dijo su suegro. —Nosotro hemos dormido de maravilla, ¿Y tú?

—Bien, la verdad que la cama es súper cómoda. Ayer estaba tan agotada, que acabé rendida. — se sentó, de forma elegante como su suegra la había enseñado.

—Ayer fue un día completo, fue un día sin parar. — Amanda, asintió. —Menos mal que todo ya está organizado y terminado.

—Si, gracias por todo lo que han hecho por mí. — ellos, la miraron y negaron.

—No, hija. Eres parte de la familia, entre nosotros nos ayudamos y queremos. — dijo la mujer. —No agradezcas nada, que siempre estaremos aquí.

—Buenos días, princesa. — Amanda se había descolocado, por como la llamó el mayordomo real. —¿Desea desayunar algo especial?

—Buenos días...

—Angus, princesa. — el hombre sonrió.

—Perdona, es que aún me cuesta aprenderme los nombre y soy malísima en memorizarlos.— se disculpó.

—No se preocupe, princesa. No me molesta, yo la puedo ayudar en cualquier duda que necesite. — el hombre era muy amable, siempre sonreía.

—Gracias, Angus. — el hombre asintió. —Me gustaría mucho, comer tortitas, si puede ser.

—Por supuesto, princesa.

—Gracias. — el hombre se alejó.

Los sirvientes, eran muy alegres. Siempre con una sonrisa y te ayudaban cuando tenías algún problema con la casa, Amanda era muy torpe en memorizar los nombres de las personas. Pero en nombre de Zayn, fue el que más se grabó en su vida y muy grabado, ya que sería su esposo.

—¿Zayn donde está? ¿Ya se fue? — preguntó por su amado..

—Esta en el despacho, ahora vendrá a desayunar. — respondió él.

—¿Puedo ir a verle?

—Claro, no tienes que pedir permiso. — ella asintió y fue directamente al despacho, sin perder tiempo.

Cuando se acercó a la puerta, escuchó dos voces y eran de hombres. Ella iba a llamar, pero cuando escuchó su nombre, prefirió saber más.

—Hassan, ¿Qué tienes encontra de Amanda? — preguntó y se podía notar su voz sería. —Ella no te ha hecho nada, ella es así. Directa, noble, sonriente.

—Señor, después de todas esas mujeres que ha tenido, todas han ido a por su dinero, no quiero que le pase como al duque. — Zayn negó.

—Puedes estar seguro que Amanda lo que menos necesita es dinero y si así fuera, ya estoy yo para darle todo lo que necesite. Es mi futura esposa y madre de mi hijo, Hassan conócela y verás, que Amanda Será todo lo que quieras, menos cazafortunas. — Hassan no era malo, pero quería a Zayn como un hermano. Después de las experiencias vividas, no quería que él, pasará lo mismo.

Amanda tenía un plan, hablan con Hassan y que se conocerán aún más.

Llamó y escucho un pase, Amanda abrió y encontro a Zayn en el sofá con unos papeles y Hassan en una de las sillas. Entró y cerró la puerta.

—Buenos días, Hassan. — saludó a este con una sonrisa.

—Princesa. — hizo una pequeña reverencia y salió de allí.

Ya se notaba que Hassan era muy seco con ella, su desconfianza era muy difícil de tirarla. Pero ella iba hacer que viera que dinero es lo que menos necesitaba.

—Buenos días, amor. — se acercó a él y lo besó en los labios, Zayn alargó el beso, era imposible dejarla.

—Buenos días, habibi. — ella se sentó en sus piernas. —¿Cómo has dormido?

—De lujo, como un bebé. — Zayn sonrió.

—Me alegro, yo llegué súper tarde, Amir me llamó borracho y tuve que llevarle a su casa. — ella le miró, pero no pronunció palabra, no conocía Amir para decir algo. —Esa mujer lo ha embrujado de tal manera, que lo ha dejado hecho mierda.

—Deberia salir adelante, no puede sufrir por una mujer que no le valoró. Cómo dice el dicho: "peces hay muchos en el mar." — él asintió.

—Es difícil olvidar una traición y más cuando la amas. — Amanda arrugó su ceño.

—¿Tu te has enamorado? — preguntó con curiosidad.

—No, nunca me he enamorado, pero si me he llevado decepciones. — admitió. —Pero ahora sé, que no me he equivocado, porque eres la princesa perfecta y la madre perfecta. — la miró y Amanda le sonrió. —Tu eres perfecta. — Amanda le besó.

—Tu eres perfecto, para mí lo eres. Nunca me he fijado en un hombre, siempre pasé de ellos y de pronto, apareces tú. — Zayn la besó.

Ambos estaban muy emocionados por su relación, por su compromiso. Ambos estaban igual de nerviosos y emocionados. Se estaban enamorando como dos niños, pero está vez iban a estar unidos siempre.

—Zayn, me gustaría que mi abuela estuviese aquí mañana para la gala. — este asintió. —La echo de menos y quiero que esté aquí, no sé si puedo invitarla.

—Amanda, no sé si te lo he dicho, pero aquí das las mismas órdenes que yo y mis padres. Así que no tienes porque pedir permiso, llama a tu abuela y envía el jet privado a recogerla. — exclamó. —Te daré todo los contactos que tengo para que tú misma lo hagas.

—De acuerdo. — la besó. —Te quiero, Zayn.

Él la miró con sus ojos brillosos y ella bajo la mirada por vergüenza.

—Yo también te quiero, Amanda. — entonces ella, le miró emocionada, porque era correspondida.

Iban a besarse, pero el rey apareció, Amanda se levantó del regazo de su prometido y se disculpó.

Amanda, estaba siendo feliz, juntos un hombre árabe, llamado Zayn.

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Hola, nena. Aquí tenéis otro capítulo de Zayn y Amanda, espero que os guste.

Decidme, ¿Os gusta como va su proceso?  Os leo.

Besos desde España, nos leemos pronto.

Un Bebé Para El Príncipe 1° (Saga Realeza) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora