Capítulo//49

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Amanda estaba siendo atendida, mientras Zayn esperaba en la sala de espera. Tenía sus manos llenas de sangre por Amanda, tenía sus ojos rojos de las lagrimas.
Tenía sus codos apoyados en sus piernas y la mirada en el suelo.
Las palabras de Miliana, estaban en su cabeza. Amanda estaba otra vez embarazada, tenía una criatura en su vientre.
Pero tras la apuñalada y los impactos con los escalones de las escalera, no sabría si el bebé, había sobrevivido. Esperaba que si, que Allah, le otorgara a tener a esa criatura que no tenía culpa de nada, que era inocente en la locura de aquella mujer.

También cometió, el pecado más duro. Había matado a una persona, pero tenía que hacerlo. Amanda iba a ser asesinada por ella y tenía que evitarlo, Allah comprendía a las personas y sabía que él estaba a Punto de perderlo todo.

—Principe. — Zayn levantó la cabeza y se encontró con el doctor que atendía a Amanda.

—¿Como están ellos? — preguntó levantándose.

—Pudimos saturar la herida, le hemos puesto suero porque estaba desnutrida. Tiene también una esguince cervical, tras la caída y algunos hematomas. — él asintió. —Ella está bien, se va a poner bien. Por otra parte el bebé está bien, no me diga cómo, porque hasta nosotros estamos sorprendidos. La apuñalada no llego al bebé, gracias Allah. — Zayn sonrió de alegría, llevando sus manos a la cara. —Supo esconderse muy bien en todo el proceso del secuestro.

—Gracias, doctor. ¿Puedo verla? — preguntó.

—Cinco minutos, está dormida y queremos que descanse. — Zayn asintió.

Zayn caminó hasta donde estaba su mujer, que se hallaba en observación. La vio con sus ojos cerrados y boca arriba. Tenía una máquina a su lado, controlando sus signos vitales. Zayn se acercó a ella y la cogió de la mano, la acariciaba con las yemas de sus dedos.

—Siempre voy a estar a tu lado, cometí un pecado muy grande, Nena. No me arrepiento, pero no sé si Allah me castigará. Pero tenía tanto miedo de perderte, que no lo pensé. Solo actúe antes de que ella apretara en gatillo, iba a matarte y a nuestro hijo. — la  susurró. —No sé si sabía que estabas embarazada, pero es un bebé muy fuerte. Se pudo salvar de todo, se supo esconder. — sonrió con lágrimas. —Me hace muy feliz saber que Alba tendrá un hermanito, con quién jugar cuando sean mayores. Ábreme los ojos, mírame, porque te he extrañado muchísimo, Habibi.

—Yo también te he extrañado, amor. — la voz agotada de Amanda, le hizo callar y mirarla. Ella empezó abrir sus ojos con poco a poco, hasta que el rostro de su marido, lo visualizó. —Estoy en el cielo. — él sonrió.

—No, estás conmigo. — la besó en los labios. —Estas junto a mí.

—No era un sueño, me puedes ver. — Zayn mordió su labio y asintió. —No sabes lo feliz que me hace, mi vida. Saber que te has recuperado.

—Si, pero ahora te tienes que recuperar tu, porque ya no estás tú sola. — Amanda asintió.

—Si, mi Alba estará echándome de menos como yo ella. ¿Como está mi princesa? — Zayn acarició su mejilla, entonces ella no sabía nada.

—Si, ella esta de maravilla, mejor que nosotros. — ambos sonrieron. —Pero, tengo que comentarte algo. — ella asintió. —Parece ser, que cuando estabas secuestra. Esa loca lo supo antes que nadie y no sé porque.  Pero mi amor, estamos esperando otro bebé. — ella abrió sus ojos con asombro.

—¿Embarazada? ¿El bebé está bien? ¿No le pasó nada, verdad? — preguntó asustada tocándose el vientre.

—El bebé está bien, tranquila. Supo esconderse, no sabemos cómo, pero lo hizo. — ella cerró sus ojos aliviada y Zayn la dio un beso en la frente.

—¿Cómo lo supo ella, si no lo sabía ni yo? — preguntó confundida.

—No lo sé, pero ella me lo dijo antes de morir. — ella le miró sorprendida. —Tuve que matarla, Habibi. Era ella o tú, asi que no lo pensé.

Amanda le dio un beso en los labios, sabía que para él, era duro haber matado a un ser un humano. Aunque ella no se podría llamar humana como tal. Pero le conocía, sabía que se sentía culpable, que se sentía mal por haber hecho aquello. Pero iba animarlo, a estar con él en todo momento.

Lo besaba, Zayn correspondía al beso encantado. Había echado de menos esos labios, esos besos, ese rostro. Ahora los devoraba con pasión y anhelo.

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Habían pasado una semana y por fin a la joven le habían dado el alta, de dirigía a la casa con mucha ganas de ver a su pequeña. Zayn iba con ella en la parte de atrás del coche, cogidos en la mano.

Cuando llegaron, Amanda vio a su hija y con una sonrisa, fue hacia ella. No tardó en cogerla en brazos y llenarla de besos y abrazos.

—Mi princesa, no sabes cómo te he extrañado. Tenía unas ganas enormes de verte y estar contigo, papá y tú habéis sido mi fuerza para seguir adelante. — la lleno de besos. —Gracias, por cuidarla.


—No me las des, cariño. Tú estaba en recuperación y tenías que regresar sana y fuerte. — ella asintió. —Ella también te ha echado de menos, no sabes las ganas que tenía de ver mamá.

—Si, como mamá que tenía ganas de achucharte. — la abrazaba con una sonrisa.

—Vamos a la cama, Habibi. Tienes que estar en reposo unos días más. — ella asintió.

Amanda se despidió de sus suegros y subió las escaleras con su hija en brazos, ya no se iba a separar de ella. Entraron en la habitación y Amanda dejó a la niña en la cuna, la observó unos segundos hasta que sintió que Zayn se ponía detrás de ella y la abrazó.

—Ahora si puedo decir que tengo una familia, mi mujer y mi hija y como no, otro en camino. — ella sonrió a las palabras de su marido. Ella se giró y lo abrazó por el cuello.

—Tu eres mi familia Zayn, somos tu famila. Hemos pasado por mucho, pero hemos sabido solucionarlo y estar unidos. — lo besó. —Te amo, amor.

—Y yo a ti Habibi.

Ellos habían pasado por mucho, han vivido, amenazas, accidente, secuestros. Pero han sabido resolverlo y seguir adelante unidos,  nadie los había separado. Aunque tenían su familia hecha, aún extrañaban la presencia de doña Alba.


Fin...

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Hola, bellas. Aquí tenéis otro capítulo, mañana subo el epílogo. Hoy estado muy liada y no he podido hacer nada.

Así que si pido disculpas.

Besos desde España, nos leemos pronto

Un Bebé Para El Príncipe 1° (Saga Realeza) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora