—Ya está, preciosa como siempre. Ve a dormir.
Suma sonrió cuando su alfa terminó de vestirla. Con sueño se encaminó a la cama, donde Makio ya dormía e Hinatsuru estaba ya en algo parecido, con sus ojos en constante y lento movimiento y con la lengua algo trabada. Zenitsu esperaba. A él también le habían obligado a que el alfa les vistiera antes de dormir como si fuese padre suyo. Alzó sus brazos, notando su seriedad. Así permaneció Uzui, en silencio y sin mirarlo a los ojos. El rubio quizás pensó que la razón había sido Nezuko. Sabía que el alfa tenía conocimiento ya del aroma de la bufanda y seguro que lo recordó justo al poder olerla. El hombre le colocó el camisón que siempre usaba.
—Ve a dormir.
Se separó de él para seguir de largo. Zenitsu le miró y acarició su vientre. El alfa comenzó a quitarse las pesadas telas que acostumbraba a usar y se quedó sólo con un pantalón bastante liviano y fresco. Al darse la vuelta, se quitó la goma que tenía en sus hebras, percatándose de que el rubio le miraba. El pequeño dio unas palmadas al lado suyo para decirle de esa silenciosa manera que fuese con él, hacia su lado. El alfa quiso hacerse de rogar, pero sus ojos miel y la forma tan linda en como le miraba le hicieron sentirse querido. Se acercó a su lado para sentarse cerca suyo. La luz de la Luna entraba por una ventana que había a su izquierda.
Zenitsu le observó y puso sus pequeñas manos en su rostro al levantarse.
—Uzui, eres mi alfa —susurró, con una sonrisa—. Nezuko, sí es mi amada, pero... ella ya sabe que no tiene forma en cómo sacarme de aquí y yo tampoco la encuentro.
Uzui apartó la mirada.
—Pero te gusta. Le gustas.
—No lo puedo evitar —murmuró y volvió a agarrar su cara. No quería que se descontrolase. Acercó su cara a la ajena para contemplar sus ojos granate—. No seas tan desconfiado de ti, ¿no crees que eres suficiente?
El alfa negó.
—No lo soy.
—Sí, sí lo eres —le contradijo algo enojado. Uzui parecía más vulnerable y sensible de lo normal. La forma en como le miraba con tristeza, como si no fuese su pareja, como si no valiera nada—. Eres un alfa especial, yo te quiero.
—No me amas, a ella sí. Con ella sólo bastó que la miraras para que pudiera darme cuenta que le diste una sonrisa que nunca me has dado. Nunca he visto que tus ojos brillen con alguno de nosotros, nunca he sentido que... que quisieras...
Uzui bajó sus ojos y apretó su mandíbula. Zenitsu volvió a reforzar su agarre en el rostro.
—Uzui, tienes que darme tiempo. Nezuko ha sido mi amor desde que tengo conciencia. Siempre estábamos juntos e incluso, habíamos imaginado nuestro futuro unidos. Es imposible dejarla de amar en tan poco tiempo.
—Entiendo.
—No, no parece que me entiendas, Uzui. No quiero que pienses en esas cosas. A pesar de todo, con quien estoy al final del día es contigo.
—Claro, porque te marqué sino no hubieses estado. No te gusto, lo entiendo. No te conozco, no sé nada de ti, no sé lo que te gusta, ni siquiera de dónde vienes.
Zenitsu soltó su rostro para tomar asiento a su lado y de forma sencilla le indicó que se acostase con cerca de su cuerpo. Uzui lo hizo y tomó de su cintura para ponerse cómodo.
—Me llamo Zenitsu Agatsuma, tengo diecinueve años y tengo un hermanastro, Kaigaku. Mis padres murieron hace unos cuantos años así que me enviaron con mi abuelo a vivir con él. Allí me enseñó algunas cosas, pero principalmente se centró en la caza de animales salvajes. También me enseñó a cocinar porque decía que un omega que no sabía cocinar no podría valerse en la vida. Poco después, un par de años, se murió por una enfermedad. Me dejó una casa que si bien no estaba tan bien hecha, me cubrió las noches de frío. La que tuve que abandonar después de vivir ahí con Tanjiro y Nezuko durante varios años en felicidad. Eso no significaba que no volvía a mi antiguo clan, claro que sí. Como dijo Tanjiro iba buscando siempre un alfa. He tenido miedo de la vida, y mucho más de la cacería que tuvo Muzan hace tiempo atrás. Así que quería tener a alguien para establecerme y tener hijos. Pero cuando Tanjiro dio la idea de simplemente tomar un barco pensé que lo mejor sólo sería tener un hijo e irme. De ahí conocí a Suma y... bueno, ya que. Hay muchas cosas que me gusta hacer. Ya te dije que cazar es una, también cocinar, sembrar plantas y flores, cuidar animales, también me gustan las espadas y las piedras preciosas. Como sabes me encanta comer camarones, me gusta el té por las mañanas y las noches. Me gusta pasar tiempo con las chicas, son muy divertidas y amables, las quiero muchísimo. Me gusta cuando me envías regalos porque es tan de repente que me emociona. Me gusta verte por las mañanas cuando me saludas y me besas. Me agrada dormir contigo porque me siento seguro y amado. Volviendo a la comida, me gustan todas las carnes, ya sea de cerdo, vaca o pescado. El agua es mi bebida favorita. También me encanta comer fideos. En realidad, me gusta de todo. Ahora, no me gustan varias cosas. Estar solo por la noche me disgusta. Tampoco me agradan las aceitunas, son muy malas. No me gustan las guerras, lavar la ropa, barrer o arreglar la casa. No me gustan las serpientes, son feas. Tampoco los niños que chillan tanto. ¿Algo más?
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El Harén ❊UzuZen❊
FanfictionDe alguna forma u otra, Zenitsu termina entrando al Palacio Rojo, donde, sin querer, también termina siendo parte del harén del monarca Uzui Tengen.