CAPITULO 4

1.4K 59 1
                                    

Estaba perdida. En definitiva, lo estaba. Tenía al menos cinco minutos caminando por los pasillos sin rumbo. No podía encontrar el salón de la clase de historia. En todo este tiempo todos me veían como un bicho raro, y era lógico, ya que nunca antes me habían visto por aquí. Tenía la mirada en el pequeño mapa que me dio Jonathan, pero la verdad era difícil de entender.

-¡Maldición! -Me detuve molesta e irritada.

Era mi primer día y ya perdería la primera clase.

Volví a caminar con la mirada puesta en el mapa, hasta que choqué con alguien. Ambos caímos sentados sobre el suelo.

-¡¿Te podrías fijar?! -le chillé.

-Lo siento -se disculpó una chica algo blanca de ojos negros-. Es que voy tarde a historia y no te vi.

-¿Historia?

-Sí -respondió confusa.

-Es que estoy perdida y no sé cómo llegar a esa clase.

-¿La clase B?

-Sí. -Revisé mis horarios.

Se presentó como Madison y me comentó que ella se dirigía a esa misma clase.

-Es aquí. -Miré por la ventana de vidrio de la puerta; la clase había comenzado. Rechiné mis dientes por los nervios. Era mi primer día y llegaba tarde-. Ay, no, ya comenzó la clase -musitó preocupada y le dio la espalda a la puerta.

-No es para tanto -expresé sin importancia, aunque por dentro estaba igual o peor que ella.

-Díganme, señoritas, ¿estas son horas de llegar a clases? -preguntó una voz masculina detrás de nosotras.

Nos giramos sin darnos cuenta de que el profesor había salido. Era un hombre de unos cuarenta años. Nos observaba molesto.

-Señorita Madison. -Miró a la chica que estaba a mi lado.

-Lo siento, profesor, yo...

-No busque excusas cuando no es la primera vez que llega tarde. Le advierto que si vuelve a llegar tarde será castigada.

Madison solo asintió y entró al salón.

Pude ver que la mayoría de las miradas que se posaban sobre ella eran despectivas.

-¿Y usted es? -me inquirió el profesor mirándome.

-Soy Aurora Black.

-Ah, la chica nueva -dijo sin asombro-. Lo mismo va para usted; si vuelve a llegar tarde a mi clase estará castigada -advirtió y me dejó pasar.

-Sí, profesor.

Al solo dar el primer paso, todos me vieron. No con curiosidad, sino con burla. Escuché sus murmullos; hablaban de mi apariencia de gorda y que se notaba que era una ridícula sin gusto a la moda. Podía jurar que mi cara ardía al sentirme inferior por sus comentarios despectivos. Levanté mi vista y miré que había un lugar vacío al lado de Madison en los últimos asientos, así que tomé ese lugar.

-Como les decía...

El profesor prosiguió con la clase, donde hablaba sobre la historia de los lobos y de algunas familias, una de ellas era la familia Silver. No sabía por qué, pero me llamó mucho la atención el tema.

Después de una hora y media, el timbre nos avisó que la clase había terminado.

La chica con la que choqué por accidente era muy simpática.

Madi, como ella me pidió que le llamara, me dijo que ya tenía su mate, pero estaba en último año.

Ambas nos dirigimos hacia la siguiente clase, que era aritmética.

Sangre de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora