Confundida, solo la vi pasar a mi lado para después saltar y morder el brazo derecho del vampiro, haciéndolo soltar un alarido de dolor. Dejó caer una jeringa al suelo.
—¡Maldita mocosa! —Miró con odio a la loba, la golpeó y la obligó a retroceder. —¡ Maldito perro juro que te voy a matar por estropear mis planes!
—¡Charlie!
Sin creer que era su voz, mi corazón dio un brinco de felicidad.
Lo primero que pensaba mi mente era que mi corazón me engañaba, pero al verlo llegar corriendo frente a mí no podía creer que él estaba de pie a mi lado.
—¿Estás bien?
Dominick preocupado, buscaba alguna herida en mí.
No me había percatado de su presencia antes, pues estaba concentrada en saber quién era esa chica extraña que tenía el mismo aroma de mi pequeña flor.
—¿Eres tú, lobo idiota? —Toqué su rostro para asegurarme de que no soñaba. —En verdad eres tú. No puedo creerlo.
—Vaya manera de recibirme —ironizó.—Aunque sea un beso de bienvenida.
Lo abracé con tanta fuerza por temor a que esto no fuera real, pero gracias a la diosa sí era real. No obstante, mi mente recordó a la chica, que miré de nuevo y lo alejo de golpe esperando una explicación.
—Es una larga historia que después te contaré, pero te puedo asegurar que ella es nuestra Sofía —señaló a la chica. — Porque por la expresión de tu cara estoy seguro que piensas que es una de mis amantes.
No estaba muy convencida.
¿Cómo era posible que esa adolescente fuera Sofía? Parecía tener unos 15 a 17 años. Sofía tenía 10 años. Cómo va a ser posible que esa Chica sea Sofía Además, sabía cómo defenderse a la perfección. La manera de atacar y cómo se movía con tanta agilidad me sorprendía y me hacía vacilar porque se veía como si fuera una experta que entreno por años..
Ella se transformaba y volvía a la normalidad con tanta rapidez que solo observé la pelea por un momento.
"No, es que definitivamente Dominic me quiere ver la cara y eso no va a pasar"
Cuando logró tomarlo por sorpresa, tomó ambas manos del vampiro en su forma humana y me llamó para que le diera el golpe final. Acepté con gusto acabar con ese engendro.
—Nos veremos en el infierno, maldito!
Con una sonrisa de oreja a oreja disfruto de este momento.
Agarré su cabeza y la retorcí con lentitud para oírla crujir lentamente y así poder escuchar su agonía y su dolor; la arranqué y disfruté con mucho placer sus gritos.
No sentía ni un poco de remordimiento en mí. Es más, estaba tan feliz al ver su cuerpo tendido en el suelo mientras tenía su cabeza en mis manos. No pude evitar sonreír.
Los vampiros, al ver a su líder muerto, empezaron a retroceder y huyeron de nuestro territorio.
Cuando hice a un lado su muerte, me sentí un poco asqueada, ya que mi ropa tenía sangre de ese ser despreciable por ello no sabía por qué lo que me había dicho sobre mi verdadera madre permanecía aún en mi mente. De alguna forma se metió en mi cabeza y ahora quería saber si en verdad ella estaba muerta o viva.
Salí de mi trance al escuchar las risas de aquella Chica al abrazar a Dominick, molesta me alejo de ellos y me dirigí hacia nuestro hogar.
Escruté los escombros de algunas cosas destruidas por el caos de la batalla.
Cuando vi mi costado izquierdo, carraspeé mi garganta al ver el apego que la chica tenía con Dominick. Me molestaba mucho.
Me acomodé en uno de los sofás todavía sin procesar la idea de que la chica que estaba sentada frente a mí era Sofía. Aún no creía la historia que Dominick me había contado. No creía que la madre luna la convirtió en una adolescente. Eso era una broma de mal gusto.
—¿Sucede algo, mamá? —cuestionó la chica al ver que no la dejaba de observar. —¿Acaso estás lastimada?
Me sentí un poco extraña. Me hacía sentirme vieja al llamarme mamá y no lo era, pues apenas tengo 19 años y Pronto cumpliría los 20 y ella tendría no sé quince o 17. Era una diferencia de edad minúscula. Es más, sonaba raro que me llamara mamá cuando podríamos pasar por hermanas.
Al ver que no le respondía, su rostro se tornó triste y angustioso.
Si la miraba con atención, era muy hermosa a la vista de cualquier hombre.
Por mi cabeza pasó la idea de que Dominick inventó esta farsa para tener una amante aquí viviendo con nosotros.
Cuando mis padres adoptivos estaban presentes, Dominick entró y cerró con seguro la puerta. Cris miraba a la chica algo confundido.
—Me quieren ver la cara, esa chica no es Sofía — dijo cris molesto —Sofía es casi de mi edad.
—Ahora sí habla, Sofía. —Se sentó a mi lado Dominick pero yo le empujé para que se alejara de mí —Por favor, hazlo rápido.
—Sé que les parece extraño que ahora sea una adolescente, pero... ¿Cómo explicarlo? —Enarqué una ceja ante su comportamiento. ¿Qué le pasaba? Y lo más importante, ¿dónde estaba mi Sofía? —. Comenzaré desde el principio. Soy Mónica Sofía Winston Benadott. Soy la hija de sus vidas pasadas.
Intentan ocultar mi sorpresa pero al final me termino riendo.
—¿Estás diciéndome que él y yo fuimos mates en nuestras vidas anteriores? —me burlé por la incoherencia que acababa de decir. —Pero que...
—Sí, mamá. —Bajó su cabeza al ver que no le creía. —Aúnque lo dudes es cierto lo que digo.
—Eso jamás ha pasado. Nunca he oído que una pareja muera y vuelva a nacer con el mismo mate. Por eso no creo que lo que digas sea cierto. —Crucé mis piernas y apoyé mi espalda en el respaldar del sofá. —Ya mejor dinos la verdad.
—¡Charlotte! —reprendió Jazmín molesta—. Créeme, hija, ella es Sofía. Yo estaba con ellos cuando vimos a la luna y también cuando ella cambió, ¿o no me negarás que Sofía estuvo actuando muy extraña antes de que te fueras?
—Bueno, sí, actuó extrañó, pero ¿eso qué tiene que ver con esta chica?
—Mamá, créeme que soy yo. Mira, antes de que te fueras, tú me dijiste que volverías a casa y jugaríamos juntas, ¿recuerdas?
Quedé perpleja. ¿Cómo sabía eso? Si no había nadie más por los alrededores cuando conversé con Sofí antes de que todo esto pasara.
—¿Cómo...?
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Sangre de Luna
WerewolfCharlotte es una chica con un pasado oscuro que la marcó de por vida. Al cumplir los dieciocho sus padres decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como cualquier adolescente, pero al entrar al instituto encontraría al que...