CAPITULO 33

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CHARLOTTE

Estuvimos conversando en mi habitación sobre su vida antes de que yo apareciera. Había viajado tantos años buscándome y sin tener ningún éxito. También me habló de su vida junto a la humana y cómo la encontró muerta en los bosques de su manada. Me invadió el sentimiento de lástima por la forma tan horrible en que murió.

"Ahora si me siento culpable por la forma tan horrible que hablé de ella ella... murió de una forma tan cruel sin motivo alguno"

—¿Y nunca averiguaste si fue asesinada?

—No, todos creían que fue un suicidio por la forma en que fue encontrada, pero yo sé que fue asesinada, lo sé porque ella nunca me demostró que era infeliz a mi lado.

—¿Sabes? Lo mismo pienso yo. —me mira con sorpresa. —Tal vez alguien la asesinó.

—¿Enserio? —Afirmó moviendo mi cabeza —Desde su muerte, y al no encontrarte, pensé que no era mi destino ser feliz, así que me cerré con eso en mis pensamientos y me aislé de todos, me volví cruel, prepotente narcisista, egoísta, entre muchas cosas más que ya te podrás imaginar.

—¿Y fuiste feliz con ella? —algo dentro me impulsó a preguntárselo —Necesito saberlo.

—Te mentiría si te dijera que no —dijo con nostalgia—Porque lo fui, pero, esa felicidad no era suficiente para llenar ese vacío que había en mí por tu ausencia y ella lo sabía.

"Me sentí feliz de escucharlo decir que siempre sentíó mi ausencia"

—¿Por qué lo dices?

—Samantha Siempre me encontraba perdido como si estuviera ausente, y ella sabía que estaba pensado en ti. A veces me sentía mal porque ella sufría en silencio por pensar en ti y sentía culpa porque la estaba lastimando. Ella me amaba por quien era, no le importaba si era un monstruo. —es la primera vez que veo esa parte frágil de Dominick. Y eso me hizo ver que no es la persona horrible como todos decían que era —Aun así, se quedó a mi lado a pesar de eso. A veces me culpo a mí mismo por su muerte.

Ahora sí que en verdad me sentía mal por haberme expresado así de ella, porque también lo amó, pero sufrió tanto al ver que su amor no era correspondido y que no era suficiente para llenar ese vacío que él sentía por no tenerme a su lado.

—Lamento lo que dije sobre ella —me disculpé arrepentida.

—Es cosa del pasado, ahora te tengo conmigo —me besó castamente y acarició mi mejilla izquierda con su pulgar—, aunque tardaras mucho.

—No tengo la culpa de que hayas nacido antes. —dije fingiendo estar ofendida. — Además, creo que debo pensar bien si darte una oportunidad o esperar a mi otra pareja.

—¿Por qué lo pensarás? —Se alejó molesto.

—Bueno, apenas cumplí diecinueve años. Tú eres bastante viejo para mí.

—Ah, ¿sí? ¿Eso crees? —masculló más molestoso.

Me reía por dentro al ver lo celoso que estaba por mis palabras.

«Sabrá la diosa lo qué se estará imaginando en su mente. Lo más probable es que se imagina que estoy con otro».

—Tú eres mía, Charlie, y si un vampiro aparece diciendo que es tu pareja, lo mato.

—Ja, ja, sí, como no —me burlé—. Ya, lobo posesivo, era una broma. —Solté una risita traviesa—. Aunque seas un viejo, te amo a ti y me encanta que seas posesivo conmigo.

—Porque solo te deseo para mí. —Correspondió a mis caricias—. Solo eres mía, así que no vuelvas a hacer esa clase de bromas.

Acarició mi espalda para provocarme y empezó a darme pequeños besos alrededor de mi cuello. Eché mi cabeza hacia atrás para darle más acceso mientras mordisqueaba mi piel, algo que me fascinaba tanto de él. Era la manera de hacerme sentir viva con solo tocar mi piel.

—S-Sí, solo tuya —musité entre suspiros, dejándome llevar por el deseo que empezaba a sentir mi cuerpo.

Colocó su mano en mi pierna izquierda, poco a poco subió y quedó en mi trasero, que acarició con suavidad. Dejó de mordisquearme y tomó mis labios con tanta pasión que me hacía perder la cordura a causa del placer.

Empecé a escuchar voces abajo.

Me salí del momento tan fogoso en el que me encontraba con mi mate.

—Dominick —llamé para que se detuviera.

—¿Mmm? ...

—Hay que parar. Escuché voces abajo.

Soltó un gruñido molesto.

—Déjame un rato más.

Lo aparté de mí de inmediato.

Suspiró de mala gana.

—Vamos... —me besó de nuevo—, ¿acaso no quieres? —preguntó entre besos.

—S-Sí, p-pero escuché la voz de mi mamá.

—Está bien —aceptó a regañadientes molesto—, pero al llegar a nuestra casa, no habrá peros —advirtió con una sonrisa maliciosa.

—Allá, aquí no. Ahora ve con ellos. Después bajaré.

Parecía muy satisfecho con mi respuesta.

Lo desconocía por completo porque él no era así conmigo, tan amoroso y posesivo al mismo tiempo. A decir verdad, me encantaba que fuera de ese modo, pero hasta cierto punto.

Cuando salió, ese dolor en mi pecho había desaparecido y me sentía mejor luego de que él se disculpara conmigo. No creí que fuera capaz de hacerlo, pues era tan orgulloso que incluso pensé que aceptaría mi rechazo. Gracias a la diosa no fue así.

Me reía como una niña saltando por lo feliz que estaba ahora. Eso era lo único que necesitaba de el para que todo mejorara entre nosotros.

Avergonzada, observé a mis padres para después bajar la cabeza.

—Lamento las molestias. —lo único que hago es causarles problemas y me siento mal por ello.

—En verdad... lamento el problema que causé, Jonathan —se disculpó Dominick por los problemas que causamos con nuestra discusión.

—Con que no haya más peleas entre ustedes, todo estará bien —respondió Jazmín y se despidió de mí.

—Entonces ya no puedo ir contigo, ¿verdad, hermana? —inquirió Cris con tristeza.

—¿De qué hablas, Cris, si tus cosas aún están en mi casa.

—¡¿En serio?! ¿Puedo ir? —Se emocionó.

—Claro que sí —afirmó Dominick—. Aparte de la disculpa, quiero invitarlos a almorzar a nuestra casa el domingo. ¿Qué dicen?

Mis padres se vieron entre si antes de sonreírnos.

—Claro que sí, Dominick. Ahí estaremos. —Jonathan estrechó su mano. —Cuida de ella y esta vez, espero que todo vaya bien entre ustedes.

—Ya veras que si.

Saqué mi mano por la ventana y la agité en despedida mientras nos alejábamos para salir de Dark Moon.

Cuando estábamos a Hollow City de nuevo, me sentí emocionada al estar frente a la casa de Dominick. Mejor dicho, nuestra casa. Me moría de ganas de pasar más tiempo juntos, ahora todo es diferente ya que no tenemos que fingir una relación, pero fue poco lo que duró mi felicidad al sentir un aroma en el aire. Era muy conocido. Sin embargo, creí que fue mi imaginación, ya que el aroma desapareció al instante.

Las risas de Sofí y Cris mientras se echaron a correr hacia la casa me hicieron salir de mi mente de inmediato al bajar del auto.

Me doy cuenta que Dominick, al parecer, venía muy pensativo pero opté por no preguntarle porque no quería ser una chica entrometida, quiero que se me vea como una chica con mentalidad adulta.

—¿Te quedarás en el auto? —Lo saqué de su mente.—Llegamos.

—No, perdón es que solo pensaba en el sujeto que confundimos con la sirvienta de Verónica.

—¿Qué sujeto?

Sangre de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora