CAPITULO 40

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—Ya es el pasado, Domi. yo estoy muerta es algo que pasaría tarde temprano; al final todos moriremos. Mi futuro se decidió pero el tuyo aún no por eso; ahora tienes que irte porque tienes un futuro junto a ella. —su sonrisa era sincera. —Protégela, conviértete en su Protector para que no vuelva a sufrir.

—La culpa me carcome, Samantha, y no sabes cuánto me arrepiento de todo. Te arrastré a mi mundo solo para que encontraras la muerte. No puedo perdonármelo, fui muy egoísta.

—Sé feliz, porque de ti depende que yo también lo sea. —

Me dio un beso en la mejilla para luego alejarse de nosotros y desaparecer entre los árboles.

Me dejó intranquilo por sus últimas palabras. ¿Qué quiso decir con eso de que de mi depende de que ella también lo sea?

—Ya es hora de que vuelvas, hijo mío. Ambos deben despertar.

—Espere, ¿cómo que ambos?

Ella desapareció frente a mí y todo se desvaneció como si se derritiera todo a mi alrededor, cerré mis ojos con temor al verme rodeado de tanta oscuridad me obliga a abrirlos y al hacerlo desperté agitado y miré a mi alrededor.

Supe enseguida que estaba en mi habitación. Mi corazón se normaliza mientras pienso en lo que me pasó.

"¿Acaso fue un sueño o fue real?"

Escuché la voz de la madre de Charlotte llamar a Sofía estaba a mi lado, pero había algo extraño en ella. Su mirada se encontraba perdida como si estuviera en trance.

—¿Y Charlotte?

—Se fue. Me estoy preocupando por ella, Dominick. Por favor, haz algo. No te preocupes por Sofía yo me encargaré de qué reaccione; pero por favor, ayúdame mi hija.

—Lo sé. —Me levanté apresurado, pero al hacerlo de golpe todo a mi alrededor parecía dar vueltas. Tal vez era porque estuve en coma quién sabía por cuánto tiempo. —Maldición.

Tomé lo primero que había en mi armario y me preparé para salir, pero me detuve al recordar lo que dijo la madre luna. ¿Ambos? Su imagen apareció en mi habitación cuando pensé esas palabras.

Jazmín instintivamente se inclinó reverenciandola al verla, iba a preguntarle que hacía aquí pero ella nos dio la espalda y se acercó a Sofía que aún seguía en trance; acarició su cabello, besó su frente y le susurró algo que no pude escuchar.

Desapareció unos segundos después. Una luz cegadora rodeó a Sofía cubriéndola por completo. Intenté acercarme a ella, pero me era imposible por la luz que la cubría, hasta que poco a poco se desvaneció.

—Sofí, ¿estás bien...? — Mi rostro se desencajó cuando vi a Sofía. No tenía palabras para lo que veía. —¿S-Sofía?

¿Qué sucedía? ¿Dónde estaba mi pequeña Sofí?

Todos estábamos perplejos por lo que veíamos. Frente a nosotros había una adolescente de 17 años, alta de cabello largo y lacio, delgada y muy hermosa, mis labios tiemblan mientras señalan a la que se suponía era la niña que adopte.

Abrió los ojos, eran del mismo color que los de mi Sofía y miró a su alrededor.

Me observó.

—Papá...

Su voz había cambiado, ya no era infantil, era suave y cálida.

—¿Qué? ¿Quién, yo?

—Soy yo, papá. ¿No me reconoces? —Se acercó a mí. Ella se veía muy emocionada de verme me llamaba papá como si en verdad lo fuera —Papá, volviste..

"¿Como que volví, no lo entiendo?"

—N-No, tú no eres...

—Oh — se mira así misma  —Sí, soy yo, papá. Soy Sofía.

La madre de Charlotte se acercó a ella sin creer que fuera Sofía y al igual que yo buscaba una explicación.

—¿Q-Qué? ¿Cómo es posible q...?

—Ahora no hay tiempo, abuela. —Dirigió sus pasos hacia la salida— Hay que ir a ayudar a mamá. Ella está en peligro. —Salió de la habitación. —No debemos permitir que la historia se repita.

"Pero qué diablos está pasando, como que la historia se va a repetir no entiendo"

Esto era muy confuso, pero tenía razón en algo, no había tiempo de pensar en lo que había pasado.

Tenía que ayudar a mi chica.

                         CHARLOTTE

—Al parecer, has ganado experiencia.

—La necesaria para sobrevivir y matar.

—Amo esa mirada sádica de odio y rencor. —Soltó un enorme suspiro con una sonrisa—. ¿Sabes lo fascinante que son esas emociones juntas?

—Lo que no sabes es que disfrutaré el momento cuando te mate Te obligaré a suplicar por tu vida, maldito enfermo

—¿Sabes por qué tu abuelo asesinó a su hija?

—No me interesa nada que provenga de tu sucia boca.

—De igual forma te la diré, —ignora mis palabras y prosigue. —Veras, al igual que tú, ella prefirió como pareja a un perro en vez de uno de los suyos. Un vampiro de sangre pura.

—Y no la culpa por su elección tal vez sea porque ellos sí tienen sentimientos y ustedes no.

Caminó con lentitud hacia mí.

Miré de reojo; los lobos peleaban contra los enemigos infiltrados. Había muchos heridos por parte de los míos. Debía hacer algo para detener esto.

—Vamos, quiero ver si eres capaz de matarme.

Estoy segura que sería difícil hacerlo porque es un vampiro que cuenta con siglos de experiencia, pero si así lo deseaba, aceptaría su reto. Tendría una satisfacción muy grande al tener la cabeza del hombre que me torturó toda mi vida en mis manos.

Sin perder tiempo, empecé a correr hacía él, hasta que la esencia de Sofía me detuvo al sentirla tan cerca. Pero ¿qué hacía aquí?

—¡Mamá, no te acerques a él!

Me di la vuelta para buscar a mi pequeña. Lo más probable es que la hubieran tomado como rehén para que me rindiera. Sin embargo, lo único que vi fue a una chica menor que yo. Corría a gran velocidad hacia donde estábamos y luego se transformó en una loba mitad negra y blanca. Estaba sorprendida porque esa loba era casi del mismo tamaño de la mía. Lo que más llamó mi atención fue que esa chica tenía el mismo aroma de Sofía.

"¿Qué demonios está pasando?"

Sangre de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora