-¿Tienes una hija? -Controlé mi respiración.
-Sí. Es algo complicado -contestó.
Aquello me tranquilizó.
-¿Cómo que complicado? Explícame.
Cuando él estaba por hablar, la puerta se abrió y una pequeña se lanzó a sus brazos. Con una sonrisa, la sujetó y la cargó. Quedé estupefacta por aquella acción. Era muy amoroso con ella, todo lo contrario de lo que me comentaron sobre él y de lo que he visto.. Al parecer, había facetas de Dominick que desconocía.
La niña pelinegra besó su mejilla y le preguntó por qué la había dejado sola. Él solo se excusó diciéndole que también la estuvo buscando, pero que no la encontró.
-¿Quién es ella? -La observé con curiosidad.
Se movió incómoda en sus brazos, por lo que Dominick la bajó. Ella se acercó a mí con sus brazos extendidos para que la cargara, así que la tomé. No me quitaba la mirada; sus ojos eran hermosos. Me sentía atraída hacia ella de una forma muy extraña.
-Veo que te sientes mejor, hija.
-Lo estoy, papá -respondí con una sonrisa.
-Y veo que te llevas bien con la pequeña Sofí. ¿Desde cuándo se llevan tan bien? -inquirió Jonathan al ver a la pequeña a mi lado.
-Es que yo buscaba a mi papá y lo encontré con ella en su habitación. Mi papá la miraba mucho cuando ella tenía una toalla encima.
Empecé a atragantarme con la comida, al igual que Dominick cuando la escuchó decir eso frente a todos. Me veían a mí y después a él demasiado serios
-Ah, ¿sí? -Jonathan nos miró molesto-. ¿Cómo supiste que estaba tu padre ahí?
-Es que yo escuché...
-Papá, por favor. -Lo miré molesta y avergonzada
Con la mirada le recordé que había invitados.
Contemplé a Dominick; él solo se rio de lado. Eso me molestó un poco, ya que parecía divertirle con mis nervios.
-Jonathan, dinos cuál es el motivo de esta cena -habló el otro alfa invitado al ver la incómoda situación que se había formado en la mesa.
-Para ofrecer la mano de mi hija como luna de Dominick o de Derek.
-¿Estás concediendo la mano de tu hija de diecisiete en matrimonio? -cuestionó Dominick con burla.
-Tengo 18 años, Dominick -le reproché con enfado. Él se burlaba de mí con solo mirarme, pues consideraba que aún era una niña solo por mi edad. Era un idiota y de primera-. ¿Te burlas de mí? -Lo escudriñé.
No me respondió.
-Charlotte cumplirá diecinueve en tres días, Dominick -expresó Jonathan molesto por su burla.
-Bueno, a mí no me molesta la idea de tener a una luna tan hermosa como su hija -comentó el alfa Derek seductor. -Encantado la acepto.
-Gracias por el halago, alfa Derek.
-Se merece eso y más, Charlotte.
Escuchamos un fuerte gruñido.
Todos fijamos nuestra vista en Dominick.
Noté que su tenedor estaba doblado.
-¿Te pasa algo, Dominick? -preguntó Jonathan con burla por sus celos.
Hasta yo me sorprendí por su reacción.
-¿Y se puede saber por qué está ofreciendo la mano de mi mate como si yo estuviera muerto? -reprochó mientras controlaba su ira. -No me digan que van a matarme para que eso pase.
-Bueno, Dominick, mi hija te rechazó, para empezar, y hace unos días te pedí que la cuidaras, pero te negaste. Yo deseo lo mejor para ella, ¿y quién mejor que el hombre con el que se casará? -argumentó.
-Entonces sí son ciertos los rumores de que tú eres, perdón, eras su mate.
-Y lo sigo siendo -sentenció enfadado.
-Bueno, Jonathan, por mí no hay ningún inconveniente, pero el problema es que nadie querrá tomar a tu hija. Bien sabes lo que pasará.
-¡Papá! -Alcé mi voz-. No debiste haber hecho esto sin mi consentimiento -reproché-. Tú sabes muy bien que puedo cuidarme sola. Además, Dominick tiene razón. Tal vez aún no sea su mate, pero todavía soy su luna.
-Si Derek está aquí también, es por otro motivo, hija. Si tú quieres quedarte con Dominick, es tu decisión.
-No dije eso, yo...
-Entonces, Dominick, espero que esta vez hagas las cosas bien. -Lo miró por unos segundos para después mirar a Derek-. Necesito hablar contigo a solas, Derek. -Cambió la conversación.
-¿Qué? No, papá, espera.
Pero él me ignoró y me dejó sola con los demás.
Madi y Lucían solo me veían con inquietud pero sabían que estaban divirtiéndose porque sola me metí en esto.
Después de terminar su cena, dijeron que estaban cansados y se retiraron.
Jazmín dijo que ayudaría en la limpieza y se llevó consigo a Sofía y a Cristóbal para ir a la cocina, dejándome sola con Dominick en el comedor
-¡¿Viste lo que causaste, idiota?! -espeté.
-¿Ahora soy un idiota? -dijo sarcástico-. No pensabas eso de mí en tu habitación cuando te dejabas llevar por mis besos y mis caricias.
-Ah, ¿sí? Pues yo no soy un viejo que usa la imagen de un hombre de 20 años.
-Solo eso faltaba. No me digas que ahora soy un viejo idiota.
-Tú lo has dicho. -Sonreí.
-¡Al menos no soy una mocosa caprichosa y rebelde!
-¡Pero bien que te mueres por esta mocosa!
Se levantó molesto y se acercó de forma amenazante, pero no le tenía miedo, así que me levanté y lo desafié con la mirada.
-¡Maldición! -Se alejó-. ¿Por qué no eres como las demás mujeres?
-Porque yo soy única -respondí con orgullo.
Me sujetó de los brazos con fuerza y me gruñó. Le respondí de la misma forma para demostrarle que no le tenía miedo. Sin verlo venir, sonrió y besó mis labios con salvajismo. Me quedé estática por su acción, pero luego empecé a golpearlo. Se aferró a mí con más fuerza para que dejara de moverme, hasta que poco a poco me dejé llevar por sus labios.
No podía seguir negándolo, ya que me encantaba la forma tan salvaje en la que me besaba.
Su salvajismo, su posesividad me hacían sentirme valiosa y más al sentir que tengo mucho poder sobre el
Sin embargo, se alejó al sentir que cedía, se acerca a mi oído, dejándome oír su respiración agitada.
-Tal vez así pienses en este viejo idiota esta noche y cuando entres a tu habitación, recuerdes lo que pasamos ahí a solas. -Me quedé petrificada -Cuando lo recuerdes... verás que solo este viejo puede calentarte de esta forma.
Volví a caer en sus juegos como una tonta.
Y él consiguió lo que quería.
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Sangre de Luna
WerewolfCharlotte es una chica con un pasado oscuro que la marcó de por vida. Al cumplir los dieciocho sus padres decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como cualquier adolescente, pero al entrar al instituto encontraría al que...