CHARLOTTE
—¿Me llamó, señorita Charlotte?
—Sí, Mateo. Llévanos al instituto.
Mateo es el chofer de la familia Black.
—Sí, señorita.
Ya estaba lista para irme, así que bajé las escaleras y caminé hasta llegar afuera para subirme al auto, pero algo me incomodaba; Cris no dejaba de verme como si mi actitud le preocupara.
Cuando Mateo detuvo el auto frente al instituto, Cris se colocó su brazalete y se despidió de mí. En cambio, yo tenía que esperar a Dominick.
“Que fastidio”
—¿Espera al alfa Dominick, señorita?
—Sí, Mateo, debo esperarlo para presentarme con él.
—Entonces, ¿hoy no usará su brazalete?
—No. Debo fingir que somos una pareja para los nuevos y más ante la tal Verónica. Después de que ella se vaya, volveremos a Dark Moon.
Jonathan confiaba plenamente en Mateo, al igual que yo.
Él me miró por el retrovisor, pero le pedí que guardara silencio porque no me encontraba de buen humor para continuar esta conversación.
Después de cinco minutos, Dominick apareció en su auto. Cuando bajó de él, se acercó.
—Vienes por nosotros a la salida, Mateo.
—Pero ¿no se irá con…?
—Como dije, Mateo, solo es fingido. Dominick no me quiere y yo tampoco a él. Espero que estés aquí cuando salga.
—Sí, señorita. Que tenga un buen día.
La expresión fría y distante apareció de nuevo en el rostro de Dominick al escuchar mis palabras, dejándome en claro que le afectaron, pero eso era lo que él provocaba. Hoy no usaría mi disfraz, ya que me presentaría como su luna así que no habría problema de que fueran a reconocerme.
—No debiste irte sola. Se supone que somos una pareja.
—Somos una pareja frente a toda tu gente, querido, pero eso no significa que al estar solos necesitamos fingir también.
—Evita llevarme la contraria frente a todos —advirtió con un tono molesto.ibs a reprocharle pero me quedé sorprendida al ver que ahora se veía como un hombre de 28 años. —Actúa como una mujer madura.
Salgo de mi trance al escucharlo hablar.
“Maldición, me quedé idiotizada por su culpa otra vez”
—No, cariño, eso nunca va a pasar, y lo sabes.
No esperaba que pudiera cambiar con facilidad su apariencia física.
Agarró mi mano sin ninguna pizca de delicadeza y entrelazó mi brazo izquierdo con su brazo derecho con brusquedad. Me quejé por dentro por lo poco delicado que era conmigo.
.
Yo era orgullosa y me sentía traicionada y herida por lo que vi en la mañana en su armario. Lo peor era que Dominick ni siquiera se molestó en explicarme lo de esa humana. Fue ahí cuando me di cuenta de que no le importaba en lo absoluto lo nuestro.
Los maestros esperaban por nosotros. Al vernos, me observaron con sorpresa porque no esperaba que fuera tan extraña mi apariencia; me reciben al reaccionar con una cálida bienvenida mientras nos guiaban hasta el escenario.
—Es un gusto al fin poder conocerla —dijo uno de los profesores. —Es una mujer extremadamente hermosa Luna, muchos dijeron que no cualquier mujer podría ser digna de ser la esposa del Alfa Dominick y ahora que la veo me doy cuenta que las palabras no podrían ser suficientes para describir su belleza, seguramente tiene embrujado al alfa.
—Eso cree. —Dominick me apretó la mano para que dejara la ironía —Me alegra mucho estar aquí y conocerlo al fin.
De la nada y frente a ellos, Dominick me soltó con rudeza dejándome con la boca abierta y luego se alejó de mí para acercarse al escenario; habló sobre los nuevos cambios que habría en el instituto y también de los nuevos estudiantes vampiros que se integrarían.
Todos empezaron a gritar que era una mala idea, que era un engaño para entrar a su territorio, pero él de una forma muy imponente y autoritaria los cayó a todos.
—Bien, ahora les presentaré a su luna.
“Debería largarme de aquí”
Me miró con una sonrisa natural que transmitía calidez pero yo sabía que era una farsa, que era fingida para que todos creyeran que estaba feliz de haberme encontrado, cuando yo sabía que no era así.
Extendió su mano y me invitó a pasar al frente. Tragándome la rabia por cómo me trató frente a los profesores, quería salir de ahí y hacerle el mismo despolante que me hizo y huir lejos para dejarlo en vergüenza frente a los suyos, pero lo pensé mejor, ya que sabían que era una Black y sería una vergüenza si avergonzaba a mi familia de esa forma.
Inhalé, suspiré y traté de controlar mi cólera.
Después de haberlo logrado, empecé a caminar hasta llegar a él. Las miradas de todos se posaron sobre mí al dar el primer paso.
—Ella es Charlotte Black, mi mate y luna. Espero que la respeten como tal.
No sabía si gritar o golpearlo por la simpleza de sus palabras al presentarme. Lo peor era que todos lo notaron. El silencio que albergó todo el lugar era una muestra de ello. Sin embargo, luego escuché los aplausos acompañados de gritos de alegría de casi todos los presentes a excepción de la mayoría de las chicas me veían con odio y celos.
—Por eso me has traído, ¿no es así? —cuestioné al ver que los demás olvidaron el tema de los vampiros—. Sabías perfectamente que no se tomarían bien la idea de admitir vampiros en los territorios, pero si les dabas la noticia de que encontraste a tu luna, olvidarían ese asunto.
—Ellos tomarán mejor la noticia y se adaptarán al cambio.
La forma tan fría en que me habla me fastidia porque solo se hacía presente cuando estábamos a solas.
Aunque no quería admitirlo, me dolía su trato tan frío hacia mí, pero no le daría el gusto de demostrárselo yo también puedo ser muchas fría y sobre todo cruel.
Después de presentarme en cada salón, llegamos al nuestro. Como en la asamblea, todas las zorras con las que Dominick durmió me miraban con odio.
—Bueno, pueden preguntar lo que quieran —les habló el profesor a sus alumnos. —¿Alguna pregunta?
—¿Dos alfas pueden ser mates?
ESTÁS LEYENDO
Sangre de Luna
WerewolfCharlotte es una chica con un pasado oscuro que la marcó de por vida. Al cumplir los dieciocho sus padres decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como cualquier adolescente, pero al entrar al instituto encontraría al que...