—¿A qué debo la visita inesperada? —Jazmín me abrazó sorprendida al vernos llegar. —No los esperábamos.
—¿Acaso no puedo visitar a mi madre?
—Claro que sí, cielo. Pasen. —ella se da cuenta de que algo estaba mal conmigo. —A Jonathan le agradará la noticia. —Se hizo a un lado para que pasáramos. —Iré por mi esposo.
—Si no le molesta, luna Jazmín, yo iré por su esposo. —Dominick colocó su mano en el hombro de Jazmín, deteniéndola. —Por favor.
—Bueno, si eso quiere, será mejor para mí, así podremos conversar con más tranquilidad. —Me tomó de la mano—. Mi esposo está en su despacho —agregó. —Pasillo izquierdo cuarta puerta.
Dominick desapareció en el pasillo del primer piso; Cris y Sofía subieron al segundo nivel, dejándome a solas con mi madre que me llevó hacia el comedor. Tomó asiento en una de las sillas y me invitó a sentarme a su lado.
Al hacerlo, miré mis manos sobre la mesa. No dejaba de pensar en lo que pasó. Pero recordé que estaba en casa de mis padres adoptivos, así que levanté mi mirada para ver a Jazmín. Ella no dejaba de mirarme como si tratara de descifrar mis pensamientos. Solté un enorme suspiro desalentador.
—Ahora te comprendo un poco, mamá. —La observé por unos segundos—. Entiendo que su trabajo como luna y madre, se podría decir por Sofía, no es nada fácil. Cuidar y estar pendiente de ellos a cada momento, más los deberes como luna, no es fácil. En realidad, es estresante.
—¿Segura que es solo eso? —Tomó mi barbilla sutilmente y me obligó a que la viera a los ojos—. ¿Segura que no es otra cosa lo que te tiene tan distraída y angustiada?
—Nunca puedo engañarte, ¿verdad, mamá?
Sonrió.
—Eres mi hija y sé cuándo te preocupa o te molesta algo.
No quería que se sintiera mal por ello por eso no quería decírselo pero es tan obvio como me siento que ni siquiera puedo ocultarlo.
—Es que... —fruncí el ceño al recordar las palabras de aquella zorra—Ya no puedo soportar los engaños de Dominick. Yo... no puedo —solté.
—Ay, cielo —me abrazó. Me derrumbé en sus brazos—Nada es fácil en este mundo para nadie. —Acunó mis mejillas con una sonrisa cálida—. Siempre habrá momentos en los que trataras de rendirte diciendo que no vale la pena seguir intentándolo, pero si piensas que lo haces por las personas que te importan, eso te ayudará a motivarte. Cuando veas que tus esfuerzo dan frutos, te darás cuenta de que sí valió la pena el no rendirse.
Cuando entraba en un punto de desesperación, siempre acudía a Jazmín y, claro, ella sabía cómo calmarme y alentarme. Por eso la amaba como si fuera mi verdadera madre.
—Sé que te preocupa sufrir por él, Charlotte, pero en el amor siempre se sufrirá. Debes preservar si es tu mate.
—Mamá, pero él... —Empuñé mis manos furiosa—. No sabes lo que hizo el sinvergüenza antes de mí... el solo recordarlo me hierve la sangre. Tengo miedo... Él dice que soy suya y que él siempre será mío, pero temo que yo sea la única perjudicada en todo esto, siento que no puedo confiar en su palabra.
—El amor, mi cielo, es un salto al vacío. Es un riesgo que todos vamos a cruzar tarde o temprano.
Tomé sus manos y la miré con angustia. —¿Y si no cambia? —inquirí temerosa. —¿Y si sigue siendo el mismo de siempre y que solo me esté mintiendo para que le crea?
—Lo hará. Cuando las personas tocan fondo... Bueno, ya lo verás. Solo deja que el tiempo pase —aconsejó. —Dale tiempo, al tiempo.
—Te creeré, mamá. —Traté de sonreír—. Seguiré tu consejo, ya que siempre aciertas.
—Ya verás que sí. —su cálida sonrisa me reconforta. —Pero no es mi en quien debes confiar si no en ti misma.
Tomaría sus consejos y le daría tiempo, aunque la paciencia no era una de mis virtudes. Pero, tal vez Jazmín tenía razón.
DOMINICK
—No sabía que vendrían de visita hoy —dijo Jonathan al verme entrar. —¿Qué los trae por aquí?—Llegamos hace unos momentos. Tu hija quería venir, así que aquí estamos.
—Entonces vamos. —Se levantó de su lugar—. Hace cuatro días que no veo a mi hija.
—Antes de que salgamos, quiero que me digas la verdad.
—¿De qué hablas? —cuestionó confundido.
—Jonathan, sé que Charlotte no es tu hija legitima, y no preguntes cómo lo supe porque no te lo diré. También quiero saber por qué tiene cicatrices tan profundas en su espalda.
Él cambió su expresión radicalmente, una mirada sombría que me hizo recordar al antiguo Jonathan.
Volvió a sentarse y, entrelazó su dedos y se sumergió en su mente.
Deseaba saber la verdad y tenía derecho como su mate. Aunque me hubiera rechazado, tenía derecho a saber lo que le pasó.
—¿No crees que es mejor que te lo diga ella?
—En el poco tiempo que tengo de conocerla. Estoy seguro que no me dirá nada y menos ahora que la relación entre nosotros está... tensa.
Jonathan dice que lo mejor es que se lo diga ella misma pero le pedí que hablara y si me decía la verdad haría cualquier cosa que él quisiera.
—Recuerda muy bien lo que acabas de decir —su sonrisa siniestra me espanta haciéndome pensar que no fue una buena decisión decir eso —Mira, hace casi tres años estaba recorriendo los límites del bosque del pueblo en donde vivía antes, pero no me di cuenta de que estaba en los bosques de Gorgotha.
—¿La familia imperial?
—Si. Estaba muy cerca del castillo imperial... Bueno, la encontré apoyada contra un árbol mientras respiraba a duras penas. Estaba delgada y sin cabello. Su cuerpo estaba tan lastimado que creímos que sus heridas no sanarían, incluso pensamos que moriría, pero de alguna forma, ella se aferró a vivir y logró recuperarse totalmente en un año.
—¿Qué estás diciendo?. —Estaba atónito. —Si es como dices, ella debería de estar muerta.
—Por eso me sorprendió que ella aceptara la idea de que los vampiros estudiaran con ustedes ya que fueron ellos quienes la lastimaron tanto. Ni siquiera podía mencionarlos, le aterraba la idea de que pudieran venir por ella, nos dimos cuenta con el paso del tiempo que ella odia estar sola, su cuerpo entra en un estado de shock que no puede controlar.
—¿Me dices que su propia especie la mantuvo cautiva en los calabozos? ¿Porqué?
—Sí y no lo sé —se encoge de hombros —Tal vez sea por el hecho de ser una híbrida de lobo y vampiro. Al parecer, es la primera de su clase, pero solo es una suposición. No lo sé.
—Disculpa, Jonathan, pero yo no me creo ese cuento de que lo hicieron solo por ser híbrida. Hay muchos híbridos en este mundo para decir que es la única. Dime, ¿no te has puesto a pensar que quizá haya otros híbridos de vampiros y lobos en alguna parte del mundo?. ¡Es absurdo!.
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Sangre de Luna
WerewolfCharlotte es una chica con un pasado oscuro que la marcó de por vida. Al cumplir los dieciocho sus padres decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como cualquier adolescente, pero al entrar al instituto encontraría al que...