Ahora comprendía un poco a Jazmín cuando me dijo que ser madre no era fácil, pues tenías muchas responsabilidades. Yo para Sofía era su madre y no sabía cómo calmarla no sabía qué hacer así que solo pude ver como ella sujetó la mano de Cris y se marcharon tristes. Cuando olvidara el tema, dejaría de llorar, así que antes de que se fueran le dije a Cris que cuando dejara de sollozar le dijera que iríamos a Dark Moon.
Bajé del auto al ver que no había nadie afuera. Dominick llegó después. Cuando me vio, sonrió forzado y fingió que estaba feliz al verme. En cambio, yo me mantuve seria al estar cerca de ellos.
—¿A qué hora llegarán los estudiantes? —pregunté al ver que era tarde.
—En unos segundos —respondió la pelirroja bajándose del auto.
Y tal como ella lo dijo, en segundos vampiros jóvenes empezaron a salir del bosque para acercarse a nosotros. Era un grupo muy numeroso. Sus rostros parecían muy emocionados al ver el instituto. Le hicieron una reverencia a Verónica. Sus vistas viajaron hacia mí, de modo que también me reverenciaron de igual forma, algo que me pareció extraño, pero no le tomé importancia.
—Vamos —dije para seguir nuestro camino.
Sabía dónde estaba el salón de clases de teatro, así que los guie hasta allá.
Ese salón siempre permaneció vacío, ya que a nadie le parecía emocionante esa clase, por lo que fue eliminada, pero quedaron las sillas y el escenario. Cuando nos posicionamos en el escenario, Verónica salió para dar su discurso frente a todos los lobos y vampiros, pero había una rivalidad y desprecio por parte de los lobos, y no era algo bueno. Iba a hablarle a Dominick, pero me percaté de que observaba a una de las vampiresas de nuevo ingreso y claro que me fastidió.
—Después de salir, iré con Cris y Sofía a Dark Moon.
—Está bien.
Era tan cortante conmigo que solo me decepcionaba cada vez más.
Iba a preguntarle qué le pasaba conmigo luego de lo que pasó esa noche, pero escuché a Verónica llamarme al frente, así que callé y caminé hacia ella. Los lobos estaban a mi lado izquierdo y los vampiros estaban a mi derecha. Me contemplaban con atención. Tomé aire y cerré mis ojos para volverlos abrir y empezar.
—El día de hoy se hará algo nuevo, algo que antes no estaba permitido: vampiros en territorio de Hollow City. Su alfa y yo, como su luna, hemos decidido que es hora de olvidar nuestras rivalidades. Olvidaremos quiénes somos, vampiros o lobos, de ahora en adelante dentro de estas instalaciones serán solo simples estudiantes. Compartirán tiempo como estudiantes de esta institución. Al que no le parezca bien nuestra decisión, que haga un informe y lo presente ante el beta del alfa. ¿Alguna duda?
Finalicé mi discurso esperando que nadie la tuviera.
—Yo no estoy de acuerdo con esto, luna. Ellos en cualquier momento quebrantarán las reglas.
—Sí, luna, ellos no son de confiar —habló otra alumna.
—¿Ustedes confían en Lady Verónica? —les inquirí.
—Sí —contestaron todos al unísono.
—¿Y confían en mí?
—Sí, luna.
—Si confían en mí, que soy híbrida de vampiro y lobo o en lady veronica, ¿por qué no darles la oportunidad a ellos? —Todos guardaron silencio para meditar mis palabras algo convencidos. Debía hacer algo para convencerlos—. Prometo que, si alguno de ellos quebranta las reglas, no volverán a poner un pie en nuestro territorio. Tienen mi palabra..
Sus rostros parecían más convencidos después de mi promesa.
Aceptaron el ingreso de los vampiros y me despidieron con aplausos.
—Vaya, eres muy buena para controlar asuntos como estos. Demasiado, diría yo —comentó Verónica cuando me acerqué a ellos. —Se nota que sabes lo que haces.
—Soy una alfa también… y tengo potencial —argumenté —Un alfa debe demostrar estabilidad emocional y ser un soporte vital para su gente.
—Eso no se discute —ironizó.
Después de dos horas, todos los estudiantes se fueron a sus respectivos salones. Todos serían nuevamente reintegrados, vampiros y lobos, más seis maestros contratados, que eran vampiros también.
Los tres recorrimos los salones y asignamos a los nuevos mientras observábamos todo desde una esquina del salón hasta empezar sus clases. Debíamos estar así hasta que todos se fueran.
Al acabar el tiempo, Verónica informó que tenía varios pendientes en sus territorios.
—Bueno, debo ir a casa. Volveré tarde.
—Está bien —acepté.
No sabía por qué, pero parecía como si la hubiera conocido antes. Podía jurarlo. No sabía si era mi impresión, pero me dio a entender que sabía algo de mí, porque desde que me vio esa noche su rostro era de sorpresa cuando me vio junto a Dominick.
Al subir al auto, el aroma de Dominick me indicó que estaba dentro. Me pareció extraño.
—¿Qué haces aquí? —indagué confundida.
—Acompañarlos. ¿Acaso no puedo?
—¿Y tu auto?
—Edgar vendrá por él después.
Me parecía una rareza. Todo el día se la pasó evitándome y mostrándome desprecio, porque así lo veía yo. Ahora me dirigía la palabra como si nada hubiese pasado, pero a estas alturas me daba igual. Si le preguntaba qué le ocurría, él no me lo diría.
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Sangre de Luna
WerewolfCharlotte es una chica con un pasado oscuro que la marcó de por vida. Al cumplir los dieciocho sus padres decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como cualquier adolescente, pero al entrar al instituto encontraría al que...