CAPITULO 50

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                           CHARLOTTE

Mi vista viajó hasta las escaleras; Frederick bajó en compañía de de un par de guardias; María se acercó a mí y me informó lo que había pasado. Le pregunté por Sofía y contestó que se había encerrado en su habitación, pero que deseaba comida.

—Dale lo que quiere —le susurré.—Que preparen su comida favorita.

Después de qué se marcharon, corrí para saber si Sofía me abriría la puerta pero seguía así recibí respuesta de su parte.

—No debemos forzarla hablar con nosotros. — aconsejo Dominick — Hay que dar su espacio ya verás que saldrá para la fiesta de compromiso.

Mis padres harían una fiesta de compromiso para Dominick y para mí en una semana. Invitaron a todas las manadas más cercanas. El alfa Drake y su esposa estaban de acuerdo con ellos.

—¿No te molesta?

Sabe de lo que le hablo.

—Si es contigo, no me molesta. —Besó mi mejilla. —Espero que a ti no.

Le correspondí el beso.

Cuando intenté acercarme al sofá, empecé a marearme de nuevo. Dominick me sostuvo al ver que mis pasos eran inestables y torpes.

—¿Estás bien? —inquirió preocupado.

—Sí, debe ser el cansancio. Tengo sueño desde hace rato —respondí para tranquilizarlo. —Creo que hoy me dormiré temprano.

Dominick había cambiado mucho. Hacía un año él y yo nos odiábamos y ahora se preocupaba por cada pequeña cosa que pasaba conmigo. Me gustaba su cambio.

Sin esperarlo, me cargó en sus brazos, asustándome. Le pedí que me bajara, pues para mí yo pesaba más, ya que era algo gordita, pero solo me besó en respuesta.

—¿Acaso crees que no puedo cargarte? —Esbozó una sonrisa. —Mi cuerpo está entrenado para esto y mucho más.

Oculté mi rostro en su pecho, hasta que sentí que abrió la puerta. Caminó hasta la cama y me dejó sobre ella.

—Descansa. Iré a hablar con Sofía. —Besó mi frente—. Te amo.

—También te amo. —Suspiré por sus caricias. —Ojalá y quiera hablar contigo.

Me sentía tan feliz por todo lo que él me daba. Con solo oírlo decir que me amaba me llenaba de satisfacción y felicidad.

Jazmín tuvo razón: los hombres cambiaban si era por amor genuino.


Tres días después de la visita de mis padres y del alfa Drake junto a su familia, Sofía empezó a salir y a relacionarse con todos de nuevo. No sabía lo que Dominick le dijo, pero funcionó, ya que ella estaba con nosotros otra vez y seguía siendo la misma de siempre.

Sin embargo, mientras pasaban los días, la situación en las manadas era más extraña porque habían encontrado más cadáveres en los bosques que se encontraban dominados por diferentes manadas, pero eso no era lo importante sino que desde hacía tres días un lobo del tamaño de un alfa merodeaba en nuestros bosques.

«Lo más probable es que sea Frederick», le dije a Dominick en su momento.

Lo dejamos pasar por alto porque lo más seguro era que venía a ver a Sofía, aunque fuera de lejos.

¿Por qué pensaba eso? Bueno, precisamente ayer, mientras estaba en la alcoba de nuestra habitación, vi a Frederick oculto entre los árboles; miraba hacia la habitación de Sofía. Aunque él no lo admitiría, por dentro la quería. Su conexión lo hacía quererla y ansiar verla. Por eso le pedí a Dominick que no hiciera nada.

Sangre de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora