CAPITULO 5

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—¡¿Es en serio?! —exclamé con asombro al ver que aún me seguía.

—A estúpidas como tú debemos enseñarles cuál es lugar —sentenció cabreada.

—¿Y quién lo hará? No me digas que tú —dije con burla.

—Enseguida dejarás de sonreír.

Sus ojos se volvieron amarillos, indicándome que estaba dispuesta a transformarse.

”Pero ¿qué le pasa a esta? ¿Tanto me persigue por la pelea de la mañana?”.

Empezó a caminar hacia donde me encontraba. Por instinto, retrocedí a medida que se acercaba. Sin verlo venir, golpeó mi rostro. Caí acostada en el suelo. No me percaté de que ella se acercó lo suficiente a mí como para golpearme.

—¿Ahora sí sabes cuál es tu lugar? —Se rio en compañía de sus amigas por mi expresión de dolor. —Chicas vayan por comida para la chanchita pegui.

Las tres se reían de mí mientras me miraban tendida en el suelo.

Me levanté y corrí hacia ella para golpear con fuerza de nuevo su nariz. Pude jurar que escuché cómo se quebró cuando acerté mi golpe. Retrocedió y empezó a gritar a causa del gran sangrado que salía de sus fosas nasales. Y no es porque fuera cobarde, pero con mucha prisa tomé mis cosas y corrí hacia el auto. Cris y Jonathan me veían serios. Era por lo que pasó hacía unos segundos. Después de unos segundos de mirarme, encendió el auto y nos alejó del edificio.

—Por favor, no mencionen nada de esto a su madre —nos pidió Jonathan para mantener en secreto lo que ocurrió y para no alterar a Jazmín, pues ella iría a buscar problemas con Red Moon para que no volviera a suceder lo que pasó. —O no serán los únicos en meterse en problemas con ella.

Sin embargo, de algo estaba segura: esa zorra me buscaría mañana.

—¿Acaso el alfa de Hollow city no tiene luna?

—No, aún no la encuentra —respondió mientras detenía el auto frente a nuestra casa. —Lleva mucho sin ella así que no le importa el tema.

Dominick Collins era un hombre mayor, pero parecía de veinte. No le importaba levantar la mano contra una mujer. Quizás esa zorra era su mate y por eso la defiende tanto, o eso es lo que Jonathan me dijo.

“Mate.”

 Escuché esa palabra cuando me llevaban arrastrada a mi calabozo después de torturarme. El vampiro dijo que la mate del chico se murió

Al caer la noche, Jonathan nos había informado durante la cena que tendría que tomar su puesto de alfa en Dark Moon porque ya había llegado su momento y que teníamos una hora para preparar nuestras cosas. Según lo que nos dijo se converteria en el alfa de Dark moon.

Ya pasó ese lapso de tiempo.

—Charlotte, es hora irnos. —Jazmín abrió la puerta.

Tomé lo más importante de mis cosas y observé por última vez la habitación para luego salir de ella junto a Jazmín.

No sabía cómo era Dark Moon, así que le pregunté a Jonathan. Él nos narró en el camino que su manada era la segunda más fuerte y que la tercera era Red Moon. Además, nos comentó que sus territorios y los de Red Moon estaban cerca.

—Con razón esa rubia se daba aires de realeza —murmuré al ver mi nuevo hogar. —Esta casa… es enorme.

—¿Qué cosa? —preguntó Jazmín curiosa por mi comentario.

—No, nada —respondí de inmediato.

“Yo y mi bocota”

Jonathan me miró por el retrovisor del auto al ver que casi metía la pata por hablar en voz alta.

En todo el trayecto vimos el pueblo, era mas grande que donde vivíamos.

Un hombre más joven que Jonathan nos recibió. Ambos conversaban muy alegres.

—Ya las habitaciones de mis sobrinos están listas.

Observé toda la habitación. Detallé su color y su decoración con fondos violetas y blanco. Me recosté en la cama y miré el techo. Era tan cómoda que sentía mis ojos pesados, así que poco a poco los empecé a cerrar.

Estaba de brazos cruzados viendo por la ventana los árboles del bosque. Estaba molesta. Había decidido no ir a clases, pero Jonathan me obligó a ir.

—Charlotte, no puedes ignorarme cuando te hablo —reprendió.

—Me obligas a ir cuando sabes que estoy en problemas —mascullé.

—Escucha —detuvo el auto frente al instituto. Cris salió y nos dejó solos—Debes aprender a resolver tus propios problemas, no a huir de ellos —aconsejó.

—Es fácil para ustedes decirlo.

—Hija, recuerda que eres especial. Lo que sea que te digan los demás que te haga sentirte inferior no importa. Ignóralos, porque no saben que tú eres la hija de un alfa.

“Es cierto, ahora soy la hija de un alfa”

—De acuerdo. —Le sonreí, ya que siempre encontraba la forma para que yo me despojara de mi enojo. —Adios.

—Nos vemos en casa.

Me despedí al saber que no vendría por nosotros, pues tenía que arreglar todo para la ceremonia de traspaso, que era esta noche.

Sabía que ellos me querían a su manera, pero su concejo no me ayudaría en lo absoluto a quitarme de encima a esa rubia.

Cuando entré a las instalaciones, Madi me saludó con una sonrisa. Era mi único consuelo en ese lugar.

—¿Terminaste la investigación sobre Star Moon? —indagó mientras nos dirigíamos a la clase de historia.

—Sí, anoche antes de mudarme la hice.

—¿Adónde te mudaste?

—Me mudé a… —Estaba tan metida en nuestra conversación que no me di cuenta de que había alguien frente a mí. Cuando chocamos, me hizo caer sentada sobre el piso—. Eso sí dolió

Miré a Madi; ella no dejaba de temblar. Tenía su atención fija al frente especialmente en alguien. Enfoqué mi vista en lo que ella miraba. Mi cuerpo reaccionó de una forma muy extraña al verlo y más al oír su voz.

—Así que eres tú la nueva.

Mi cuerpo se estremeció al escuchar su voz.

Sus ojos fríos demostraban crueldad e hicieron que sintiera un escalofrío que me erizó la piel, siento una extraña sensación al verlo con fijeza, no podía dejar de verlo.

Sangre de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora