CAPITULO 52

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DOMINICK

Mi luna vino corriendo hacia mí, me entregó una carta y me dijo que Sofía la había dejado para nosotros. La tomé y la leí. Mientras lo hacía, sentí que algo dentro de mí se hizo pedazos al saber por qué se interpuso entre el vampiro y yo para evitar un destino trágico entre Charlotte y yo. ¿Por qué no tuvo la confianza de decírmelo? Ella me prometió que jamás me volvería a ocultar algo, y lo volvió a hacer. Le pregunté a Charlie dónde la había encontrado y me comentó que estaba en su armario. Asimismo, me mostró una foto que venía dentro del sobre.

Todo, absolutamente todo lo sabía ella, sabía que su destino pronto llegaría a su final y sin imaginar que su destino habría sido cambiado por la misma diosa al poner en su camino a su mate..

Charlie estaba aún más deprimida que antes al saber que por nuestro futuro ella abandonó el suyo.

—Debemos tomar su decisión para bien, Charlie.

—¡Es que no puedo, Dominick! —murmura entre llantos —Ella abandonó su propia felicidad para que nosotros tuviéramos la nuestra.

Por más que me doliera, teníamos que aceptar que ella ya no estaba. Aunque yo dijera lo mismo, ya no podía hacer nada para cambiar el pasado. Me dolía su pérdida. Era mi hija a quien hoy le daríamos el último adiós. No sabría cómo lo tomaría al ver su cuerpo siendo sepultado para jamás volver a verla.

—Vamos —la tomé de las manos—Ya es hora de su entierro.

—Dominick... —Me abrazó, lloró y pidió que fuera un amargo sueño, pero es una cruda realidad, nuestra realidad. —Me mata...

Mi luna lloraba amargamente con solo pronunciar su nombre.

No sabía qué hacer más que abrazarla, pero, de repente, me soltó y corrió hacia el baño. Solo pude ver cómo inclinó su cuerpo para vomitar en el lavabo.

—¿Estás bien? —pregunté preocupado. Estaba más pálida de lo normal. —¿Charlie?

—Dame unos minutos.

La dejé sola y pedí que me trajeran algo para que tomara. Después llamaría al médico para ver si estaba bien de salud, ya que no deja de vomitar. Los mareos también eran constantes.

Me preocupaba que ese vampiro le hubiera ocasionado algún problema en su cuerpo.

Sofía Collins

1999-2007

Siempre te amaremos, pequeña flor

Todos se acercaban a la lápida de Sofía y dejaban flores sobre su tumba. Al mismo tiempo, nos daban el pésame por su pérdida, pero eso no la traería con nosotros.

—Nunca me agradaste, Dominick, pero en verdad lamentamos lo de la pequeña Sofí —comentó Madison con su pequeño bebé en brazos acompañada de su mate Lucían. —Era una niña ejemplar.

Se alejó de mí y dejó a su pequeño con su padre, se acercó a su amiga y la abrazó en consuelo. Sabía que ella amó a Sofía.

—Dominick, no te voy a mentir —expresó Lucían con un semblante serio—No me agradas, y lo sabes muy bien, pero aun así... —su expresión se suavizó— En verdad lo siento por lo de Sofía. Sé cuánto la adoraban.

—Gracias. —Traté de no derramar ni una lágrima, pero me fue imposible. —Lucían.

—Oye, no te contengas. —Palmeó mi espalda. —Somos hombres pero al final, nuestro corazón es de carne.

Sangre de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora