—Hoy vino un lobo que dijo ser el beta del alfa de Rousville. Averigua si alguna manada está instalada ahí.
—¿Qué? ¿Rousville? —Se quedó confundido—. Pero si ahí no vive nadie. Esos bosques no tienen dueños, es inhabitable Charlotte. ¿No será una trampa?
—No lo creo. Él tenía la marca de su manada en su muñeca derecha.
—Pero si me consta que esos bosques no tienen dueños y son inhabitables.
—Al parecer, ya aparecieron sus dueños. Por eso quiero cerciorarme de que sea cierto.
—Está bien.
—Oye, antes de que te vayas, ¿cómo está Madi con su embarazo? —No tenía tiempo suficiente para verla, pero supe que esta embarazada. —¿Ya saben que será?
—Ya casi está por llegar en unos días —respondió con alegría en su voz. —Y no lo sabemos; preferimos no saberlo.
—Dejaré de molestarte para que estés con ella cuando sea el momento. Por eso esta será la última vez que te llame para que estés con ella.
—Nunca será una molestia que mi alfa me dé órdenes. —Esbozó media sonrisa y me reverenció. —Eso te lo aseguro.
—Como tu alfa, también soy tu amiga, y por eso dejaré que estés con ella para que veas a tu hijo nacer. ¿Cómo se llamará?
—Benjamín si es un niño y Lila si es niña.
—Son lindos nombres
—Madi me dijo que te dijera si quieres ser su madrina.
—¿Es una pregunta o una afirmación? —me burlé por la forma en que lo decía.
—Bueno...
—Claro que sí lo seré, Lucían. Solo jugaba contigo.
Niega con su cabeza.
—La verdad es que nunca podré comprender tus extraños chistes. Mejor iré a cumplir tu orden.
Se rio y negó con su cabeza antes de salir de la habitación.
Miré a Sofía; ella me observaba seria. La acerqué a mí y acaricié su cabello mientras la abrazaba.
—Te llevas bien con ellos, ¿verdad, mamá? —Se acomodó a mi lado y me abrazó.
—Cuando empecé a asistir al instituto, su mate fue la primera amistad que hice y después él.
—Mamá, ¿por qué ya no vas a clases?
—Porque después de haberme presentado como luna ya no puedo salir y arriesgarme a que algunas personas descubran que estoy ahí durante el día.
—¿Acaso antes usabas un disfraz?
—Así es, pero ya no tiene caso asistir como otra persona.
—Y si los demás preguntan por esa chica aurora, ¿qué les dirán?
—Ya tu padre se encargó de hacerles ver que fue transferida a otro país para que no hubiera inconvenientes.
—Oh... —Miró el techo. —Mi padre siempre se prepara para todo, eso no ha cambiado en el.
La observé sin creer que aquella dulce niña ahora era una adolescente. Recordé lo que pasó antes; aún tenía mis dudas sobre mi pasado y quería saber más.
—Mamá, ¿por qué Cris tuvo que irse?
—Mis padres pensaron que era lo mejor, pues tú ya no eres una niña. Ya no sería lo mismo para ustedes.
—Pero me gustaba estar con él —susurró triste. —Es mi amigo.
Aunque ella tuviera el cuerpo de una adolescente, a veces actuaba como una niña.
«Tal vez el motivo de extrañar a Cris sea otro».
—Pero él ahora está bien, Sofía. Unos primos nuestros llegaron de visita y él parece divertirse.
—Pero yo lo extraño. —Se cruzó de brazos e infló sus mejillas. —Se supone que los amigos son importantes también
Reí por su berrinche de niña.
—¿Tanto lo extrañas?
Me contempló.
—Me siento sola. Ustedes no me dejan acompañarlos cuando salen. Cuando él estaba aquí, me acompañaba siempre.
—Sofí, ¿acaso cris es tu mate?
—¡¿Qué?! ¡Claro que no, mamá!
—Entonces, ¿por qué ese apego con él?
Ella se queda en silencio, observa sus dedos jugar entre sí.
—Me recuerda mucho a mi hermano Arthur. —no esperaba esa respuesta de su parte. —Mi hermano mayor.... —una lágrima se escapó de sus ojos —Él murió por mi culpa. Si tan solo yo no los hubiera desobedecido ese día, ustedes jamás... y él...
Me sentía mal al verla afligida y angustiada por algo que sucedió en el pasado de eso han pasado siglos. Sí, quizá cometió un error, pero eso ya pasó no tiene caso hablar de ello. Aun así, seguía atormentándose.
No la juzgaría por algo que no recordaba.
—No hablemos más de ese día. ¿Por qué mejor no me hablas de cómo eras tú y tu hermano Arthur?
Eso si me llamaba la atención. No esperaba saber que antes en otra vida también fui alfa y tuve hijos.
—¿En serio?
—Bueno, si tuve hijos en mi vida anterior, al menos quisiera saber cómo eran. Siento que es lindo saber cómo eran mis hijos de mi vida pasada.
—Bueno...
Me lo describió como un joven de 23 años; alto y de buen parecer como su padre. Un poco trigueño y muy atractivo. Sofía me decía que antes yo era un poco morena y Dominick era del mismo tono que el de ahora, como si fuera bronceado;. Ella era de piel acanelada como su padre. En cambio, Arthur era más parecido a mí. Y explica el porqué se parece a Dominick pues la creadora le dio un aspecto muy parecido a Dominick y a mí en esta vida.
—¿Y en aquella época ya tenías mate?
—No, nunca lo encontré. Tal vez sea porque no había nacido. No sé.
—Te llevabas bien con tu hermano, ¿no es así? —sonrío al verla feliz cuando hablaba de su hermano. —Lo admiraste mucho.
—Él era amado por todos y yo me sentía muy feliz cuando me llama pulga mimada. Ustedes se sentían orgullosos de nosotros porque era muy inusual que él y yo discutiéramos.
—Era un buen hermano entonces.
—Sí, lo fue. Arthur era el más prudente. Era el hijo perfecto en todo; nunca les llevó la contraria, no hasta ese día.
—Sofía... —Moví mi cabeza a un lado al ver que hablaría de ese tema. —Dijismo que nada de tristeza.
—Perdón, mamá, ya no lo vuelvo a mencionar. Bueno, ahora dejaré que descanses un poco. Iré a ver un poco de televisión mientras papa llega.
Se levantó sonriente y me pidió que descansara.
Al salir me quedé perdida viendo el techo mientras imagino el rostro de ese chico de 23 años que fue mi hijo, por como lo describió Sofía era el hijo ejemplar que todo padre desearía tener.
El problema es que ella... solo habló maravillas de su hermano mayor, pero en cambio de ella, no dijo casi nada.
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Sangre de Luna
WerewolfCharlotte es una chica con un pasado oscuro que la marcó de por vida. Al cumplir los dieciocho sus padres decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como cualquier adolescente, pero al entrar al instituto encontraría al que...