—¡Ja, encima la defiendes! —Se cruzó de brazos cabreada—. Ahora el perro si sabe amar —gorjeó, y eso me molestó mucho. —Preocúpate por los vivos no por los muertos, Dominick.
—Sabes algo, con ella sí supe lo que era amar, porque no necesité ninguna conexión para llegar a hacerlo. En cambio, contigo sí siento algo pero es por esta estúpida conexión de mates. ¿Sabes qué? Si ella aún estuviera viva, nunca la hubiera dejado, ni siquiera por ti.
—¡Dominick!
Al escuchar la voz de Jonathan a mis espaldas, me di la vuelta para verlo. Al igual que su luna, ambos abrazaron a Charlotte, que se encontraba petrificada después de oír mis palabras crueles. Cuando me di cuenta de que había cometido un grave error quise remediarlo porque lo dije sin pensar. No medí mis palabras y me dejé llevar por la ira.
—Charlotte, yo... no quise...
Ella retrocedió y se ocultó en los brazos de sus padres.
No sabía en qué pensaba cuando le dije eso. No pensé en las consecuencias de mis palabras crueles. No sabía qué hacer ni qué decir para remediar lo que dije. No fue mi intención decirle eso, pero me dejé llevar por la ira. Ella fue quien me provocó.
—Charlotte, yo...
—¡Aléjate de mí! —Me miró furiosa mientras sus ojos cambiaban de tonalidad. —¡Fuera!
—No es cierto lo que dije, yo nunca...
—¡Lárgate! ¡No te quiero volver a ver!
Sus palabras eran como puñales en mi pecho. Sentía su dolor, su tristeza, su rabia y su angustia, una agonía que me mataba en vida eso sentía ella... Todo por mi culpa. Me dolía verla así. Ahora me arrepentía por haberme expresado de esa forma tan cruel. Decidí que lo mejor era irme, ya había hecho suficiente daño a la persona que más puede saber cómo me siento.Pensé que tal vez si le daba algo de espacio olvidaría lo que pasó. Salí de los territorios de Dark Moon y dejé informada a una de las empleadas que cuando se calmaran los demás les dijera que Sofí se quedaría con ellos.
No podía sacarla de mi mente, solo podía pensar en ella, en mi luna. Solo le causé dolor y sufrimiento. Recordé esa expresión tan deplorable en su rostro, el dolor de la agonía que solo nosotros mismos podemos causarnos con el filo de nuestras palabras, palabras que yo causé.
Nunca quise usarla y jamás me aproveché de ella. Desde que la hice mía, no podía sacarla de mi cabeza ni por un instante; su aroma, sus besos, su piel... Quería que siempre me mirara como me vio esa noche, con tanto amor y deseo que decidí cambiar solo por ella, yo me prometí a mí mismo cambiar y ser un hombre diferente solo para ella, ser su amigo, su amante y sobre todo, su protector..
La razón por la que no estaba con ella ese día al despertar fue porque Edgar tocó la puerta de mi habitación mientras la admiraba dormir sobre mi pecho. La hice a un lado con cuidado para saber porque mi beta Edgar me molestaba a horas tempranas de la mañana y él me informó que habían capturado a un intruso que merodeaba en los bosques de nuestras manadas, así que lo acompañé para ver quién era pero para cuando regresé, ella ya no estaba en mi habitación.
Se encerró en su habitación y no salió por dos días. No entendía por qué se había ido, no hasta ahora que sabía lo que pensaba de esa noche. Ese día yo creí que se había arrepentido por lo que pasó entre nosotros la noche anterior. Sentí una enorme felicidad al saber que lo disfrutó tanto como yo, pero como soy un imbécil de primera clase, ahora lo arruiné, todo por la estúpida forma de expresarme y por no controlar mi furia.
Estacioné mi auto frente a mi casa, salí y me encaminé hacia la entrada para luego abrir la puerta. Me llevé una sorpresa al ver unas maletas en la entrada y a Verónica bajar del segundo nivel.
—¿Ya se va? —pregunto ya que aún le falta un día para que se marchara —Tan pronto..
—Bueno, ya pasó la semana que prometí, así que debo volver a mis deberes. ¿no lo olvidaste, verdad?. —Parecía buscar a alguien más, después me miró—. ¿Vienes solo?
—Sí. Los niños y Charlotte deseaban pasar la noche en Dark Moon —mentí.
—Cuando regrese, dale a Charlotte mis saludos . —De repente, desapareció de mi vista. Al sentir su aroma detrás de mí, giré para verla con asombro por su rapidez—. Nos vemos.
—Espere, por favor, Verónica. —La detuve antes de que se marchara—. Necesito hablar con usted.
—¿Sobre qué?
—Sobre Charlotte.
—¿Y porque piensas que yo sé algo de tu pareja?
—De lo contrario ya se habría marchado.
Enarcó una ceja y me observó
— Vaya, no creí que me lo dirías nunca.
—¿De qué habla? —pregunté confundido.
—Sobre tu falso hogar.
—¿Qué?
—Por favor, tal vez a los demás los engañaron, pero a mí no.
—¿Ya lo sabía?.
—Tengo más tiempo que ustedes en este mundo, Dominick, y nadie podría engañarme. Era tan tonto al pensar que podría engañarla con tanta facilidad si conocía más de la vida que yo. Claro, por algo era una de los vampiresas más antiguas
—No quise hacerlo...
— Mira, Dominick, no romperé mi promesa que hice con tu padre. Pero, tú no sabes quién es realmente tu mate, ¿no es así? Imagino que quieres hablar al respecto.
—¿Cómo lo...?
—La experiencia toma siglos, Dominick.
—¿Quién es ella realmente?
—Supongo que ya no tiene caso ocultártelo. —voltea a verme sobre su hombro izquierdo —Tu mate no es cualquier híbrida, ella es la nieta de mi viejo amigo, mejor dicho, del rey Francisco. Charlotte lleva sangre de la familia imperial. Lleva sangre de la familia Silver.
"¿Qué? ¿Cómo? Pero entonces porque la tenían encerrada"
—Si ella es de la familia real, ¿por qué estaba en los calabozos? ¿Por qué le hicieron tanto daño?
—No lo sé, pero estoy segura de que Francisco no sabe de esto. Él sería incapaz de hacerle daño a su amada nieta. Alguien debe estar detrás de tu mate, así que debes estar pendiente de ella. Yo ya obtuve la información necesaria hasta ahora, por lo que debo irme.
—Espera. ¿Dices que todo lo que pasó solo fue una distracción para...?
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Sangre de Luna
WerewolfCharlotte es una chica con un pasado oscuro que la marcó de por vida. Al cumplir los dieciocho sus padres decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como cualquier adolescente, pero al entrar al instituto encontraría al que...