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03 marzo 2019 [ Calle principal Vibojh ]

“comienzo 01”

— malditos taxis, no está tan feo como para que no venga ninguno... — susurré caminando en medio de la oscura calle.

Miré a mi alrededor con inseguridad y apresuré mi paso con miedo a los ruidos que se acercaban cada vez más.

El reloj de mi celular marcaba las 4 en punto de la madrugada y a lo lejos podía notar de dónde provenía tal ruido alarmante.
A lo lejos se veía claramente la figura de un hombre caminando de un lado a otro mientras se preocupaba en ayudarse de las paredes para no caerse contra el suelo.

De sus labios salían constantes gemidos que me hacían pensar de que se podía tratar. Gemidos de un simple borracho o de un hombre malherido pasando por el dolor. Incluso el hombre mantenía su mano dentro de su campera.

Seguí quedándome completamente quieta en medio de la calle hasta que aquel hombre cayó al suelo llegando a alarmarme aún más.

Necesita ayuda.

Con mucho cuidado lo rodeé con precaución notando de inmediato el gran manchón de sangre en su remera.

Su piel estaba completamente palida y su cuerpo estaba sudando de una manera impresionante, ¿Le clavaron un cuchillo? ¿Acaso tiene fiebre?

— oh dios... Es grave — susurré con desesperación.

En un intento de desesperación grité por ayuda pero no sirvió en lo absoluto, nadie venía.
Saqué mi teléfono y marqué a la ambulancia.

— ¿Hola?

— ¡Necesito ayuda urgentemente!

— Yo... Venía caminando hace unos segundos y un hombre que iba por la calle cayó al suelo, está herido... Pierde mucha sangre, está pálido y parece tener fiebre.

—  ¿Dónde estoy? La fuente principal de la calle Vibohj... — contesté preocupada.

Finalicé la llamada y aquél joven se arrastró a la pared apoyando todo el peso de su cuerpo mientras agachaba la cabeza sin dejar de soltar los gemidos de dolor.

— hola .. ¿Me puedes oír bien? — pregunté sin saber que hacer.

— La ambulancia está llegando... Necesito saber que pasó para ayudarte.

Sin embargo, aquél chico ni siquiera me miraba.

Tomé distancia y miré a cada costado por un tiempo esperando la llegada de la ambulancia.

El chico tiene rasgos asiáticos, tal vez no hable el mismo idioma que el mío...

— Ah ahí están! ¡Aquí! — grité sacudiendo mis manos.

El cuerpo del chico fue levantado por dos camilleros y lo acostaron en la camilla de la ambulancia.
Dos policías que escoltaron la patrulla se me acercaron y me preguntaron sobre si sabía algo al respecto o si lo conocía.

— No lo sé, venía caminando mientras se apoyaba en la pared y cuando estaba a mi lado, cayó al suelo... Eso es todo lo que sé.

— ¿Conoce al chico? — preguntó el mayor.

— No, ni siquiera me dijo su nombre...

— Voy a necesitar que nos acompañe. — respondió uno de los policias. — en caso de amenaza, podrá ayudar a la policía en el hospital.