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Caminé hacia la cocina buscando algo dulce para comer pero nada...

— tengo frio... — susurré sintiendo un fuerte viento helado.

Me dirigí a mi habitación en busca de algún abrigo y agarré el primero que encontré, uno de los abrigos de Jungwon.
Luego de eso, salí de la habitación sintiendo como poco a poco la paranoia se adueñaba de mi cuerpo.

Entré al ascensor y presione el botón número 1.

Una vez en la entrada general, me acerqué a la recepción y consulté por la zona de las comidas.

— No vendemos dulces en general por el momento, pero tenemos postres a los cuales le encantará. — contestó la joven con una enorme sonrisa.

— Te lo agradezco pero no es lo que busco... ¿sabes de algún negocio cerca de aquí? — pregunté.

— Encontrará un negocio muy cerca de aquí, son dos cuadras a la derecha y allí habrá un 24 horas.

— Gracias por la ayuda. — sonreí.

Miré la hora de mi reloj que marcaban la 1 de la madrugada y me encargué de apresurar mis pasos en el primer momento que salí.

Llegue al negocio donde busqué diferentes bolsas de gomitas e incluso compré el helado favorito del pequeño Max.

— ¿cuánto sería todo? — pregunté acercándome a la caja.

— 12 libras.

— oh... ahí pago.

Entregué el dinero y recibí la bolsa para salir a la entrada.

Tengo muchas ganas de ir al baño...

Volví a entrar al lugar y me acerqué a la mujer.

— Disculpa... ¿acaso tienes un baño que-

— El baño es solo del personal, no podemos prestarlo. — contestó en negación.

— Porfavor... es que...

— Señorita...

— No tomará mucho de su tiempo.

Algo que me suele pasar a menudo es el hecho de querer orinar y tener que ir rápido porque corro el riesgo de que pueda no aguantar.

Es algo que quedó después del embarazo.

Entré al baño con una incómoda sonrisa, cerré la puerta y me senté en el inodoro empezando a orinar con tranquilidad mientras pensaba en cómo estaban las cosas.

Luego de unos segundos, me limpie y me levanté.
Tiré de la cadena y lavé adecuadamente mis manos sin dejar de pensar en cómo arreglar las cosas con Jungwon.

La puerta fue tocada por lo que dejé de lavar mis manos.

— ¡perdona! ¡Ya salgo!

Sin embargo, otra vez tocaron la puerta pero con más fuerza.

— dije que ya salgo. — contesté abriendo la puerta.

Una mano tomó mi boca con mucha fuerza y me obligó a ponerme contra la pared.

En un instante mi cuerpo empezó a temblar y no tuve la fuerza, ni el valor para mover siquiera un músculo.

— desde que... me enteré que volviste a Londres. No pude dejar de pensar en ti. — susurró cerrando la puerta con seguro.

Me alejé y lo único que hice fue arrojar el papel hacia la cabeza de Hyunjin.

— estoy obsesionado contigo...

𝔅𝔦𝔱𝔢 𝔐𝔢 - 𝔜𝔞𝔫𝔤 𝔍𝔲𝔫𝔤𝔴𝔬𝔫 𝔵 𝔗𝔫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora