Draco se quedó inmóvil, agudizando todos sus sentidos. Le había parecido escuchar algo. Quizás la Señora Norris o incluso el maldito de Peeves. Pero cuando no oyó nada más, se apresuró a meterse por el tapiz. A mitad de camino, vio la tenue luz que emitía una varita bajo la bata. Draco se sentó al lado de Harry y chocó suavemente sus hombros.
—Mañana nos vamos de Hogwarts... —susurró Draco.
—Sí... —suspiró Harry.
—No pareces muy emocionado.
—Créeme que no.
—Bueno, pero podrás intercambiar cartas con tus amigos. O ir a sus casas. ¿Granger no vive también en el mundo muggle?
—Es... difícil.
Draco observó la expresión de Harry. Estaba escondiendo cosas, pero no sería él quien presionaría. Él también tenía secretos que era mejor no desvelar.
—Bueno, pues supongo que nos veremos en septiembre.
—¿Tú qué harás este verano, Draco?
—Oh, pues... No mucho, la verdad. Volar, divertirme con mis amigos y... bueno, supongo que estudiar también —Draco se encogió de hombros.
—Pero la magia está prohibida para nosotros fuera de Hogwarts.
—Como dijo el profesor Snape, la magia no es solo mover la varita y conjurar, Harry. Estudiaré las estrellas y mejoraré en Pociones para ser el mejor de todo el curso el año que viene.
Todavía la escocía que Granger le hubiera superado. Ya podía visualizar la mirada decepcionada de su padre en cuanto se enterara. Pero no podía hacer nada, solo seguir estudiando.
—¿Vamos a tener que vernos en los pasadizos secretos el curso que viene? —preguntó Harry.
—Bueno, si quieres que te hable, no creo que lo haga de la misma forma que ahora.
Draco vio cómo alzaba las cejas.
—Eres un león y yo una serpiente, somos enemigos. Y además...
—¿Y además qué?
—Nada. Cosas tontas. Tú eres nuestro famoso salvador y yo solo soy el hijo de la familia Malfoy.
—¿Pero tu familia no es importante?
Draco lo sopesó. ¿Era importante? Sí, porque era rica e influyente en la sociedad. ¿Famosa? Por cosas que chocaban con la fama de Harry. Pero Draco no contestó eso.
—Cualquier familia se queda corta al lado del famoso Harry Potter —se burló.
Harry le dio un empujón juguetón, fingiendo molestia.
—¿Pero cómo sabremos cuándo quedamos? —preguntó Draco.
—Draco.
—¿Qué?
—No, te llamaré Draco y esa será la señal. Y tú también, me llamarás Harry.
—Ni hablar.
—¿Eh? ¿Por qué no?
—Me niego. Eso es... demasiado —Draco sintió que su cara se calentaba.
Draco se sintió observado con cierta intensidad por Harry. Se puso algo nervioso.
—¿Estás avergonzado? —Harry sonrió, divertido.
Draco le miró molesto, pero Harry solo ahogó una risita.
—Pero somos amigos, ¿no?
—¿Amigos?
—Claro, los amigos se llaman por sus nombres, Draco.
Por alguna razón, Draco recordó todas aquellas veces en las que se había dirigido a los dos amigos que siempre le acompañaban. Vincent Crabbe y Gregory Goyle. Nunca los había llamado por sus nombres, siempre por sus apellidos.
La sola idea de llamar a Harry por su nombre le hizo feliz.
—Bueno, pero no te acostumbres demasiado, ¿de acuerdo?
La respuesta de Harry fue la de soltar una suave risita.
Poco rato después, decidieron que era mejor no tentar más a la suerte e irse a la cama. Al día siguiente tenían que madrugar para abandonar la escuela y disfrutar de sus merecidas vacaciones de verano.
Draco y Harry no se hablaron en todo el día. Cada uno estaba con su grupo de amigos y ni siquiera habían intercambiado una sola mirada. Sin embargo, cuando llegaron a King's Cross, Draco empezó a ponerse algo inquieto. Sabía que se había despedido de Harry la noche anterior en el escondite, pero quizás le gustaría despedirse de nuevo. Asegurarse de que no lo había imaginado todo. Vio a Harry dirigiéndose hasta la salida del andén nueve y tres cuartos, flanqueado por sus dos amigos. Sus padres todavía no estaban allí.
Draco cedió ante su impulso y se dirigió hasta donde estaba Harry.
—¡Eh, Potter! ¡Una sonrisa para la cámara!
Harry se giró y se quedó ciego por el flash de la cámara. Draco sonrió al haberle pillado tan natural.
—Esta va directa para El Profeta. «Harry Potter sobrevive a su primer año en Hogwarts».
Vio a Weasley suspirar y a Granger pasar de sus gritos. Sin embargo, Draco captó la leve sonrisa que Harry le dedicó.
Después, Harry regresó al mundo muggle.
Harry Potter, verano de 1992.
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THEM
FanfictionLas fotografías siempre captaban el momento y quedaba retratado para la historia. Un álbum de fotos, en cambio, capturaba la historia en sí. Y así, mediante ese álbum de fotos tan bien escondido que encontraron, Albus y Scorpius pudieron ser testigo...