Filius Flitwick como campeón de duelo.
—¡Serpensortia!
Harry reaccionó como todos los demás y se echó para atrás, buscando alejarse lo más rápido posible de la serpiente que surgió de la varita de Malfoy. Sin embargo, su mirada quedó clavada en los ojos de la furiosa serpiente. Escuchó al profesor Snape ordenarle que no se moviera, para su gran alivio. Sin embargo, la alegría le duró poco cuando el imbécil de Lockhart quiso intervenir.
Por supuesto, no salió bien.
La serpiente salió disparada hacia arriba en lugar de desaparecer y se fue directa a encararse con un chico de Hufflepuff que nada había tenido que ver. Harry, como el tonto impulsivo que a veces era, dio un paso adelante e intervino. Y cuando menos se lo esperaba, el Hufflepuff le gritó:
—¿A qué crees que jugamos?
Harry se dio cuenta del ambiente general del grupo. Todos intercambiaban susurros, mirándole de forma extraña. Incluso Snape le dedicaba una mirada cautelosa. Enseguida sus amigos le sacaron del Gran Comedor. Pero mientras salía de allí y los otros alumnos le evitaban como a la peste, pudo captar la expresión de Malfoy. No supo identificar lo que había en su rostro, pero Harry reaccionó de forma automática antes de gesticular con los labios su nombre.
Fue por la noche, cuando estaba a punto de dormir después de estar pensando demasiado, que se acordó de la señal que le mandó al rubio. Estaba seguro de que Malfoy lo había captado, así que se dio prisa por salir de los dormitorios e ir hasta el pasadizo que daba cerca del aula de Encantamientos. No habían podido acordar otro lugar donde reunirse, pero no hubo necesidad, pues Malfoy se encontraba sentado en mitad del pasadizo secreto.
Malfoy estuvo a punto de atacar por el susto, pero se relajó en cuanto vio que era él. Guardó su varita.
—Tu tardanza no es elegante, Potter —frunció el ceño—. Murmuras mi nombre delante de todos y encima me haces esperar. No soy una serpiente a la que puedas engatusar con pársel.
—Por favor, no empieces tú también con eso. Bastante he tenido ya con Ron y Hermione diciéndome que es de magos tenebrosos hablar pársel —Harry se deslizó por la pared hasta quedar sentado a su lado.
—Bueno, entonces también te habrán dicho que eres el próximo candidato a ser el heredero de Slytherin, ¿no?
—Y también posible descendiente de Salazar Slytherin por hablar pársel.
—Tendría cierto sentido —Malfoy se encogió de hombros—. Hay muy pocos magos que sepan hablarla y casi la mayoría son considerados magos tenebrosos. Excepto tú, que todavía eres el niño que sobrevivió. Aunque no creo que por mucho tiempo si se filtra tu pequeña conversación con esa serpiente. Y dime, ¿por qué me has llamado? —le miró a los ojos, con expresión aburrida.
Harry abrió la boca, pero de ella no salió nada. En realidad ni siquiera sabía por qué lo había hecho.
—Yo... solo... fue de manera inconsciente... creo...
—Para enciclopedia mágica ya tienes a esa san... —Malfoy tosió—. Quiero decir, que ya tienes a Granger, que parece que se la haya comido entera.
La boca de Harry ya había pronunciado la siguiente pregunta para cuando se quiso dar cuenta.
—¿Voldemort hablaba pársel?
Harry vio que Draco reprimía un escalofrío, pero de todas formas alzó las cejas.
—¿Crees que no lo enseñaría si no lo supiera? Además, el único gran mago que se conoce antes del Señor Tenebroso que hablara con las serpientes, si lo hacía, era Salazar Slytherin, nuestro fundador. Pero seguro que eso ya te lo han contado, ¿no?
—¿Eso es un sí? ¿Cómo estás tan seguro? Hermione no me ha contado nada de Voldemort siendo hablante de pársel.
Malfoy le miró con una expresión indescifrable. Luego Harry cayó en la cuenta.
—Ah, vale. Sí. Tu padre... —murmuró.
—Bueno, heredero, si alguna vez necesito que me mantengas despierto toda la noche, te pediré que me hables en pársel y así me cago de miedo —Malfoy se levantó, sacudiendo su bata—. Pero que sepas que el duelo lo gané yo, Potter.
Y muy dignamente, Malfoy se alejó por el pasadizo.
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—¿Esto se supone que es un recuerdo bonito? —Scorpius miró a Albus.
—¿Y por qué me lo preguntas a mí?
—Porque es tu padre, Al.
—Pero yo no sé lo que pensaba mi padre al poner este absurdo recuerdo aquí. Pregúntaselo a él.
—Es que es tan... innecesario, a mi parecer... —murmuró Scorpius.
—Te recuerdo que tenemos el recuerdo de tu padre sacando a escondidas fotos del mío.
—No fue a escondidas.
—Pretendía hacerlo si el flash no hubiera sido tan cabrón —Albus alzó una ceja.
—Pero es un recuerdo importante.
—Sí, de fanático. La próxima vez que se meta conmigo, pienso morderle el culo con sus recuerdos bochornosos.
Scorpius negó con la cabeza, dando por perdido a Albus.
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THEM
ФанфикLas fotografías siempre captaban el momento y quedaba retratado para la historia. Un álbum de fotos, en cambio, capturaba la historia en sí. Y así, mediante ese álbum de fotos tan bien escondido que encontraron, Albus y Scorpius pudieron ser testigo...