Dobby, el elfo doméstico.
Hacer las paces con Draco hizo que las cosas fueran mucho mejor entre ellos dos. Claro que Draco no dejó de ser un maldito demonio con él delante de todo Hogwarts, pero sus quedadas nocturnas eran mucho más divertidas de lo que recordaba.
También logró convencerle de que fuera al baño de prefectos con él. Ya que tenía la contraseña, qué mejor que aprovecharla. Myrtle estuvo encantada de que otro chico entrara en el baño de prefectos. Draco intentó ahogarle en la gran bañera porque se le había olvidado completamente de la posible presencia de Myrtle. Pero luego pareció entablar una conversación más que correcta con ella.
Harry no sabía si Draco era consciente de que estaba hablando con la hija de muggles que murió cuando la Cámara de los Secretos se abrió años atrás. Tampoco se lo dijo.
Cuando la segunda prueba terminó con un empate entre Cedric y él por el primer puesto, Draco se dedicó durante unos cuantos días a burlarse de él porque Ron había sido su persona importante.
—Yo pensaba que sería Cho Chang. Diggory no podía ser porque es también campeón.
Harry se ponía tímido con lo de Cho y ciertamente irritado cuando oía el nombre de Cedric.
—¿Y para ti quién sería?
—¿Una persona? ¿Tiene que ser del colegio? —Draco lo había rumiado.
—Seguro que es Pansy.
—Podría ser. O quizás Crabbe o Goyle, quién sabe. Aunque Granger fue la escogida para Krum.
—¿Entonces alguien de Beauxbatons?
—Quién sabe. Todo es posible. Pero como no se ha dado la ocasión, nunca lo sabremos.
A Harry no le había gustado demasiado esa respuesta, pero no dijo nada.
La tercera prueba se celebraría una semana antes de final de curso, justo el mismo día del último día de exámenes. A pesar de que estaban ocupados con los exámenes, porque él no tenía que hacerlos por ser campeón, Ron y Hermione accedieron a ayudarle para prepararse. Incluso Draco lo hizo en menor medida.
—Creo que deberíamos adelantar las horas en las que quedamos. No creo poder seguir mucho tiempo más este ritmo. Y menos con los exámenes acercándose. Pero claro, como el señorito no tiene exámenes... Tal vez deberíamos ir al baño donde está Myrtle. Con ella por ahí, no creo que se acerquen demasiado, ¿no?
Draco se detuvo al ver que Harry estaba de pie en mitad del pasadizo. Harry se puso nervioso, viendo que notaba esa tenue luz que se veía por su espalda. Era como si le surgiera un halo por detrás. Draco entornó los ojos, intentando averiguar qué era lo que estaba haciendo.
—¿Ahora emites luz por el culo como una luciérnaga?
—Feliz cumpleaños, Draco.
Harry le mostró la tarta completa de cumpleaños coronada con una vela. Vio cómo Draco alzaba las cejas.
—Harry...
—Pide un deseo.
El rubio soltó una risita.
—Deseo que dejes de meterte en líos. Algún día veré tu cabeza en el despacho de Filch como trofeo.
—Lástima, ya no sé cumplirá porque lo has dicho en voz alta.
—Por las barbas de Merlín, qué pena... ¿Cómo demonios has colado la tarta?
—De las cocinas.
—¿Les has robado a los elfos domésticos? —se rió Draco, acercándose hasta él.
—Sopla y luego hablamos. Pero recuerda pedir un deseo.
Draco cerró sus ojos, se mantuvo así unos segundos y luego sopló. Se quedaron a oscuras, pero los dos hicieron luz con sus varitas, medio tapadas para no llamar tanto la atención. Harry cortó un pedazo para cada uno y le pasó un tenedor.
—No me dieron más —explicó Harry, viendo la mirada del rubio al solo ver uno.
—Entonces me temo que no vas a poder comer —dijo antes de llevarse un trozo a la boca.
Harry vio con satisfacción la cara de sorpresa que ponía Draco. El cuerpo del chico pareció estremecerse y enseguida se llevó otro trozo a la boca.
—Es mi favorita. ¿Cómo...?
—Dobby. Es mi regalo de cumpleaños. Sé que no es mucho, pero al menos este año ha sido una tarta completa. Y tu favorita.
—Creo que es mejor que cualquier otra cosa. Mi madre no puede enviar porque se estropearía por el camino y mi búho real no puede llevarlo sin dañarlo. Es algo bruto. ¿Quieres probarla?
Antes de que Harry pudiera contestar, Draco ya le estaba casi forzando el tenedor entre los labios. Harry masticó mientras saboreaba. Estaba muy buena. Dobby cocinaba demasiado bien.
—Había olvidado la cocina de Dobby. Tendré que bajar a pedirle más comida.
—¿Qué vas a hacer con ella? ¿Te la llevarás a tu dormitorio?
—¿Estás loco? Harían preguntas y Crabbe y Goyle me dejarían sin ella. No, no. De aquí no nos vamos sin terminárnosla —dijo antes de ofrecerle otro trozo.
Harry lo aceptó, ocultando su sonrisa. Había momentos como esos, tan tranquilos y normales como comerse un trozo de tarta de cumpleaños, que atesoraba en su memoria. Momentos donde eran simplemente dos traviesos adolescentes siendo amigos, olvidándose del mundo exterior.
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—Eso es un beso indirecto, ¿no? —preguntó Scorpius.
—Creo que eso solo se aplicaba al beber de una misma taza o vaso —replicó Albus.
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THEM
FanfictionLas fotografías siempre captaban el momento y quedaba retratado para la historia. Un álbum de fotos, en cambio, capturaba la historia en sí. Y así, mediante ese álbum de fotos tan bien escondido que encontraron, Albus y Scorpius pudieron ser testigo...