La Madriguera.
—Harry... Harry, ¿quieres escucharme? Necesito hablar contigo. Es importante... ¡Harry James Potter, baja de ahí ahora mismo!
Y como Harry ni siquiera se había dado cuenta de que su esposa le estaba llamando, Ginny cogió un bate, la quaffle y la golpeó como si estuviera jugando a béisbol. Tuvo tanta puntería que le acertó a darle en la cabeza a su marido. Harry perdió el equilibrio y se precipitó al vacío, aterrizando duramente contra el césped de La Madriguera. Harry todavía estaba sintiendo el golpe cuando su mujer apareció ante él, sonriendo.
—Cuando te recoloques los huesos, ven a la cocina. Tenemos que hablar, ¿de acuerdo?
—Vale, cariño... —respondió con un hilillo de voz, viendo que la snitch volaba alrededor de su cabeza, como burlándose.
Ginny le estaba esperando sentada en la mesa, tomándose un té de alhelí plácidamente. Le sonrió en cuanto se sentó a duras penas en la silla.
—¿Necesitas que te cure algo?
—No, gracias. Bueno, ¿de qué querías hablar?
—Voy a dejar el quidditch.
—¿Qué? —gritó Harry—. ¿Pero por qué? ¿Ha sucedido algo en tu equipo? La última vez que miré, iban bien en la liga nacional y...
—Las Arpías de Holyhead están muy bien, gracias por tu preocupación —le cortó, apretando con suavidad su mano—. Soy yo la que quiero dejar de jugar. Por nueve meses.
Harry la miró, sin poder creérselo. Parpadeó varias veces, pensando. Unos segundos después, dijo:
—¿En serio?
—Sí, es en serio —Ginny sonrió todavía más—. Harry...
—¿Y por qué no un año? —la interrumpió con el ceño fruncido—. ¿No es un poco absurdo dejar de jugar solo durante nueve meses? Mejor redondear para el año completo, ¿no?
Fue el turno de Ginny de mirarle atónita. Luego, se empezó a reír.
—Oh, por Merlín —siguió riéndose.
—¿Qué te hace tanta gracia? No creo que sea gracioso eso de que dejes el quidditch. ¿Es porque te sientes incómoda jugando allí?
—Oh, sí, más incómoda me voy a sentir dentro de un par de meses.
Harry frunció más el ceño.
—¿Alguien te está acosando? ¿Te sientes enferma?
Ginny recuperó el aliento después de reír tanto, le miró cariñosamente y dijo:
—Estoy embarazada, Harry.
La mente de Harry se quedó en blanco. Por unos momentos, no pudo pensar en nada y se quedó mirando a su esposa.
—¿Harry? ¿Estás bien, cariño?
El cerebro de Harry volvió a funcionar cuando sintió el toque de su mujer en el rostro. Le estaba limpiando una lágrima traicionera.
—Oh, Harry... —Ginny se levantó y se sentó en su regazo para abrazarle—. Estoy aquí...
Iba a ser padre. Iba a formar su propia familia. Su futuro bebé no iba a crecer sin familia, sin padres. No cuando tenía a tantos por parte de los Weasley.
Abrazó con fuerza a Ginny, sonriendo. Ocultó la cara en el cuello de su mujer, no sabiendo qué decir.
De pronto, se escuchó un ruido fuerte irrumpiendo en medio de la cocina. Cuando el matrimonio miró, vio que se trataba de Kreacher, sujetando la mano de Draco. Un Draco que parecía estar a punto de entrar en pánico.
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THEM
FanfictionLas fotografías siempre captaban el momento y quedaba retratado para la historia. Un álbum de fotos, en cambio, capturaba la historia en sí. Y así, mediante ese álbum de fotos tan bien escondido que encontraron, Albus y Scorpius pudieron ser testigo...