Anexo 10

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Primera plana de El Profeta sobre el retiro profesional de Ginny Potter, agosto de 2007.

—Voy a dejar el quidditch.

Harry dejó de jugar con James, que ya tenía dos años, y miró a su esposa. Entrecerró los ojos.

—No es lo que crees —se apresuró a decir Ginny—. Esta vez es de verdad. Me voy a retirar. Quiero centrarme en cuidar a los niños.

—Pero... a ti te encanta jugar —Harry se mostró sorprendido—. ¿Por qué...?

—No voy a dejar de trabajar —suspiró Ginny, para después sonreír a un Albus que tenía solo un año—. He pensado en hacerme periodista deportiva.

—¿Algo así como Lee Jordan?

—Lee Jordan es comentarista de quidditch. Yo no creo poder tener ese carisma y labia para narrar los partidos en directo. No, prefiero plasmar mis conocimientos de otra manera. Aunque todavía tengo que mirarlo con calma.

Harry asintió antes de lanzar unas chispas de colores con su varita. James y Albus rieron alegres al verlas.

—Sea lo que sea, adelante. Yo te apoyo. Todavía no entiendo que te quieras retirar tan pronto, pero bueno —Harry se encogió de hombros.

—Viktor Krum se retiró a mi edad.

—Tienes razón.

Los dos se quedaron en silencio, haciendo carantoñas a sus hijos hasta que Ginny dijo:

—Ah, bueno, sí, también estoy embarazada.

Harry casi dejó a caer a su hijo de la sorpresa. Ginny se reía.

—¡Avisa antes de que cuando estés a punto de decir algo tan importante como eso! ¡James casi se cae por tu culpa!

—No es culpa mía, idiota.

Harry tuvo que procesarlo todo. Entonces se levantó y besó a su mujer.

—Tengo que contárselo a Ron. Y a Hermione —Harry se reía—. Ya verás. La Madriguera se va a convertir en un verdadero caos cuando nos reunamos todos con tantos hijos.

Harry decidió dejar a James allí porque todavía era demasiado pequeño como para transportarse de un lado a otro con los métodos que había. Se apareció en la puerta de Ron y Hermione y llamó. Ron le recibió con su hija Rose flotando sobre su cabeza.

—¿Vienes a sustituirme? —fue lo primero que preguntó.

—No, vengo a decirte que la familia se va a ampliar.

—¿Gracias a quién? —Ron alzó las cejas—. ¿Tú? ¿Ginny y tú vais a ser padres otra vez...? ¡Hermione, baja, Harry tiene algo que decirte! Enhorabuena, tío —le sonrió antes de darle un abrazo mal dado—. Pasa, pasa. No te quedes ahí. ¿Dónde está Ginny?

—Supongo que se lo estará diciendo a tus padres, si es que no lo ha contado antes.

—¡Ronald! ¡Baja a Rose inmediatamente! —gritó Hermione, bajando por las escaleras.

Ron dejó a la niña de poco más de un año en el sofá y esta se bajó a trompicones de él solo para írsele encima a Harry. Rose se rió cuando sintió las cosquillas del tío Harry.

Hermione pasó al lado de su marido para pegarle un buen golpe en la nuca y se sentó en el sofá, saludando al recién llegado.

—¿Y bien? ¿Qué me tienes que contar?

—Bueno, voy a tener una familia numerosa dentro de poco.

En cuanto Hermione entendió lo que le dijo, saltó hacia Harry para darle la enhorabuena. Rose también intentó saltar más sobre él, creyendo que era un juego.

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