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Recordaba aquel día con bastante claridad como el agua, lo recordaba tan bien y me sentía confusa sobre el por qué apenas desperté en mi casa sobre aquella cama de madera blanca en el cuarto púrpura me dolía tanto mi corazón como jamás lo había sentido, como si hubiera perdido todo de una manera diferente, ya no era Milovan y mi eterno llanto por él, sonará extraño pero desde ese día apenas despertar dejé de extrañarlo como lo hacía y en su lugar todo dió un giro completo, aunque era extraño que fuera más la paz y esperanza que sentía en el corazón lastimado esas mismas me dieron motivación por cambiar la vida que conocía y comencé por lo que sabía que debía hacer, aún así me sorprendió que, aunque llamé a gritos a Décim y dejé de ocultarme de él jamás ocurrió nada, jamás volvió, jamás se presentó y dejé de sentirlo por completo, aquel hecho me dejó con zozobra de manera profunda, con terror a que fuera una mentira lo mucho que este mundo había comenzado a mejorar de la noche a la mañana, el como el aura violenta, hostil y maligna que envolvía todo había desaparecido como si simplemente él se hubiera borrado de la existencia, lo pensé tantas veces en la penumbra de mi habitación a solas con tanta fuerza que creo que me volví un poco más loca que antes, treinta y dos años se pasaron volando con rapidez mientras algunas cosas avanzaron, en un intento de enderezar mi vida vagué por distintos paises, conocí a varias personas y ayudé a muchas otras, deshice los lazos con la mafia a la que estaba afiliada y comencé a ser feliz simplemente viviendo la vida ahora que parecía que mi principal enemigo se había esfumado como humo ante un ventilador encendido. Me permití romper mi soledad y me quedé con Charlie después de romper con la mafia, no quiso ser parte de esa vida vacía y cuando los demás números huyeron lo llevé conmigo y vivimos muchas aventuras juntos, nos casamos y vivimos un corto tiempo antes de que él muriera prematuramente por desgaste físico por sus malas decisiones del pasado con las drogas, aunque sonara horrible su partida no fue tan mala, no sufrió tanto y aquello me permitió seguir con mi vida dejando la que conocía en aquel sitio del que me alejé y decidí simplemente migrar, aún así en todos aquellos años por más compañía que tuviera en mis aposentos y en la vida no me sentía completa, me sentía como si algo me faltara, como si estuviera buscando a alguien, como ahora que conducía mi motocicleta Harley Davison negra con acabados cromados por aquella carretera con apuro por una sensación nueva de urgencia por ir repentinamente a un punto que jamás había visitado por una reunión familiar que tendría lugar hoy.

Celebramos el cumpleaños de mi hermano...

Después de muchos años perdido logré encontrar a Nim y, aunque al principio quise sentir rencor, no pude y lo acepté indudablemente de regreso, no sabía por que pero era como si inconscientemente supiera que su supuesta traición fue mentira y en su lugar fue esclavo de Décim contra su voluntad, cosa que él confirmó más tarde, pensé de verdad que él llenaría ese vacío que sentía, que quizás era su falta lo que me hacía sentir así, pero no fue de ese modo, aún así al encontrarlo pudimos hablar de muchas cosas y entender otras más, tanto que me convenció de dejar un poco la vida de Charlie y reconciliarme con mi madre, no creía que las cosas fueran a ser más que un desastre pero todo fluyó muy bien, como si algo maligno que nos envolvía nos hubiera soltado y nos permitió vernos por fin con claridad, era extraño pero ahora tenía una relación increíble con mi madre, con mi hermano y la familia respiraba más paz que nunca, el abuelo había desaparecido pero nadie se sentía preocupado como para buscarlo, decidimos cortar las ramas podridas de la familia Raikú por la paz y ellos simplemente quedaron en el olvido para nosotros. En todos aquellos años conocí gente increíble y mejoré el mundo de muchas maneras, tanto que ahora el clan había empezado a prosperar junto al resto del mundo, lo más relevante sobre la sociedad es que finalmente como raza y especie habíamos podido salir a la luz, lo que más sorprendió fue la aceptación de las personas con nosotros y el resto, por ello mismo no era raro ahora ver cosas como criaturas aladas desplazándose por el cielo como ahora que podía ver a un ángel surcando los cielos con sus enormes alas color oro, o a un espectro con su cuerpo azulado espectral volando en dirección contraria a donde yo iba. Junto a todos esos cambios conocí a quién fue mi pareja un tiempo y con quién tuve una hija, Alice de treinta y cinco, y un hijo, Anthony, de dieciocho, al padre de los dos lo conocen ya, Shiro, o Elija, un agradable y carismático zorro rosa de fuego de piel tan negra como el chocolate con leche, fue mi principal apoyo antes de separarnos recientemente hace casi siete años y se convirtió en mi mejor amigo al final, él estaría en la reunión junto a nuestros dos hijos, aún así no era eso lo que me tenía de esta manera, estaba bastante apurada por que debía pasar por el pastel y ya iba tarde.

Alma Sin Memorias; Mi Vida PasadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora