No podía creerlo por nada del mundo, ahora mismo sentía las lágrimas correr por mis mejillas pero de verdadera felicidad, Oliver se encontraba acostado en el piso, rendido totalmente pero se veía mejor, más lleno de vida de alguna manera, no pude si no abrazarlo y pegar su rostro contra mi pecho a modo de protección instintiva, mis sollozos silenciosos comenzaron a hacer temblar mi pecho y el corazón me golpeaba con fuerza el interior del mismo, sentí como su mano naturalmente fría acariciaba mis brazos que lo sostenían y entonces lo sentí reír entre mis brazos, se oía acongojado, como si no creyera nada de esto, justo en ese momento solo tenía ganas de comerme el mundo a su lado y esa alegría inmensa en mi ser que no encontraba por donde salir provocó que le tomara con rapidez la cara entre mis dos manos y le besara con profundidad sin importarme estar rodeada de personas, me estremeció sentir como correspondía a mi beso de una forma desmesuradamente feliz y entonces cortó el mismo para abrazarme con fuerza, con toda la que pudo y entonces ambos estábamos abrazados temblando, fue entonces que reparé en que todos mis amigos rodeaban a Zaria y entonces por el hueco que dejaron pude ver que ella estaba tirada en el piso humeando todavía con Roberto y Morethy alarmados, Oliver y yo nos pusimos de pie rápidamente para saber que pasaba y entonces miré a Roberto sumamente preocupado mientras su guardián y sus sirvientes, que hasta ese momento jamás había vuelto a ver después de la disputa con ella, intentaban reanimarla luego de quedar inconsciente, eso estaba mal, su corazón no se escuchaba y respiraba muy lentamente.
-es normal, gastó mucha energía y llegó a su límite, se pondrá bien en una hora más.-informó Morethy antes de que Roberto avanzara hasta ella y la cargara con suavidad entre sus brazos, se veía desanimado y triste, parecía que había algo que no nos estaba diciendo, fue entonces que miré brevemente como se levantó un poco de la falda de la túnica de ella y observé unas marcas a medio curar, en ese momento me di una ligera idea.
Últimamente está distante de todos y esas marcas me están dando mala espina, ¿ella estará lesionandose a propósito?...
-¿podemos ir afuera?.-preguntó Oliver con suavidad, lo miré y se veía bastante cansado, de inmediato asentí a la vez que Lukyan en compañía de Daniel traían una bata de polar fliz y unas botas para el frío.
En compañía de todos hicimos que Oliver se pusiera de pie, este se tambaleaba al intentar mantenerse de pie con suma dificultad unos momentos delatando que había gastado demasiada energía también, se veía más delgado de igual manera, aún así ese brillo en sus ojos era magistral, fue por eso cuando lo ayudaron lo suficiente yo fui la que se acercó y lo rodeó de la cintura con suavidad, pegándolo a mi, su bonita sonrisa en compañía de sus ojos verdes era todo lo que llenaba mi alma en ese momento, se aferró a mi con firmeza y entonces abrimos la puerta siendo recibidos por el frío, hasta ese momento había notado que no estaban ni Shiro ni los muñecos hasta que los ví alrededor de una fogata improvisada rodeada de sillas de madera para playa entre la nieve, el fuego era suficiente para dar calor, Corentín estaba ahí también ayudando a acomodar las sillas mientras los muñecos intentaban mantener el fuego funcionando como debía, así mismo pude ver como Morethy y Zarina sacaban de unas cuantas cestas algunos comestibles para preparar todo, comenzamos a caminar a la fogata a pasos lentos debido a que Oliver tenía algo de dificultad para dar los pasos, fue entonces que lo hice detenerse y, para su total sorpresa, apenas tuvo tiempo de rodear mi cuello por que lo cargué en brazos, el vientre era algo estorbozo pero cargarlo no era difícil, hasta ese momento noté lo ligero que me resultaba y pensé que solo tendría que ser cuestión de alimentarlo mejor o dejarlo cocinar a sus anchas para que comiera como si nunca hubiera probado alimento, fue entonces que llegamos a una de las sillas y Shiro me ayudó a acomodarme bien, algunas cosas más estuvieron listas antes de que todos se sentaran, solo hasta que todos estuvieron sentados llegaron Zaria y Roberto luciendo serios, él preocupado pero ella reticente con algo, no me dió tiempo a preguntar por que ese gesto de inmediato fue reemplazado por una sonrisa animada antes de mostrar que traía bebidas, eran jugos con algo de alcohol en botellas de vidrio, la noche entonces ya se hacía notar y la Luna iluminaba preciosamente en ese bonito sitio rodeado de nieve, frío y pinos en kilómetros, las estrellas eran preciosas y la luz amarilla de la fogata iluminaba perfectamente.
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Alma Sin Memorias; Mi Vida Pasada
FantasyLa sombra de quien fuiste te persigue sin cansancio, no puedes huir, no puedes correr, no puedes esconderte de quien aparece pisando tus talones cuando aún hay luz, no puedes esperar en la oscuridad para que su presencia se marche, pues al fin y al...