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Todo había resultado de maravilla sin esperarlo de ese modo, las clases iban normal, el curso de todo iba como debería, Oliver y yo estábamos bastante animados uno con el otro y todo se encontraba en su lugar, eso me dotaba de una sensación de calma que no sentía desde hacía mucho, para nuestra sorpresa y suerte Shawn y Angélica habían sido removidos a otro sector, eso nos dejaba la enorme casa para nosotros dos solos y era mucho mejor, todo pintaba más del color de las rosas después de eso pero el entorno ahora mismo era bastante diferente a decir verdad, Jacob nos había llamado con urgencia por que había alguien a quien teníamos que asesinar, ambos nos retiramos de emergencia de la escuela aprovechando un alboroto que se armó y nos encontrábamos en persecución,  estábamos en medio de la calle desierta de un barrio bajo entre callejuelas sin salida y conejeras asfaltadas, más bien departamentos amontonados, estábamos siguiendo a tres mujeres muy peligrosas, era una banda muy popular de traficantes clandestinas dentro del territorio de Jacob mientras conducían un destartalado y sucio mustang color café claro, eran mujeres pero muy malas si me ponía a ver el expediente, les gustaba la sangre de los niños para su culto y consumo así como la sangre de otras mujeres vírgenes, estaban afiliadas a un culto clandestino, el MadTripp, era una corriente enfocada a la demencia donde tenías que desafiar cinco pruebas para someter tu propia cordura, entre ellas estaba el asesinato, torturas y demás actos horribles que hicieron que sintiera ganas de vomitar sin ningún disimulo, les tenía asco y, por demás, odio, llevan a alguien en el maletero del auto, el alboroto se formó por que secuestraron a alguien en el patio de la escuela a plena vista, la escuela llamó hasta los inútiles del FBI, pero la escuela al estar en el territorio de Jacob y ser financiada por el mismo no se podía permitir tener mala reputación por un descuido, por ello mismo nos mandaron a nosotros.

-¿sabes quien es la persona a la que se llevaron?.-preguntó Death, o mejor conocido como Oliver, ese era el apodo que le gustaba, conducía lo más rápido que podía, estábamos yendo a casi cien cincuenta kilómetros por hora.

-no estoy seguro, todo estaba muy revuelto cuando nos mandaron a meter al edificio, pero apostaría que es una chica.-dijo mientras sostenía fuertemente el volante, un giro brusco provocó que me afirmara al asiento por reflejo, nos llevamos en el proceso varios contenedores plateados de basura pero seguimos aún así.

-si las seguimos no van a ir al lugar donde van a llevar a cabo el ritual.-mencioné antes de ver como el auto contrario dió un giro brusco y se desvió a un camino de terracería muy poco circulado, estábamos yendo a las afueras.-detente aquí, las seguiremos a pie.-dije antes de intervenir y quitar la llave de su lugar, el auto se apagó y se comenzó a detener.

-¿que haces?.-preguntó Death totalmente estresado viendo el auto desaparecer casi al instante.-¡se nos van a ir!.-exclamó aterrado antes de que abriera la puerta de mi lado y entonces salí, al hacerlo me concentré un poco para comenzar, me transformé por completo en pocos segundos y entonces comencé a batir mis alas.

-sube a mi espalda, no van a vernos si llegamos volando bajo.-mencioné antes de verlo a los ojos, entonces lo ví avanzar hasta el auto, sacó un par de armas antes de darme la cara, al hacerlo las afirmó a su cinturón y solo entonces subió como mochila a mi espalda.

Al elevarnos solo bastó con dar una profunda inhalación del aire para poder distinguir los olores, estaban a unos kilómetros de distancia pero no eran rivales para mi, apenas levanté vuelo me tomé de mis capacidades nuevas y volé tan rápido como pude, esta forma me hizo mucho más ligera y más fuerte de los músculos como para poder acelerar la velocidad de vuelo, Oliver no era pesado así que fué sencillo, a medida que avanzaba miraba como se comenzaba a formar un sendero entre la hierba, estábamos en camino a un bosque que jamás había visto desde la ciudad, estaba escondido entre unas cuantas colinas y era enorme, calculaba al menos cien hectáreas cuadradas de terreno, el auto que habíamos perdido estaba yendo a paso más lento en dirección a él, era temprano así que estaba volando bajo para evitar ser vista, cuando comenzamos a entrar al terreno del bosque dejé de volar y comencé a saltar de rama en rama con suma destreza y control aún con Oliver en la espalda, él se mantenía alerta mirando a todos lados por si alguien nos veía, su concentración rindió frutos cuando lo ví lanzar con precisión y velocidad una daga, de reojo ví a un sujeto caer al suelo, con un ademán de mano mi reptante amigo atrajo su daga a él, la tomó con gesto victorioso cuando la tuvo en la mano, él podía controlar los metales de alguna manera, aveces algunas criaturas desarrollaban habilidades ajenas a sus especies, en este caso él podía controlar el metal, ambos nos quedamos quietos cuando el auto finalmente se detuvo, gracias a las tupidas copas de los árboles el interior del bosquejo era muy oscuro, parecía de noche, había una enorme fogata encendida en medio de un círculo de árboles muy alejados uno de otro pero lo suficientemente frondosos como para no dejar entrar la luz del sol, eran si a caso las doce del día pero aquí se veía muy oscuro, oí varios gritos al momento en que la camioneta se detuvo pero entonces las ví bajar, había una rubia de piel pálida y los ojos dorados, su cabello era como el sol y traía un vestido blanco de seda que no dejaba ver sus pies, estilo vampiro genérico, la segunda era una mujer mulata de cabello castaño oscuro con un vestido morado pastel del mismo estilo que la rubia, la tercera era ya más moderna, era una albina de ojos azules como el cielo con un vestido de tirantes negro con estampado de girasoles que le llegaba a media pierna, en los pies llevaba unas sandalias altas negras con pedrería de colores y un enorme sombrero negro cubriendo su cabeza junto a unos lentes oscuros, al momento de bajar las tres se dirigieron a la cajuela y entonces la abrieron, el olor familiar me golpeó la nariz y entonces Oliver se tensó.

Alma Sin Memorias; Mi Vida PasadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora