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El día de ayer habían ocurrido un montón de cosas con respecto a Zaria, Elija y Robert, la oferta de Arthur me tenía pensativa en demasía, estaba en el patio de la escuela justo en un recreo de dos horas con Oliver como acompañante, esta vez se encontraba bastante despierto esperando a Elija, había quedado de juntarse con nosotros, incluidos Zaria y Robert, mientras esperábamos Oliver estaba tomando un medicamento para el dolor de cabeza, todo esto se notaba más animado que cuando recién nos conocimos, se había portado más cariñoso conmigo como producto de su buen humor, o eso quise pensar, pues se había puesto muy caballeroso durante todo el día, eso me estaba poniendo los nervios de punta pero no dije nada ya que se veía muy feliz y tranquilo, ahí lo veía comiendo un sándwich de huevo con tocino y jamón frito acompañado de un jugo de mango, una marca poco reconocida llamada Bling, en frente de mi estaban almenos tres sándwiches de lo mismo, en su plato había uno más el que tenía en las manos, ese sándwich era ahora lo que captaba mi mirada más no mis pensamientos, debía decirle a Oliver lo que estaba haciendo, no quería que él corriera peligro, quizás hasta iba a poder llevarlo conmigo cuando todo esto acabase y trabajaríamos para el señor Arthur Moon, no tenía ni idea, ¿que pasaba si decía que no? ¿Tendría que matarlo a él también? No me sentía capaz de hacerle eso, había sido el chico más dulce y gentil, no podía simplemente traicionarlo, no había pegado ojo en toda la noche debido a eso, no podía solo soltarlo así sin más.

-¿en que piensas?.-preguntó de pronto mirándome con un atisbo de preocupación, habló bajo y con tacto, eso solo me hizo sentir más culpable.

-¿crees conveniente traicionar a Jacob?.-pregunté directa, Oliver se quedó estupefacto unos momentos y entonces se miró bastante conmocionado.

-para tí no representaría un peligro ya que según oí no puedes morir.-murmuró antes de mirar al suelo.-en cambio yo... A mi si me podrían asesinar.-dicho eso miré con disimulo a los lados y entonces dejó su sándwich en el plato, apenas lo hizo tomé sus manos y lo miré.

-Arthur Moon me ofreció unirme a su organización, parece ser un buen sujeto que quiere acabar las mafias abusivas, como la de Jacob, hay otros trabajando para él y me convencieron, planeo unirme a ellos y estar infiltrada, si eso llega a saberse y no deseas unirte te conviene cortar toda comunicación conmigo... No te quiero poner en peligro.-dicho eso su expresión de conmoción solo fué en aumento y me tomó los hombros.

-Ana, por favor, debes pensar bien las cosas.-pidió viéndose asustado, yo en cambio fuí firme, sintiéndome de forma nefasta por saber que le estaba abandonando prácticamente con esta decisión.

-no, ya lo eh pensado demasiado, quiero mejorar el mundo y Arthur tiene ese propósito, tengo un buen presentimiento con él.-dicho eso su gesto se volvió serio y entonces se puso de pie, la mirada cargada de rabia que me dió jamás pensé que su rostro pudiera manifestarla.

-no le debes nada a nadie, ¿por que siempre quieres darle a este mundo que siempre se ha empeñado en quitarte todo?.-preguntó con la voz forzada, sus manos temblaron cuando las hizo puño, tenía los ojos cristalizados.

-por que no vale la pena vivir si este mundo está podrido... No puedo darle la espalda a un mundo que me nesecita.-dije decidida, sintiendo mi estómago contraerse de forma dolorosa, mis razones eran egoístas, solo quería dinero para dejar cuando mi suicidio fuera llevado a cabo, Oliver negó y entonces sus ojos se desbordaron, lo oí sollozar con fuerza.

-entonces olvídate de contar conmigo por lo que queda de existencia... ¡Por mi que te quedes con él para siempre!.-gritó viéndose destrozado, segundos después de eso tomó sus cosas y se fué corriendo, me quedé helada en mi lugar, sintiendo como mis lágrimas caían poco a poco por mis ojos.

Le ví correr con rapidez al patio, empujando a varias personas que iban de paso, nadie hizo nada y dejaron de cobrarle importancia poco a poco, en cambio yo me sentía hecha una mierda por dentro, no pude evitarlo y comencé a llorar, ¿a caso no entendía que quería dar un poco antes de irme? ¿Por que no podía hacerme las cosas un poco menos complicadas? ¿Por que siempre todo debía ser así? ¿Por que nunca nadie se pone en mi lugar una sola vez? No debí involucrarme con él si al final todo sería así, si al final de todo terminaría haciéndome todo este daño que siento ahora en mi pecho, siempre es así conmigo, siempre teniendo demasiada esperanza en las personas que al final terminarían dándole por su lado sin importarles mis emociones o mi felicidad, solo quería volver el mundo un poco mejor y de paso ganar dinero antes de suicidarme en el lapso que fijé, ¿por que nadie podía hacer el proceso más fácil para mi? Me dejó como todos siempre lo hacían pese a todo lo que me dijo aquella noche, mi llanto se detuvo a medias cuando ví a Elija, Robert y a Zaria aproximarse a la mesa, para eso yo tenía la mirada en el suelo, ellos estaban hablando y riendo mientras que yo me estaba desmoronando, ¿por que siempre era así? ¿No podía ser feliz almenos una puta vez? Cuando se sentaron fué Zaria la que se dió cuenta de mi malestar y los otros dos guardaron silencio un momento, yo estaba luchando por no llorar más, Elija estaba buscando con la mirada al chico serpiente pero al no encontrarlo me miró interrogante, yo le hice mala cara y entonces Zaria se dignó a romper el silencio.

Alma Sin Memorias; Mi Vida PasadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora