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Narra Azari:

Oliver y yo nos habíamos quedado en casa mientras que los otros habían asistido a la escuela, yo me sentía bien como siempre pero no podía decir lo mismo de Oliver, él seguía en cama pero no estaba dormido si no con un libro entre las manos leyendo en silencio, llevaba el cabello negro y largo suelto cayendo en cascada por sus hombros hasta perderse un poco entre las cobijas mullidas y blancas que cubrían hasta su pecho, llevaba puesta una camisa de algodón de mangas largas negra con el cuello ajustado, sus largas y esbeltas piernas estaban resguardadas bajo las cobija con un par de calcetines de algodón rosa pastel míos, solo llevaba un boxer y eso me tentaba, se veía tan tierno que quise tomarle una fotografía pero me contuve al ver su rostro, su gesto estaba sombrío producto de unas ojeras incipientes y notorias, además de la enorme vistosidad de las venas degradadas en un color púrpura oscuro en sus párpados, confiriéndole un aspecto bastante enfermizo aunado a su palidez que denotaba que estaba mal, no tenía ese ligero rosa pálido casi imperceptible en sus pómulos ligeramente marcados que tanto adoraba, se veía terriblemente agotado y eso no podía si no preocuparme más de lo que ya estaba, con el paso de los días su salud había estado más frágil que nunca y eso nos había llevado a cancelar el contrato con Jacob, cosa que pareció no agradarle pero no se opuso y nos pagó la liquidación a ambos, aún así seguíamos afiliados con Arthur y yo tenía la firme esperanza de que pronto se fuera para poder matar a Jacob sin problemas por mandatos suyos, Oliver por ahora no estaba en condiciones así que yo estaba haciendo el trabajo de los dos en su mayoría, pero eso no evitaba que Oliver pudiera hacer trabajos a distancia de francotirador o directos que no ocuparan demasiada fuerza o agitación ya que se cansaba muy rápido, esa falta de retención de energía suya me estaba preocupando demasiado ya que dormía muchísimo durante el día, nueve horas contadas de sueño en la noche y siestas de tres horas a media tarde después de clases apenas comer lo necesario, pero él parecía afrontar la situación lo mejor que podía, eso lo consideré muy valiente de su parte y no pude si no admirarlo.

Creo que en toda mi vida jamás eh conocido ni conoceré a alguien tan fuerte como lo es Oliver...

-¿como te sientes?.-le pregunté en tono suave, mi chico serpiente pareció reaccionar a mi voz por que dejó el libro de lado y me sonrió con dulzura, ocultando totalmente su gesto cansado y desganado.

-un poco cansado, pero estoy bien.-respondió gentilmente, ante esa contestación no pude si no sentirme inquieta.

-hoy tienes la tercera quimioterapia del tratamiento, ¿no?.-pregunté con temor, él asintió sin saber que decirme y entonces sentí miedo.-¿creés poder aguantar bien?.-pregunté directamente antes de que él mirara sus dedos con duda, sus uñas estaban ligeramente más largas de lo usual debido a que ni siquiera había tenido ganas de morderselas, aún así se veían ligeramente quebradizas.

-no estoy seguro, pero lo que sea es mejor que seguir así, ten fe.-dijo él tomando mis manos entre las suyas, estaban heladas y eso me preocupó más, por ello mismo las acerqué a mi boca y comencé a intentar calentarlas soplando algo de mi aliento caliente.

-¿tienes frío?.-pregunté antes de que él asintiera, la calefacción había dejado de funcionar la noche anterior y yo había decidido que vinieran a cambiar el sistema completo antes que la visita de un técnico, de igual forma se estropearía después así que era mejor reemplazarlo.

-un poco, pero estoy bien.-dijo él con vergüenza antes de que yo me pusiera de pie, soltandolo, y fuera al armario directamente, al abrir las puertas del mismo miré ropa suya y mía en los ganchos de la ropa, me fuí abajo del mismo a buscar los suéteres y cuando encontré el que buscaba lo tomé con una mano antes de cerrar el clóset con la otra y luego dirigirme a la cama con la mirada de Oliver sobre mi.

Alma Sin Memorias; Mi Vida PasadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora