Narra Elija:
Había meditado lo suficiente como para anotar nuevos descubrimientos sobre mi fisiología y poderes en mi diario de investigación, lo que más recordaba de mi vida antes de conocerla era borroso y difuso, mi madre adoptiva me había comentado que me encontraron en medio de un campo de maíz en Alabama, al no poderme identificar me mandaron a un centro de personas sin hogar, solo llevaba conmigo lo que llevaba puesto y un anillo en mi dedo medio, intentaron quitarmelo varias veces pero supongo que antes del accidente era muy bueno en las peleas, solo así logré conservarlo, no tenía idea de por que pero me resultaba tranquilizador tenerlo puesto, tenía un aroma y energía particular que me hacían sentir en casa, misma que no podía recordar para nada, se me diagnosticó pérdida de memoria y mi caso fue archivado debido a que nadie llegó por mi en varios días, hubiera terminado en la calle de no ser por el oficial Howard Ancalagón, este me había monitoreado por varios días y entonces me ofreció cobijo en su casa, de eso ya hacían casi seis años atrás y yo tenía doce años para esas fechas, debido a que solo estaba confundido y perdido su mujer, quien había enfrentado la fuga de su hijo mayor por problemas de rebeldía de este, me acogió cariñosamente, lo agradecí infinitamente y desde entonces viví con ellos, el chico que se había ido, que tenía entendido se llamaba Daniel, tenía una hermana gemela llamada Daniela y un hermano de seis años en ese entonces llamado Christian, ambos se mostraron recelosos al inicio pero rápidamente nos llevamos bien, no sabría que hacer sin ellos, el oficial Howard me adoptó finalmente el año siguiente a mi llegada y fuí, oficialmente, Elija Mauréth Ancalagón, conforme pasaron los años mi memoria no regresó y todos se preocuparon por ello pero yo me sentía feliz, tenía una familia que me quería muchísimo, aunque yo no fuera del color que ellos y fuera un poco llamativo por mi piel oscura, mi cabello y ojos claros nunca hicieron distinciones, me sentí parte de su familia desde el primer momento, pero con la que me había vuelto muy unido era con la madre del oficial Howard, una mujer del mismo color que yo, todos decían que era un chico demasiado dulce y quizás era demasiado bueno para ser cierto, una hermana del oficial Ancalagón no me quiso nunca por racista y homofóbica, se llama Christina, nunca fuí de vestir con colores oscuros o cerrarme a probar cosas nuevas y eso lo encontró inaceptable, pero los señores Ancalagón junto a la abuela y sus hijos me protegieron de ella, eso bastó para no quererme ir jamás, ellos me apoyaron para venir a esta universidad debido a mi alto promedio escolar, por lo mismo estaba tan lejos de casa, para mamá fué duro dejarme ir y fué duro dejar a la abuela pero me sentía feliz aquí, me sentía menos molesto para ellos, con mi beca pagaba todo y tenía todas las comodidades, aún con eso mi padre no dejaba de llamarme y enviarme dinero, mis hermanos tampoco, me fuí feliz después de saber que mamá estaba embarazada otra vez, tengo la fuerte sensación de que es una niña.
Tuve muchísima suerte de encontrarlos...
-¿que opinas Bella?.-pregunté contento mostrándole al gato que Zaria y yo habíamos cuidado lo escrito en el cuaderno, esta se encontraba a mi lado en el sofá, al ver las páginas no dejó de sorprenderme que pareciera estar leyendolo, cuando me miró a mi entonces ví como sus ojos saltones me expresaron aprobación, seguido de eso hice lo mismo pero esta vez mostrandolo a Victoria, una gata amarilla con blanco que se encontraba sentada en mi regazo, esta miró las páginas y luego me miró a mi con detenimiento, seguido de eso abrazó mi pierna y la mordió de forma cariñosa.-tomaré eso como un "quedó excelente Elí".-dije antes de acariciarlas a las dos y, seguido de que Victoria se bajara de mi regazo, me puse de pie y fuí a la cocina.
Cuando había llegado a la escuela sentía que esta vida que yo llevaba no me pertenecía en absoluto, como si fuera ajeno a la historia que yo sabía tenía de la adopción, pero conforme pasaban los días sentía que solo estaba sobre pensando demasiado las cosas y creía recordar otras, pero ya no recuerdo casi nada de eso, o no me volvía la sensación si no hasta el día que Zaria me la presentó en aquel café donde cantamos, no la ví entrar pero con solo verla sentí como si ya la hubiera visto en otro lado, me pareció recordar algo pero ahora mismo no estoy seguro de si fué cierto o no, ese cabello negro, esos ojos amarillos y esos labios rosas me trajeron muchas sensaciones que sentí familiares, tengo la sensación de que recordé algo pero ya no puedo saber que era, verla del brazo con Oliver me dolió aún cuando no la conocía de nada, ¿por que demonios reaccionaría así si yo no la conocía antes? ¿Por que me siento atraído por la chica de uno de mis mejores amigos? Oliver y yo nos volvimos buenos amigos en poco tiempo y me sentía muy mal por el hecho de sentir algo más que cariño fraterno por ella, me dolía muchísimo el hecho de que fuera grosera conmigo, como si no me soportara, pero luego de hablarlo llegué a la conclusión de que quizás le traje malos recuerdos de algún tipo, como quiera había algo en ella que me llamó desde que la ví, pero me tocará ser el que se sienta atraído de lejos por que no pienso hacer nada que atente contra Oliver, no se lo merece, quizás pueda superarla aunque ahora no lo vea posible, pero cada que nos reunimos, cada que cruzamos palabras y cada que la escucho siento que todo dentro de mi pecho se acelera y no puedo evitar querer verla más tiempo, querer conocerla, querer tenerla entre mis brazos, querer estar junto a ella a cada momento.
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Alma Sin Memorias; Mi Vida Pasada
FantasyLa sombra de quien fuiste te persigue sin cansancio, no puedes huir, no puedes correr, no puedes esconderte de quien aparece pisando tus talones cuando aún hay luz, no puedes esperar en la oscuridad para que su presencia se marche, pues al fin y al...