Día 5.3

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Con el peso del mundo sobre mis hombros, me elevo, Un equilibrio delicado, en cada paso, mi ser se renueva. Cada decisión, una balanza que inclina mi destino, Sintiendo la responsabilidad de cada latido, de cada camino.

El reflejo de mi imagen, un espejo que me cuestiona, En cada gesto, en cada palabra, la esencia se entrelaza. El peso de mis acciones, una danza que no se desvanece, Consciente de su impacto, en cada alma que acontece.

Cuántas cosas serían distintas, si en la juventud actual, Asumiéramos el reto de inmortalizarnos, un legado trascendental. En lugar de buscar efímeras sensaciones, fugaces emociones, Sembraríamos raíces de sabiduría, en sinceras conexiones.

El tiempo, un río que fluye, arrastrando vivencias y anhelos, En cada momento, la oportunidad de dejar rastros bellos. De ser faros en la noche, guías de luz en un mundo turbulento, Inmortalizando nuestro ser en el corazón de cada encuentro.

El peso del mundo, un llamado a la grandeza de alma, Amar y comprender, en un abrazo que calme el alma. Que cada decisión sea una semilla, un brote de esperanza, Forjando un sendero de amor, de paz y de bonanza.

Con el peso del mundo, asumo mi papel con humildad, Consciente de mi influencia, en esta hermosa realidad. Cultivando el arte de dejar huellas en el tiempo, De inmortalizarnos con amor, en cada verso y sentimiento.

Diario de un poetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora