Día 11.9

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En el abismo de la despedida, te lloré sin medida, La soledad me abrazó con fuerza, sin clemencia, Dejaste un vacío en mi alma, una herida, Pero sé que mereces lo mejor, sin duda alguna.

El pasado, un cúmulo de memorias agridulces, Pequeñas cosas que remiten a ti, a aquel tiempo, Es tiempo de cerrar ese libro, de mirar hacia el futuro, De volver a enamorarme, de vivir un nuevo aliento.

Anhelo establecer una familia, ser el arquitecto de mi destino, Volar alto en la pasión por aquello que me inspira, En este sendero incierto, el camino será divino, Con la fuerza de la vida, mi guía, mi brújula segura.

No hay más vueltas que darle al asunto, es cierto, La vida nos desafía a escribir nuestra propia historia, Con valentía, abrazo el porvenir sin miedo, Dejando atrás lo que ya fue, trazando una nueva gloria.

En el horizonte, vislumbro un futuro promisorio, Y con cada paso, siento cómo la esperanza me abraza, La fuerza de la vida, compañera en mi itinerario, Guiándome con amor y fe, mientras mi alma se alza.

Construiré un mañana con risas y abrazos sinceros, Forjaré mis sueños con la pasión que me embriaga, La vida, mi aliada, mis anhelos siempre serán certeros, Y en este viaje sinuoso, mi corazón encontrará calma.

Diario de un poetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora