DIECIOCHO- COSTA DORNIENSE

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Una semana paso con rapidez, parecia que Viserra se adaptaba con facilidad al clima de Dorne, cada día era una nueva aventura para la joven: paseos en la playa, carreras de caballos en el desierto, expediciones a las tabernas de la ciudad, reuniones en los jardines del palacio y recorrer la costa dorniense a lomos de Meraxes. 

Aegon y Viserra no perdian el tiempo, era comun que al pasar por sus aposentos se escuchara el rechinido de la cama, los gemidos de la joven y los jadeos de placer del principe. Aprovechaban cada día que tenian y disfrutaban de dormir juntos y despertar juntos, fantaseando como seria el estar casados y que con cada día que transcurria su boda estaba más cerca. 

Viserra no sabia si su "relación" con Aegon la habia ablandado, pues antes de él era muy dificil que alguien le cayera bien o que si quiera soportara la presencia de alguien que no fuese su familia. Después de Aegon las cosas cambiaron, pues no solo era educada con los Martell, sino que tambien disfrutaba su compañia, en especial la de Aliandra y Coryanne, cosa que la hizo acercarse más a Daeron. 

El unico que parecia no disfrutar su estadia era Aemond. Y no es que no hubiese intentado acercarse a las jovenes princesas, pero es que simplemente parecia no haber conexión con ninguna: Coryanne era muy joven para el y Aliandra no soportaba algunos comentarios que el principe hacia. 

Ambas princesas eran de caracter fuerte, firmes a las costumbres Rhoynar, liberales e imponentes. Si bien Coryanne - la menor - era un poco más altanera y explosiva, Aliandra era más prudente y apaciguada, pero Viserra se adapto bastante bien a ambas. 

Esa mañana Aegon y Daeron, acompañados de otros caballero, salieron - por invitación del principe Qoren - a ver un nuevo palacio que estaba por construirse, no estaba lejos así que solo les tomaria un par de horas estar fuera de la ciudad. Aemond, a pesar de haber sido invitado, decidio quedarse en el castillo a entrenar con otros caballeros y para visitar el septo - como lo hacia a diario -.

-¿Vis? - pregunto Aliandra entrando a los aposentos. 

Viserra salio del vestidor acomodandose los tirantes del vestido.

-¿Qué sucede? - Viserra sonreía.

-No preguntes - contesto Aliandra. 

La princesa - con una vaga sonrisa - tomo la muñeca de Viserra y salieron corrieron de la habitación. En el corredor se encontraron a Coryanne y siguieron corriendo hasta llegar a las escaleras, bajarlas con rapidez y salir a los jardines atravesandolos entre brincos y esquivando a los sirvientes que se encontraban en su camino.

-¿A dónde vamos? - pregunto Viserra agitada por seguirles el paso.

-La playa - dijo Coryanne sin detenerse. 

Al llegar a la playa, Coryanne y Aliandra se soltaron las trenzas dejando sus cabellos menearse en el viento, corrieron y corrieron y no se detuvieron a pesar de que el agua les llegaba las rodillas. Viserra quedo boquiabierta al ver que las princesas se sumergieron en el mar, riendo y lanzandose agua en la cara. 

-¿Vienes o no? - pregunto Aliandra al ver a Viserra parada en la orilla. 

Viserra se quito los zapatos en un movimientos rápido y las siguio adentrandose en el mar. Nunca se imagino hacer tal cosa, el agua de la Bahía de Aguasnegras era demasiado fria - incluso en el verano - y su padre se enfadaba bastante cuando la veía remojarse los pies en la orilla, por lo que menos le permitiria adentrase de esa manera. 

Pero lo disfruto, fue resfrescante, divertido y algo nuevo. Entraban y salian, se empujaban entre si, se lanzaban agua y una que otra ola les alcanzaba regresandolas a la orilla, después de media hora decidieron salir y acostarse en la arena, a ese punto los sirvientes ya les habian colocado una sombrilla y sillas para que disfrutaran el día en la playa. 

REIGN OF TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora