VEINTE- DISTANCIA

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Arribaron a Roca Dragón para el amanecer, pero aun así no habia rastro del sol. El cielo estaba cubierto de nubes negras, descargando sobre la Isla una fuerte tormenta. Viserra estaba un poco asustada, sus manos se resbalaban de las agarraderas de la silla y el viento la golpeaba bruscamente, Aemond y Valerion no le quitaron la mirada todo el camino, solo para asegurarse de que estuviera bien.

Descendieron cerca de las murallas de Roca Dragón y se apresuraron a entrar a la fortaleza. Aemond camino a la par de Viserra, ambos siguiendo a Valerion, aun así el principe no quito la mano de la empuñadura de su espada, pues aun desconfiaba de Valerion.

-Mi lady - dijo maestre Orwyle.

-¿Mi padre? ¿Dónde esta? - pregunto Viserra tajante.

-Sus aposentos, mi lady - contesto Orwyle.

Viserra - bastante alterada por todo - tomo al maestre de la tunica y sacudio fuertemente.

-¿Y por qué no estas con el? ¿No es tu maldito trabajo cuidar de él? - agrego la joven furicamente.

Aemond intervino separandola del pobre maestre y haciendola que se alejara.

-Si mi padre muere, alimentare a Meraxes contigo.

-¡Vis! ¡Vis! Tranquilizate - dijo Valerion haciendo que Viserra lo viera al rostro - el maestre Orwyle no se le ha despegado a tu padre, estoy seguro que hay una razón por la que esta aqui.

Aun furiosa y bastante altera, Viserra poco a poco fue cediendo de querer agredir al maestre, el pobre hombre no le quedo de otra más que hacer una reverencia y seguir su camino apresuradamente.

-¿Estas bien? - pregunto Aemond con una suave voz.

Inconscientemente el principe tomo la mano de la joven y la acaricio para reconfortarla. Viserra contesto asintiendo con la cabeza y tratando de controlar la respiración.

-¿Vienes o no? - pregunto Valerion a la mitad del pasillo.

Viserra solto la mano de Aemond y se echo a caminar en dirección de su tío. El ambiente en todo el castillo era bastante sombrio: la luces se apagaban por los fuertes vientos de la tormenta, los pasillos estaban frios y humedos y Viserra unicamente habia llegado a ponerle los nervios de punta a los sirvientes.

Una vez fuera de los aposentos de Gaemon, habia dos guardias custodiando la puerta.

-Te esperare aquí - dijo Aemond tomando a Viserra de la muñeca.

-Debes estar hambriento - agrego Viserra y volteo a ver una sirvienta - lleva al principe a una habitación para que pueda tomar un baño y sirvanle el desayuno.

-Si, mi lady- respondio la sirivienta haciendo reverencia.

-No, me quedare aquí por cualquier cosa - insistio Aemond.

Viserra no quiso insistir, pues Aemond lucia bastante preocupado por ella. Viserra estaba bastante conmocionada por la situación, aun tenia sus dudas respecto a si Valerion decia la verdad o no ¿En verdad su padre habia sido lastimado por un dragón o Valerion tuvo algo que ver? Viserra no le quedaba de otra más que seguir con esto y de alguna manera le tranquilizo que Aemond estuviera a su lado.

-Gracias - dijo Viserra con una sonrisa.

Aemond se grabo esa sonrisa muy bien, era la primera vez que Viserra le sonreía amablemente, era la primera vez que se hablaban sin llegar a una discusión, era la primera vez que le decia "gracias".

Viserra se dio media vuelta cuando escucho las puertas abrirse y se adentro a los aposentos de su padre. Ahí todo era más comodo, las ventanas estaban bien cerradas y la chimenea calentaba el lugar. Lo primero que vio fue a su madre, sentada al lado de la cama, con colgante la estrella de las siete puntas en las manos, despeinada, con ropa arrugada y los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

REIGN OF TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora