SESENTA Y UNO - AEMOND POV

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Esta muerta. Mi Viserra esta muerta. 

Las lagrimas corren una tras otra por mis mejillas, el cuerpo se me entume de solo pensar que ya no hay vida dentro del cuerpo que sostendo entre mis brazos. Esta muerta ¡Carajo! mi esposa, mi mujer... ¡LA MADRE MI HIJA!... esta muerta.

La odie por tantos años ¿Cómo pude desperdiciar tanto tiempo odiandola? ¿Por qué fui tan imbecil con ella? ¿Por que le robe a Vhagar? Le daria Vhagar, le daria Meraxes, le daria todo lo que me pidiera con tal de que abriese esos ojos una vez más.

Por favor Vis despierta, despierta... vuelve a mi. Rhae te necesita, yo te necesito. Se que te dije que estaba bien que no tuviesemos más hijos, pero quiero más, quiero verte nuevo con ese vientre abultado, quiero sostener tu mano una vez más mientras das a luz, quiero pasar noches en vela cargando otro bebé de nostros... simplemente quiero más de ti, por favor Vis, dejame ver esos ojos purpuras otra vez, solo una vez más.

Pero ya no esta "ahí", ya no hay nada "ahí" solo el recuerdo de la mujer que ame. ¿Cómo se supone que viva? ¿Cómo se supone que continue cuando los Dioses me dan una probada de felicidad solo para quitarmela en un instante?

Grito tan fuerte que se que mi voz se escuchara a varios metros a la redonda, entonces Vhagar ruge compartiendo el sentimiento de frustración. Debí ser yo, no ella... no mi Viserra.

¡Carajo Viserra! ¿Por qué te hice caso? ¿Cómo pude quedarme ahí sin hacer nada? ¿Qué clase de hombre soy? No merezco estar aquí, no mientras ella ya no esta... 

Mi mente se nubla ante mi desesperación y furia, suelto el cuerpo de Viserra dejandolo lentamente sobre la grava. Me pongo de pie torpemente y camino hacia Vhagar mientras las piernas me tiemblan aun en shock. 

- Vhagar - digo en voz alta y la dragona voltea hacia mi ronroneando levemente - ¡Dracarys! 

No merezco vivir, simplemente no se vivir despues de esto. 

Vhagar ronronea una vez más, pero en vez de obedecerme baja su rostro hasta el suelo y exhala aire caliente que choca suavemente contra mi rostro. 

-¡DRACARYS VHAGAR! - el grito viene desde mis pulmones.

Pero Vhagar desobedece, se rehusa a mis ordenes, a poner fin a mi agonia. 

- Por favor - murmuro entre llanto - por favor Vhagar. 

Nada. No hara nada. No tiene la fuerza para terminar con la vida de otro de sus jinetes... pero aun así yo no quiero vivir, así que tomo la daga que cuelga de mi cinturon y la llevo a mi pecho a la altura de mi corazón. 

Mi padre murio, mi hijo esta muerto, así como Aegon y Helaena... mis sobrinos, mi tío, mi Viserra ¡Dioses! ¿Cómo es que yo no? ¿Qué he hecho mal para que me dejen pasar muerte por muerte? Quiero hacerlo, quiero empujar la daga contra mi pecho y perforar mi corazón para acabar con mi vida, es lo que quiero... es lo más facil, pero no es lo correcto ¿cierto? 

- Rhaella - murmuro y los ojos se me iluminan al pensar en la sonrisa de mi niña, mi niña que no he visto en casi dos años. 

¿Cómo se lo dire? ¿Tengo la fuerza para decirle que su madre murio? Merezco morir, pero no puedo, Rhaella me necesita, se lo prometí a Viserra. 

La daga cae al suelo haciendo un leve sonido al chocar contra la superficie rocosa, entonces me giro levemente para ver el cuerpo de Viserra y regreso a ella con la esperanza de verla despierta, de verla viva, pero no es así. 

- No te voy a fallar. 

Me quito la capa que me cubre la espalda y la pongo sobre ella, lo que alcanza a cubrirle el torso y el rostro. 

El fuego de Vhagar enciende la pira funeraria que hice con lo que sea que pude encontrar. Para cuando las llamaradas se comienzan a consumir el cielo se torna oscuro avisando la noche, pero yo no puedo despegar ojo de la pira, aun esperanzado de que todo esto sea mentira, aun esperanzado de verla salir entre las cenizas lista para seguir viviendo a mi lado.

No puedo dejar de pensar en ella, en como nos molestabamos cuando eramos niños, la pelea en Driftmark cuando Viserion me quito el ojo, nuestras constantes discusiones mientras eramos un par de pubertos y como evitaba ir a la biblioteca solo porque yo estaba ahí. Recuerdo cuando me invito a bailar y la manera en que la avergonce frente a la corte ¡Fui un imbecil! Aun puedo sentir mis irracionales y estupidos celos de cuando ella comenzo a enamorarse de Aegon, la manera en que lo miraba, en que se reian de sus bromas, lo bien que compaginaban y los ruidosos que eran a la hora de tener sexo. 

Y cuando el murio... Vis estaba destrozada y yo queria a estar a su lado para ella, para el bebé. Me sentía con la obligación de cuidarlos, de hacerlos mi prioridad número uno y así fue, aunque al principio no fue su voluntad, pero la respete y espere con mucha paciencia y vi nuestro odio convertirse en tolerancia, luego amistad y amor. Cuando Egg murió mi mundo se sacudio, me desgarro ver como ella se negaba a soltarlo o aceptar la idea que estaba muerto, nuestro hijo estaba muerto... pero pese a que me pidio alejarme no lo hice, no me case con ella solo por ese bebé, me case con ella porque la amaba y no me iba alejar solo por que ya no habia "nada" que nos atara el uno al otro.

Ese año que estuvimos en Dorne fue maravilloso y cuando Rhaella nacio me sentí el hijo de perra más afortunado del mundo. Tenia a mis dos princesas, mi Rhaella y mi Viserra. Fueron años llenos de felicidad de solo experimentar el criar a una niña junto a la mujer que amo... todo para que al final Gaemon y Viserion envenenaran tan bien la mente de Viserra para hacerle creer que yo tuve algo que ver con la muerte de Aegon y Egg 

¡Malditos! Al menos uno ya estaba muerto.

Al menos Viserra y yo tuvimos nuestro momento antes de que el desconocido nos alcanzara. Esta muerta... esta muerta, mi Viserra.

Pero yo no puedo morir, debo luchar. No por el trono, no por Rhaenyra, no por los negros... debo luchar por mi hija, lo unico que me importa ahora, mi Rhaella. 


REIGN OF TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora