REIGN OF TERROR

CINCUENTA Y NUEVE - EL SOL Y EL DRAGON

El sol comenzaba a dar sus primeros rayos de luz cuando Meraxes sobrevolaba Lanza del Sol. Esta vez Viserra no recibia una calida bienvenida, pues tan pronto las alas de la dragona aparecieron sobre los Martell, los arqueros, ballesteros y el resto de ejercito tomo posición para defender Lanza del Sol.

Meraxes sobrevolo la ciudad un par de veces, para después dirigirse a la playa y descender. Viserra bajo de su dragona con su hija en brazos y comenzo a caminar a las escalinatas que llevaban al interior del castillo, pero a medio camino se detuvo al ver a todos los soldados que comenzaron a rodearla.

El panorama no pintaba muy bien, pero aun así se aferro a la esperanza de que Qoren la escucharia.

-¡Creo que te dije que no queria volver a ver un solo dragón en mi reino! - agrego el principe Qoren caminando hacia Viserra, era seguido por su hija Coryanne.

Viserra hizo una rápida reverencia y puso a Rhaella de pie, pero no le solto la mano.

-Lo sé.

-Entonces dame una razón para no asesinarte - inisistio Qoren.

-No vine a pelear, vine a pedirte un favor - contesto Viserra.

Qoren rio entre dientes.

-Se que no tengo derecho te pedirte nada, pero no puedo confiar en nadie más.

Qoren bajo su mirada hacia Rhaella, la princesita estaba despeinada, con la ropa humeda, atemorizada y escondida detras de las piernas de su madre.

-Me equivoque - continuo Viserra con un nudo en la garganta - y lo lamento, lamento que Ali muriera por mi culpa... en verdad lo lamento... pero todo esta mal, para mi padre y para Rhaenyra.

-¿Y eso a mi que me interesa?

-En nada - contesto Viserra - pero no puedo permitir que gente cruel se siente en el trono de hierro, pero no puedo llevar a Rhaella conmigo...

Qoren permanecio en silencio observando a la niña y luego el rostro desesperado de Viserra.

-Rhaella fue hecha aquí, nació aqui, vivio sus primeras lunas aquí... Aliandra la queria, yo los quiero a ustedes y no puedo decir eso de mucha gente... he perdido a muchas personas en estas lunas, y no se que sucedera conmigo, pero se que no hay lugar más seguro que Dorne para mi hija... por favor aceptala, cuida de ella.

-Padre... - dijo Coryanne para intentar convencerlo.

Pero Qoren la detuvo alzando la mano mientras no despegaba su juiciosa vista de Viserra.

-Por favor - suplico Viserra con una voz quebrada.

-¿Qué haras tu? - pregunto Qoren un poco más calmado y convencido.

-Detendre a mi hermano y mi padre - contesto Viserra.

Qoren asintió.

-Esta bien... solo porque tu hija nacio en este suelo, solo por el amor que mi hija le tenia: aceptare cuidar de la princesa.

Viserra suspiro aliviada y sonrió levemente, queria lanzarse para abrazar a Qoren, pero sabia que su reconciliación no llegaba a tanto, pero le era suficiente que aceptara cuidar de Rhaella.

La princesa giro hacia su hija y se puso en cuclillas frente a ella para observarla detenidamente a los ojos. Viserra quiso llorar al ver la angustia en el rostro de Rhaella, la princesita era joven pero extremadamente inteligente para comprender las intenciones de su madre.

Viserra odiaba todo lo que habia tenido que vivir Rhaella, la "mancha" que habria en su niñez para siempre: el ser separada de su padre, ver morir a Maegor, ser separada de su madre, verse a la mitad del enfrentamiento de anoche y ahora tener que alejarse de ella una vez más.