TREINTA Y CUATRO - EL SEPTIMO REINO

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La casa Targaryen y la casa Martell habian estado en "guerra" por ciento veintiocho años, con pequeños periodos de paz hasta que uno de los dos se dejaba ganar por la ambición y resentimiento y se volvian atacar. Parecia que todo conflicto llegaria a su fin una vez que el principe Daeron y la princesa Aliandra tomaran los votos matrimoniales frente a los siete.

¿Cuántas veces en la historia se podia decir que un Targaryen amaba una Martell? Porque eso era todo lo que Viserra veia en los ojos de ambos cuando se situaron a la mitad del septo, Aliandra amaba a Daeron y el la amaba ella... y el reino no habia visto una boda tan llena de dicha y amor desde Aegon y Viserra.

Las calles estaban abarrotadas para saludar a los recien casados - que regresaban a la Fortaleza Roja para las celebraciones - en los jardines del castillo se llevo a cabo el banquete, bajo la luz de los faroles y antorchas, con deliciosa comida, entre las risas de los invitados y el deleite del famoso vino dorniense.

Viserra estaba feliz de tener un "pedazo" de Dorne en la capital, estaba feliz de ver a Coryanne, Qoren y el resto de los Martell, así como los vasallos con lo que habia convivido. La princesa paso la celebración caminando de mesa en mesa, hablando fluidamente con los sureños y riendo, genuinamente riendo.

Aemond - desde su asiento - la observaba con una leve sonrisa, pese a que el principe no estaba muy de acuerdo con ciertas costumbres dornienses, si estaba feliz de ver a Viserra feliz.

Viserra bailaba junto su prima Cassandra Baratheon y Lady Jean Yronwood, cuando de pronto sintio que alguien la tomo con fuerza de su muñeca derecha y la obligo a dejar la danza: era Amaela.

Amaela tenia los ojos rojos, cristalizados por reprimir el llanto y la nariz roja.

-¿Qué tienes? - pregunto Viserra preocupada.

-Nos vamos - dijo Amaela agachando la mirada para jugar con sus pulseras.

-Pero pense que se quedarian hasta mañana...

-Viserion quiere irse hoy.

Viserra no dijo nada, observo a su prima con detalle y noto una cicatriz en su labio inferior, entonces Viserra la abrazo, pero Amaela se quejo de dolor. Amaela aun se rehusaba a mirar a Viserra a los ojos y la princesa procedio a levantarle las mangas del vestido: Amaela tenia raspones y moretes.

-¿El te hizo esto?

Amaela asintió.

-¿Por qué no le dices a tu padre? - pregunto Viserra al borde del llanto.

-No me volvera a pegar, lo prometio.

-¿Y le crees?

-Estoy embarazada - dijo Amaela por fin alzando la mirada y fingiendo una sonrisa - No me golpearia en este estado ¿Cierto?

Pero ambas sabian la respuesta a esa pregunta, lo cual lo hacia más tragico.

-¿Qué paso Melie? - pregunto Viserra.

Amaela sonrió al escuchar el tierno apodo que le habia puesto su prima, hacia bastantes años que no la llamaba así.

-Se molesto porque Luke me estaba viendo - de nuevo Amaela agacho la mirada.

-¿Lista? - pregunto Viserion a Amaela.

El olor a vino era demasiado fuerte, los ojos rojos de Viserion demostraba que estaba bastante ebrio y Viserra podia notar que su hermano estaba molesto. Viserion no se detendria de unos gritos o discusiones, tan pronto llegaran a Roca Dragón iria contra Amaela.

Viserra estaba furiosa con Valerion ¿Cómo pudo permitir que Viserion se casara con Amaela? ¿Cómo no podia notar lo que su hija estaba sufriendo? Y aunque se sintio culpable, Viserra agradecia no estar en el lugar de Amaela, no podia creer como un tiempo deseo tanto casarse con su loco hermano.

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