VEINTIDOS - AQUI CONTIGO

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*MOMENTOS ANTES*

Cada vez que Viserra intentaba ponerse de pie era derriba de nuevo, aun le soprendia como es que no le hubiesen quebrado un hueso o como es que aun estaba consciente cuando la multitud le pasaba por encima. Se las arreglo para llegar a una banqueta, donde pudo ponerse de pie y se vio obligada a seguir el rumbo hacia donde corria la gente.

-Carajo, carajo, carajo - dijo para sus adentros sin saber a donde ir.

Considero correr a la Fortaleza Roja, pero estaba muy alejada, considero ir al Pozo del Dragón, pero para ello tendria que atravesar la revuelta, entonces - a lo lejos - vio a Ser Gwayne Hightower montado en un caballo y fue por él.

No le faltaba mucho para llegar hasta el caballero, cuando otro capa dorada se le atraveso tomandola del brazo.

-¡A SUS CASAS SE HA DICHO! - grito el hombre tratando de imponer orden.

-¡Sueltame! - dijo Viserra sintiendo dolor.

Ese caballero desconocia de quien se trataba - Viserra tenia el cabello cubierto y sus ojos violetas poco brillaban para delatarla - por lo que penso que era un joven comun, y al haberle levantado el tono de voz lo tomo como una ofensa y la golpeo en el rostro con una vara de madera.

Viserra cayo al suelo, pero esta vez si pudo ponerse de pie. Cuando busco a Ser Gwayne entre la multitud se dio cuenta que este ya no estaba ahí, entonces comenzo a correr en dirección a la Fortaleza Roja, lo más rápido que podía, tanto como sus piernas se lo permitian y en el movimiento el gorro que cubria sus cabellos plateados salio volando.

-¿Estas perdida princesa? - pregunto un borracho tomandola del brazo izquierdo.

Viserra observo a todos lados y vio a otro puño de hombres que la miraba lujuriosamente.

-Sueltame - dijo Viserra zafandose del agarre.

Golpeo - a puño cerrado - al hombre en la cara y se echo a correr, cuando miro hacia atras vio que la seguian y con rapidez, al regresar su vista al frente vio a otro grupo de hombres que la esperaban, por lo que decidio abandonar esa calle y seguir por un callejon hasta la siguiente.

Llego a la calle de la seda y corrio hasta aquel burdel donde lo habia hecho con Aegon la primera vez, ahí podrian darle refugio hasta que alguien la encontrara o todo se calmara, pero estaba a tan solo unos metros cuando las puertas se cerraron para proteger a quienes estaban adentro.

-¡Abran! - grito Viserra golpeando la puerta.

-¡Ahí esta!

Viserra volteo hacia atras y vio al menos diez hombres ir tras ella, de nueva cuenta se echo a correr - ahora si no tenia idea a donde más acudir - llegaba a una puerta tras otra con la esperanza de poder abrirlas, pero todos los establecimientos habian cerrado evitando el caos.

Se movio de una calle a la otra, alejandose aun más del castillo y adentrandose a barrios desconocidos. Paro a la mitad de una calle para contemplarla y tratar de ubicarse, sentia que el corazón le iba tan rápido que podria salirsele del pecho, respiraba bruscamente después de tanto correr y queria derribarse.

-Claro que no te ibamos a dejar ir - dijo un hombre.

Le habian llegado por sopresa y tan pronto Viserra sintio la mano de uno sobre ella respondio a golpes. Pateo a uno en los testiculos, a otro le rasguño la cara y otro le golpeo la garganta, antes de que pudiera ir en contra de otro, uno la sostuvo de un brazo y otro hombre la alzo de las piernas y la llevaron a un callejon.

-¡No, no. Sueltenme! - grito Viserra moviendose en busca de liberarse.

La pusieron contra el suelo sosteniendola de las extremidades, aun así Viserra no se dio por vencido, mordio a un hombre haciendo que este la soltara de la mano derecha y logro picarle los ojos haciendo que el hombre se tirara al suelo y removiera del dolor. Desafortunadamente eran demasiado, si bien uno la habia soltado otro intervino para someterla y no solo eso...

REIGN OF TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora