REIGN OF TERROR

VEINTISIETE - UNITED IN GRIEF.

La luna había cambiado desde la muerte del príncipe Aegon y la familia real había guardado el luto por los quince días tradicionales. Desde el día del funeral, la reina Alicent iba a diario al septo de la ciudad para rezar a su hijo y pedir justicia por el asesinato del príncipe.
La corte y los siete reinos fueron informados que el príncipe había sufrido un "infarto", pero la verdad era muy distinta. En sí, Daemon, Rhaenyra, Alicent, Aemond y Viserys acordaron apegarse a la historia de que Aegon murió por causas naturales, mientras secretamente se llevaría una investigación, no podían decir la verdad para no desestabilizar el reino, porque ¿Qué clase de rey sería Viserys si matan a su hijo bajo su propio techo? El rey terminó por acceder a la mentira por dos más grandes razones: el origen del veneno y Viserra.
Viserra, la inquieta y problemática hija de Lord Gaemon, ahora era la jinete más peligrosa, de confirmarle que Aegon había sido asesinado, Viserys sabía que Viserra no daria lugar a las razones y solo buscaría culpables... y los siete reinos perecerían.
Así que no dirían nada hasta tener al asesino en sus manos.

Horas antes del atardecer -como ya era costumbre - la reina Alicent arribo al septo en compañía de su escudo juramentado (Ser Criston Cole) y sus damas de compañía. Se hincó frente a la mesa redonda, encendió una vela y se concentró en sus plegarias, pero pasados unos minutos escuchó el colchón de al lado hundirse cuando alguien se arrodilló junto con ella: era Viserra.

La princesa por fin había dejado sus aposentos, según le habían informado a la reina, Viserra había estado mejorando esos últimos días: hablaba más con Aliandra y hasta dejaba que la vistieran en otra cosa que no fuese un camisón para dormir. Aun así se rehusaba a salir de su habitación para cenas o eventos de la corte, pero -de alguna manera- eludía a sus guardias y se desaparecía de su habitación por horas (nadie sabía exactamente a donde iba).

Una cosa si era segura: Viserra estaba sufriendo y mucho. Todos estaban consciente del rápido amor que floreció entre Aegon y Viserra, fuerte, genuino y apasionado, por esa razón algunos hasta sintieron lástima de la princesa al convertirse en viuda.

Pero ahí estaba, vistiendo de negro con un velo sobre su cara y tratando de encender una vela.

-Mi madre dice que a ella le ayudó bastante el rezar para superar la muerte de su padre... - agregó Viserra sin voltear a ver a la reina.

Alicent -asombrada de verla fuera del castillo y sobre todo en el septo- la observó por unos segundos.

-Me ayudó a mi cuando perdí a mi madre- la reina suspiro- y mi padre... y ahora Aegon.

Viserra rio levemente entre dientes.

- No creo encontrar algún consuelo aquí - Viserra admiro el lugar rápidamente - pero tenía que intentarlo... este dolor, siento que me quema el pecho.

- Se que amaste a mi hijo y...

Alicent intentó tomar las manos de Viserra, pero cuando la princesa sintió el tacto las retiro.

- Lo hice, lo sigo haciendo - Viserra tenía los ojos rojos de reprimir el llanto - y siempre lo haré... usted, fue su madre, lo sintió aquí...

Viserra se tocó el vientre.

- ¿Cómo es que no puede estar queriendo quemar el mundo?

-Porque fue la voluntad de los Dioses...

Viserra suspiro, rodo los ojos y se puso de pie, Alicent también se puso de pie y camino hacia ella.

-¡AL CARAJO LOS DIOSES! - gritó Viserra y apunto a Alicent con el dedo - me están mintiendo, me están ocultando algo... mi Aegon, fue asesinado Y USTEDES NO HACEN NADA.