DOS- PALABRA DEL REY.

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120 D.C. HIGH TIDE.

Lords y ladies de las tierras de la corona se reunieron en los muros de la Fortaleza de los Velaryon, en una ocasión tan triste como el funeral de Lady Laena, hija de la serpiente marina. El rey Viserys, la familia real y así como los miembros mas destacados de su corte estaban presente.

Mientras los hombres de Lord Corlys preparaban el ataúd para arrojarlo al mar - como era tradición de la casa Velaryon - Ser Veamond resitaba unas palabras en Alto Valyrio. Al centro de la comitiva estaba el rey rodeado de sus hijos, esposa y nietos, junto a ellos estaba los Velaryon y el reciente viudo Principe Daemon. Y detrás, Lord Gaemon Targaryen junto a su esposa Lelia Lannister y sus hijos mellizos de doce años, Viserion y Viserra.

Tras la ceremonia se llevo a cabo una reuniòn en la extensa terraza de High Tide, la cual culmino hasta que el cielo nocturno se apodero del ambiente. Lord Gaemon Targaryen y su hermano Valerion, no habían viajado ahí simplemente para presentar sus respetos o porque era lo esperado de una familia de renombre, sino que ambos tenían intención de crear vínculos con la casa Velaryon - los cuales siempre encontraban una manera de vincularse preferentemente con los Targaryen de Kings Landing.

Pasada la media noche, todos estaban en sus aposentos descansando del fatidico día o eso era lo que se esperaba.

Viserion y Viserra Targaryen habían crecido sintiendo el mismo resentimiento y desprecio irracional que sus antepasados por los Targaryen de Kings Landing, no convivían muy bien con los hijos menores del rey o los nietos de este mismo. Su padre les había dicho toda su vida que su derecho al trono les había sido robado generaciones atrás y que Viserys y su familia eran los culpables.

Ambos niños carecían de un dragón, esto a pesar de que un huevo se había colocado en la cuna de cada uno, pero ninguno eclosiono y con el tiempo se convirtieron en piedra. Cosa que les hacia sentir más resentimiento hacia sus parientes lejanos - quienes si eran jinetes de dragón - pero estaban determinados a que eso cambiara esa noche.

Al escuchar sobre la muerte de Lady Laena, Viserion Targaryen vio su oportunidad de reclamar a Vhagar - dragona que un siglo atrás había pertenecido a su ancestro Visenya Targaryen - idea que Viserra no dudo en respaldar.

Los niños se escabulleron en la noche, caminaron entre las sombras hasta salir de la Fortaleza y llegar a la playa. Su sorpresa fue no encontrarse unicamente a Vhagar, sino también al príncipe Lucerys, Jacaerys y Aemond, el cual descendía de las cuerdas de la bestia. Todos brincaban emocionados por lo ocurrido: Aemond había reclamado a Vhagar como su montura.

La celebración ceso cuando los tres principies escucharon un lento aplaudido proviene de la cima de una pequeña colina de arena. Viserra y Viserion les observaban con cara de pocos amigos, la jovencita estaba de brazos cruzados mientras el menor estaba aplaudiendo - sin mucho espíritu - para llamar la atención de los príncipes.

- Estoy feliz que pudieran presenciarlo, así no les quedara duda quien es el jinete de Vhagar - dijo Aemond arrogantemente - pueden volver a montar sus cerdos.

Viserra dio un paso al frente, decidida a lanzarse contra Aemond, pero su hermano la detuvo sosteniéndola del antebrazo derecho. Viserra estaba molesta de solo recordar aquella vez que - durante una de sus visitas a Kings Landing - Jacaerys y Luke habían disfrazado un cerdo como un dragón y le dijeron a la niña que era para ella.

- Esto no me sorprende - dijo Viserion echando una rápida mirada a su hermana y luego regreso la vista a los príncipes - esto es lo que tu familia hace, robar cosas que no son suyas... eres la misma calaña.

- Muestra más respeto frente a jinetes de la verdadera casa Targaryen - Aemond dio un paso al frente.

Viserra y Viserion se miraron incapaces de de contener la risa, el sonido de la burla de los mellizos molesto bastante a los principes, en especial a Aemond y Jacaerys que intuían la razón de su burla.

REIGN OF TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora