Lo que se esconde en la música

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El ambiente era obviamente tenso, Nathaniel y Castiel se fulminaban con la mirada cada dos por tres, Alexy le sonreía a todos exceptuando a su hermano al cual ignoraba olímpicamente, Kentin veía feo a cualquiera que se acercará mucho a Sucrette la cual no se percataba para nada de la hostilidad de su viejo amigo, Armin por algún motivo veía de forma extraña al ex militar y a su hermano, Lysandro por su parte estaba de mal humor ya que el invitó al pelinegro a comprar la libreta para hablar con él, no para que viera de arriba a abajo al tal Kentin.

- ¿Por qué demonios tienes que ir precisamente hoy al bazar "secretaria"?- soltó finalmente exasperado el pelirrojo.

- Yo si tengo cosas importantes que hacer cabeza de período femenino- le devolvió el ataque el rubio.

- Chicos no peleen- intervino Sucrette- ya que todos tenemos que ir podríamos intentar llevar la fiesta en paz.

Al final los chicos accedieron pero siguieron lanzándose miradas feas de reojo.

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Al llegar al bazar cada quién tomo su camino.

- Iré al pasillo de instrumentos a comprar unas cuerdas nuevas para mi guitarra, por algún motivo alguien me las rompió- se quejó Castiel y al instante al otro lado del pasillo se escuchó una carcajada malvada que parecía provenir de Nathaniel pero debía ser una coincidencia, el delegado jamás haría algo así ¿Verdad?

El pelirrojo rodo los ojos irónicamente y se fue en busca de sus cuerdas dejando a Lysandro y Armin solos.

- ¿A qué veníamos?- preguntó el albino el cual se entretuvo tanto en el camino intentando que el ojiazul dejará de mirar a Kentin, que olvidó por completo su objetivo.

- Una nueva libreta para ti ¿No?- le recordó el pelinegro.

Caminaron hasta el área donde se encontraban las libretas, Lysandro estaba a punto de tomar una de tapa lisa color azul cuando Armin le llamó.

- Oye mira - dijo mostrándole una libreta con un pikachu en la portada- ¿Está bien está?

Claro que no estaba bien, Lysandro usaba libretas lisas sin dibujos y mucho menos dibujos tan coloridos, sin embargo al ver aquellos ojos azules tan entusiasmados al proponerle esa libreta, no pudo hacer otra cosa más que aceptar la oferta.

- Es perfecta- respondió el albino tomando la libreta de las manos del otro- compraré esta.

Armin sonrió feliz por haber encontrado una libreta del gusto del otro.

- Vamos a pagarla entonces- propuso pero en eso se escuchó un alboroto a unos pasillos de distancia.

- TE VOY A DEFORMAR LA CARA SECRETARIA DE MIE...- se escuchó gritar obviamente a Castiel.

- NO SI YO ANTES TE MANDO AL HOSPITAL PEDAZO DE...

Armin miró a Lysandro asustado.

- Tranquilo solo entre ellos se tratan así, hablan pero no se dañan realmente, Nathaniel y Castiel tienen una relación "especial"- le calmó el albino- sin embargo será mejor que vaya a detenerlos antes de que nos prohíban la entrada para siempre al bazar.

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Nathaniel veía con rencor al pelirrojo frente a él, le odiaba por ser tan arrogante y molesto, por ponerlo a hacer tanto papeleo al faltar a clases, por andar siempre con esa estúpida guitarra, por tener un tonto perro sobrealimentado, pero sobre todo lo odiaba porque a pesar de ser un idiota de primera le seguía gustando como cuando eran niños.

- PUDRETE CABEZA DE PERÍODO MENSTRUAL- le grito molesto.

- ¿CÓMO ME LLAMASTE?- Castiel se iba a lanzar a darle un buen derechazo al rubio pero Kentin a petición de Sucrette lo detuvo.

- YO TE LLAMÓ COMO ME DE LA GANA- Nathaniel también le quería pegar pero Alexy y Sucrette lo sujetaron para evitarlo.

Justo en ese momento llegaron Lysandro y Armin.

- ¿Y ahora que sucedió?- preguntó el chico de ojos bicolor sin alterarse ya que estaba acostumbrado a las riñas del guitarrista y el delegado.

- Tu amigo chocó conmigo y tiró las cosas que llevaba en las manos al propio- se quejó más calmado el rubio.

- No es cierto Lyss, fue un accidente y la rubia loca exageró todo- se defendió el ojigris.

Lysandro con paciencia se acercó a Castiel y le pidió con un asentimiento mudo al ex militar, que no le caía muy bien, que lo liberara lo tomo del brazo.

- Siento mucho los problemas causados por mi amigo- se disculpó el albino ante el rubio y luego arrastró al guitarrista lejos de ahí.

Armin miro a Kentin y luego a su hermano por unos segundos pero luego se fue detrás de los músicos.

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- Ese tipo me saca de quicio, voy a encerrar a Demonio en su sagrada sala de delegados a ver que hace...- Castiel despotricaba aún molestó una vez que salieron del bazar.

- ¿Demonio?- le preguntó en un susurro Armin a Lysandro.

- Es su perro- le respondió el albino también susurrando.

- .... Se creé la gran cosa solo porque tiene a la directora en la bolsa pero ya verá- se seguía quejando el pelirrojo- como sea, ya me largo, hasta mañana- se despidió para luego irse por su lado mirando feo a todo aquel pobre individuo que se le cruzará.

- Tiene un carácter difícil ¿Verdad?- indagó el pelinegro.

- Se hace el rudo pero tiene muy buen corazón- respondió el albino resignado.

- ¿Cómo es que se hicieron amigos? Digo es que son tan diferentes- preguntó Armin curioso.

- Bueno el encontró mi cuaderno hace unos meses atrás, cuando me lo devolvió me preguntó que escribía en él, después de eso hablamos horas sobre música, ambos compartimos la pasión por la misma- Lysandro se detuvo y pareció recordar algo con melancolía- Castiel deja salir sus sentimientos y frustraciones mediante la música, es bueno que lo haga pero siento que a veces debería decir lo que realmente siente.

El ojiazul asintió comprensivo.

- A veces el callar algo demasiado tiempo genera conflictos- comentó pensando en su propia situación con Alexy.

- Estoy seguro de que si Castiel deja sus miedos atrás, sus palabras llegarán a quién debe escucharlas y esa persona también quera expresar lo que siente, al final tal vez todo sea un doloroso y gran malentendido.

Armin sonrió al ver lo realmente buen amigo que era el albino al preocuparse tanto por el guitarrista.

- Se que algún día él será capaz de hacerlo- aseguró el ojiazul para sorpresa del otro.

- ¿Cómo puedes estar tan seguro?- indagó Lysandro confundido.

- No conozco mucho a Castiel pero si se que con un amigo como tu cualquiera es capaz de superar sus temores.

Lysandro se sonrojó un poco y sonrió con timidez ante lo dicho por el otro, sentía una calidez extraña invadirlo cuando el ojiazul decía algo así sobre él.

El friki y el victoriano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora