Sin negativas

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Castiel gruñía con molestia mientras ajustaba las cuerdas de su guitarra y Lysandro por su parte parecía querer atravesar con el bolígrafo la libreta sobre la que escribía con más fuerza de la necesaria.

- ¿Tu por qué estás de mal humor?- preguntó el pelirrojo que conocía bien al otro.

 Lysandro dejó de torturar la pobre libreta y miró a su amigo con el ceño fruncido.

- La verdad no sé ¿Y tú por qué lo estás?- indagó curioso también.

- El "angelical"- el ojigris hizo comillas en el aire con sus dedos- Arlett regreso.

- ¡Oh! No lo sabía- comento el albino olvidándose por unos minutos de su propio mal humor- tendré que buscarlo para darle un saludo bienvenida apropiado.

- ¿Tu también le harás fiesta de regreso a ese tipo?- se quejó el guitarrista enfadado.

- No sé que tienes contra Arlett, es un chico tranquilo y amigable.

- ¿Amigable? Es un hipócrita, finge ser una palomita inocente contoneándose por ahí con su estúpido violín detrás de ese delegaducho- alego el pelirrojo terminando de ajustar las cuerdas de su guitarra.

- El hecho de que menciones a Nathaniel, me hace recordar algo- comentó Lysandro.

- ¿Qué?

- Recuerdo ese tiempo en el que dudabas si aprender a tocar la guitarra o la batería.

- Um si, me costaba elegir porque ambas me gustan ¿Pero eso que tiene que ver con la secretaria?

- Bueno recuerdo un día en que nos lo topamos en el salón de música y él comentó: "Definitivamente los músicos que tocan instrumentos de cuerda son geniales".

- ¿Enserio dijo eso?- el guitarrista se sonrojó fingiendo ignorancia- yo no lo recuerdo.

- Fue algo muy curioso ya que al día siguiente llegaste completamente seguro de querer aprender a tocar guitarra.

- Una coincidencia supongo- se defendió el ojigris ante la acusación obvia del otro.

- Si, una simple coincidencia- concluyó el albino con un poco de burla en su voz.

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 Armin salía del instituto muy contento, Kentin le había prometido comenzar el entrenamiento para ser más fuerte la semana siguiente y el estaba ansioso.

- Solo este fin de semana y ya- pensó entusiasmado en voz alta.

- ¿Solo este fin de semana para qué?- preguntó una voz que lo sorprendió.

- Buenas tardes Leigh- saludo al dueños de la voz al reconocerlo- no me prestes atención son solo tonterías.

- ¿Tienes algo qué hacer en los próximos dos días?- indagó el diseñador sonriendo de manera amable.

- Bueno pensaba aprovechar este fin de semana para lograr descifrar todas las jugadas de "Mano-chan" finalmente- respondió el chico frotando una mano contra su nuca avergonzado al escuchar lo patéticos que sonaban sus planes en voz alta.

- ¿Realmente estas tan ocupado?- preguntó Leigh con ojos tristes.

- Bueno yo esto...yo...- el ojiazul no pudo evitar caer ante la evidente manipulación del otro- bueno "Mano-chan" siempre puede esperar.

- Genial así puedes venir con nosotros este fin de semana- reveló finalmente el mayor sus verdaderos planes ya sin rastro de lágrimas en sus ojos.

- ¿Ir con ustedes? ¿A dónde?- el friki estaba confundido.

- Iremos a la casa de mis padres, pasaremos por ti mañana a las 7 de la mañana, lleva tu pijama que dormimos allá, nos vemos- término Leigh de informar para luego marcharse rápidamente sin dar tiempo a negativas.

 Armin se quedo quieto y mudo ante la confusión durante algunos minutos.

- Un momento ¿Cuándo acepte yo ir?- se preguntó finalmente sin comprender nada.

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 Lysandro empacaba sus cosas cuando Leigh ingreso a su habitación sonriendo.

- ¿Todo listo para mañana?- preguntó el mayor.

 El albino recordó cuándo eran pequeños y su hermano revisaba que él no olvidará nada para ir al preescolar, siempre terminaban corriendo porque él perdía los botes de plastilina y los lápices de colores, aún recordaba al ahora diseñador con el ceño fruncido buscando los lápices bajo el sillón.

- Leigh ya no soy un niño, ahora puedo hacer solo mi equipaje- se quejó el chico de ojos bicolor.

- ¿Llevas ropa interior?- preguntó el mayor con los brazos cruzados.

 Lysandro se sonrojó al darse cuenta de que su hermano tenía razón y había olvidado por completo ese detalle.

- Aún no he terminado de empacar, ya la iba a agregar- se defendió caprichoso.

- Como quieras pero recuerda que mañana debemos salir temprano, papá y mamá están ansiosos por vernos a los cuatro.

- ¿Cuatro? ¿No somos Rosalya, tu y yo nada más?- interrogó extrañado el menor.

- ¡Ah, es cierto! Olvidé mencionarlo, invité a Armin a venir con nosotros- confesó el pelinegro antes de salir de la habitación- buenas noches Lyss.

 El chico de ojos bicolor se quedó paralizado en media habitación sin reaccionar.

- ¿Qué él qué?- pensó finalmente en voz alta luego de algunos minutos.

El friki y el victoriano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora