El friki y el victoriano.

Revelaciones no tan exactas

 Armin caminaba hasta donde se encontraba Kentin muy sonrojado y nervioso, las acciones de Lysandro lo habían sorprendido por completo, sabía que el albino era un poeta y componía cosas hermosas pero jamás creyó que pudiera ser tan romantico, menos aun que pudiera hacer latir a su corazón como si estuviera terminando una maratón de ida y venida del monte Everest.

"Es solo porque es muy hábil con las palabras" se intentó calmar a sí mismo y a su loco corazón.

- ¿Cómo te fue?- le pregunto Kentin apareciendo de repente asustandolo.

- Me asustaste, por un instante creí que eras slender man o algo así- se quejo el pelinegro, aunque siendo sincero consigo mismo el susto logró sacarlo del trance en que lo había dejado Lysandro.

- Lo siento es que estoy desesperado- se disculpó el ojiverde.

Armin sonrió comprensivo.

- Te envidio, debe ser bonito estar como idiota por alguien- comentó el ojiazul al recordar la sonrisa de felicidad del castaño cuando hablaba de Sucrette.

- Algún día lo estarás- le advirtió el militar risueño-, aunque creeme se siente mejor si te corresponden- dijo volviendo al tema principal-, así que me podrías decir lo que te dijo esa persona a la que ibas a consultar.

- Bueno....- Armin sintió que se iba a sonrojar de nuevo al recordar todo lo dicho por el albino, su corazón se acelero, sus manos temblaron un poco y comenzó a tartamudear nervioso- lo siento creo que lo olvide- mintió evidentemente, era obvio que recordaba todo lo dicho por Lysandro pero no creía ser capaz de repetir todo aquello sin sufrir un ataque de nervios.

- ¿Lo olvidaste? ¿Cómo olvidas un consejo que podría ser mi salvación?- Kentin cuestiono exasperado.

- Lo lamento- se disculpó el ojiazul realmente apenado- pero te puedo dar un consejo que leí una vez en un juego otome.

- ¿Qué más da? Ya nada puedo perder ¿Cuál es ese consejo?

- Solo ve y dile que la amas.

Kentin supuso que no sería así de fácil pero al final se percató que no tenía otra opción.

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- Su... Su... SUCRETTE- se quejó molesto Alexy de que su amiga lo ignorara.

- Alex... lo siento estaba distraída- se disculpó la chica con el ánimo caído.

El peliazul estaba preocupado por la castaña, llevaba días de aquella manera, distraída y triste, aparte de eso el sentía que ella le estaba ocultando algo.

- Bien Sucrette Maria de la Santa Auxiliadora de los ángeles o me dices que pasa o me voy a enojar contigo de verdad- amenazó el ojirosa realmente molesto.

- Ese no es mi verdadero nombre...-intentó desviar el tema la chica pero no funciono.

-Ya se que no lo es, deja de esconder lo que sea que me estés escondiendo y habla de una vez.

La chica se percató de que no podía seguir ocultando lo que sabía a su amigo.

- Yo... no quiero que salgas lastimado pero Kentin..... Kentin me beso- comenzó a explicar ella nerviosa.

- Oh Su, Keniken no me gusta enserio, si eso es lo que te preocupa yo...

- No es solo eso Alex- la chica tomó aire antes de continuar- el problema es que él ya sale con alguien y aun así me beso.

- ¿Kentin? ¿Jugar a dos bandos? El no parece esa clase de chico- el peliazul estaba sorprendido-, aun así no comprendo porque crees que eso me lastimaría.

- Te lastimaría porque...- la castaña dudo en decírselo pero al final decidió que era lo correcto- la persona a la que Kentin fue infiel fue a tu hermano.

- Su ¿Qué estás dici....?

- Kentin y Armin tienen algo- Sucrette se sintió mal al tener que revelar ella aquella noticia-, Ken está engañando a tu hermano.

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 Hola tiempo sin escribir, mis más sinceras disculpas pero he tenido problemas de salud....

Con respecto a la historia los que la leen en CDM se percataran que he decidido cambiar el ultimo capitulo que subi, esto se debe a que decidí cambiar ciertos eventos, sin embargo no creo que genere gran conflicto...

Sin más que agregar, gracias por leer y comentar.