De padres y conejos

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Armin sin saber cómo en un segundo ya se encontraba frente a los señores Ainsworth.

- Pero que niño tan lindo- decía la amable Josiane acariciándole las mejillas.

- Pero esta algo delgado, habrá que alimentarlo bien- opinó Geroge con preocupación.

- Un... un gusto conocerles- fue todo lo que pudo decir en medio de su aturdimiento el ojiazul.

- Cuando Leigh nos dijo que su hermano tenía un novio nos sorprendimos- comentó la anciana soltando al fin las mejillas del chico.

- No... yo...no- Armin sonrojado intentaba explicar la situación pero los ancianos no lo dejaban.

- Si creíamos que nuestro pequeño era asexual- confesó el anciano por su parte.

- Pero es que yo...- intentó de nuevo explicar el ojiazul.

- Oh no te preocupes pequeño, no nos importa que salgas con nuestro Lyss, es más ya eres parte de la familia- argumento Josiane.

- Jos, tenemos que alimentar al muchacho debe de estar hambriento por el largo viaje, Rosalya querida ven tú también- comentó el anciano amablemente.

- Con gusto- respondió la chica sonriendo.

De esa manera una alegre Rosalya y un ignorado Armin fueron arrastrados a la cocina dejando a los hermanos Ainsworth solos en el recibidor.

- ¿Tu le dijiste a papá y mamá que Armin es mi novio?- indagó Lysandro viendo a su hermano con una extraña mezcla de enojo, indignación y vergüenza.

- No Lyss, yo les dije qué él era un amigo especial para ti, ya sabes cómo son papá y mamá- se defendió el pelinegro.

"Y tal vez también les mencioné que era tu futuro novio o algo así" pensó el diseñador pero no queriendo ser el blanco de la ira de su hermano se guardo la información.

Lysandro no respondió pero con una mirada le dio a entender a su hermano que no le creía nada.

Sin más ambos se dirigieron al comedor dónde se encontraron una interesante escena.

- ¿Así que ya antes has cuidado una granja?- Geroge le preguntaba a Armin que luchaba con toda su voluntad por terminar con la excesiva cantidad de comida que le sirvió la amable anciana.

- Bueno en realidad como le comentaba antes yo solo he jugado la granja en facebook pero nada más...- respondió el chico nervioso.

- ¿Feisbu? ¿Eso es alguna nueva compañía de ganado?- indagó la inocente Josiane.

- No señora Ainsworth- negó pacientemente el ojiazul mientras Rosalya solo escuchaba la conversación sonriendo- Facebook es una red social.

- Oh lindo no me llames señora, dime mamá Jos- pidió amistosamente la anciana- dejando eso de lado ¿Red? ¿Como la de las arañas?

Armin estaba a punto del colapso nervioso cuando Lysandro decidió intervenir.

- Madre por favor no lo aturdas tanto, esta algo cansado del viaje y creo que él no está acostumbrado a consumir tantos alimentos.

"Menos si son vegetales" pensó en ojiazul agradecido mentalmente por la ayuda que venía a brindarle el albino.

- Lo siento hijo, es verdad, sin querer lo aturdimos pero es que estamos tan contentos de conocer a tu novio- se disculpó su anciano padre.

- Yo no soy su novio- dijo rápidamente Armin antes de que lo volvieran a interrumpir.

- Oh pero porque no ¿Acaso no te agrada nuestro Lysandro? Es un chico bien parecido y responsable- alegó la señora Ainsworth triste.

- No digo que no lo sea, Lysandro es genial es solo que...

- ¿Es porque es algo distraído? Te aseguro que mejorará, cuando tenía 3 años dejaba su ropa olvidada pero ha mejorado y ya no anda desnudo por ahí- comentó por su lado el anciano granjero.

- Padre por favor, no cuentes eso- rogó el albino que aunque amaba a sus padres no quería ser avergonzado a tal extremo.

- Papá, mamá, Armin es una persona tímida por favor dejemos el tema de su noviazgo con Lysandro para después- decidió cambiar el tema Leigh.

El friki iba a alegar pero una mirada del chico de ojos bicolor le hizo comprender que lo mejor era no intentar llevar la contraria a los señores Ainsworth.

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- Lamento lo de antes, mis padres son muy buenos solo que...- se disculpó Lysandro pasándole un esponjoso y blanco conejo a Armin para que lo cargará.

Los señores Ainsworth aprovechando que sus hijos estaban ahí les pidieron que les ayudaran a cuidar a los animales, ya que al albino le tocó cuidar a los conejos y el ojiazul tenía pánico a que lo mandaran a ordeñar vacas, este se ofreció de inmediato a ayudar al hermano menor, lo cual consecuentemente aumento la creencia de los señores Ainsworth de que ellos tenían una relación.

- Tus padres son muy amables y cálidos solo que es difícil que capten ciertas cosas- respondió el pelinegro con ternura en sus palabras- en cierta forma tú te pareces mucho a ellos.

- ¿En que no captó las situaciones?

- En lo distraído diría yo.

El chico de ojos bicolor comenzó a acariciar a los conejos con algo de nostalgia.

- Sabes en realidad ellos no son mis verdaderos padres- confesó el albino sin saber porque sentía que con el pelinegro podía hablar de ese tema- son mis abuelos paternos.

- ¿Tus abuelos? ¿Qué les sucedió a tus padres? Si es que quieres hablar de eso- aclaró el ojiazul que aunque tenía curiosidad comprendía lo difícil que seguramente era para el otro hablar de ese tema.

- Ellos murieron en un accidente cuando yo era muy pequeño, mis abuelos se hicieron cargo de Leigh y de mí desde entonces, ellos nos han dado todo, mamá Josiane me enseño a cocinar y a Leigh a coser, papá Geroge nos enseñó a cuidar a los animales y a andar en bicicleta, son mis abuelos de sangre pero para mí y Leigh ellos son nuestros verdaderos padres, por eso no soportaría entristecerlos o causarles problemas y por ese mismo motivo aunque a veces quiera preguntarles sobre mis otros padres no me ánimo, no me gustaría que ellos piensen que no hicieron un buen trabajo o algo así.

Armin miró la nostalgia que reflejaba la mirada del otro y sin detenerse a pensarlo lo abrazo.

- Tus padres son geniales Lysandro, los cuatro, por eso no creó que a mamá Josiane y a papá George les molesté que les preguntes por ellos, es más creó que les haría feliz hablar de tu padre, es su querido hijo después de todo.

El albino quiso llorar pero solo correspondió al abrazo agradecido.

- Gracias Armin...

El pelinegro deseaba contarle al otro sobre el hecho de que su hermano y el eran adoptados pero prefirió guardar esa conversación para otro momento, uno en el que un conejo no se estuviera haciendo del uno en sus zapatos.

El friki y el victoriano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora