Lo que siento

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Lysandro llego a casa hecho una furia, Leigh que no estaba enterado de nada, al escucharlo entrar le saludo con entusiasmo.

- Lyss, me alegra que llegaras, compre comida en tu restaurante favorito, lavate las manos y ven a cenar- ordeno el mayor pero el albino lo ignoro completamente y se marcho directamente a su habitación.

El diseñador supo al instante que algo malo le sucedía al menor, su hermano podía hacer berrinches de vez en cuando pero nunca perdía su compostura o se comportaba de forma grosera a menos que algo lo tuviera realmente enfadado, por eso decidido fue hasta el cuarto de su hermano y entro a este sin tocar.

- ¿Qué tienes?- pregunto mirándolo con seriedad.

- Nada- respondió el chico de ojos bicolor con el ceño fruncido.

- Mira Lysandro, soy tu hermano mayor y por el momento estas bajo mi cuidado, así que o me dices que tienes ya mismo o...

- ¿O qué?- lo reto el menor que no estaba en sus cabales.

- O te obligaré a comer algo hecho por mi mismo- amenazo el pelinegro que era consiente de su falta de talento culinario.

El albino sabía lo peligrosamente toxico que podía ser un platillo hecho por su hermano así que decidió sacar sus frustraciones a flote.

- ¿Que qué me pasa? Me pasa que no entiendo nada, yo tenía una vida tranquila pero ahora no, ahora me siento extraño todo el tiempo,además la situación empeoro desde que Castiel dijo eso, luego Nathaniel dice esa otra cosa y ahora estoy muy enojado.

- Lyss deja de darle vueltas al asunto y dime que te pasa de una buena vez- pidió el diseñador que no entendía nada de lo que hablaba el otro.

- ARMIN ME PASA- grito el menor liberando al fin su ira- todo él es un enigma, primero me dice que nunca a encontrado a alguien como yo, que somos amigos, me hace sentir especial y ahora se junta a solas con ese tal Kentin ¿Por qué lo hace? ¿Por qué no lo entiende? ¿POR QUE NO SE DA CUENTA DE QUE ME MUERO DE CELOS?

Leigh miraba a su hermano atónito, el sabía que algún día iba a explotar pero aun así era algo impresionante, el albino con su cabello despeinado, el rostro rojo y los ojos llorosos, sumamente desesperado, era algo que nunca hubiera imaginado ver.

- Hermano,- el pelinegro se acerco al menor y le dio unas palmaditas en la espalda para calmarlo como cuando eran niños- tranquilo, se que en este momento estás confundido y molesto, es algo difícil pero tenía que pasar tarde o temprano, el que aceptes tus sentimientos es el primer paso.

- Esto...yo....- el compositor estaba rojo de la vergüenza, el mismo se sorprendía de lo que había dicho.

- Vamos Lyss, ya que revelaste un poco tienes la obligación de decirme todo- exigió el mayor sentándose en la cama del chico.

- Leigh no es tan fácil.

- ¿Dime que es lo que te preocupa tanto?

- Es que...- al albino le costaba explicarse- tengo miedo.

- ¿Miedo de qué?- indago el pelinegro hablándole con la misma paciencia de cuando eran niños.

- De estos sentimientos extraños que tengo, nunca me había sentido así con nadie más, Armin me hace sentir tan bien, el me escucha y comprende,confía en mí, cuando lo veo a los ojos el resto del mundo desaparece,- el menor suspiro y se sentó junto a su hermano- él se ha convertido en una persona muy importante en mi vida.

- Lysandro...- el diseñador se sintió mal al ver a su hermano tan decaído.

- Al principio no entendía que era pero ahora si, soy distraído y torpe en ciertas cosas, además igual que a nuestros padres me cuesta captar ciertas situaciones, pero hay cosas que hasta un ciego puede ver y esta es una de ellas, yo.... a mi me gusta Armin.

Leigh lo abrazo con fuerza, por un instante vio de nuevo a su hermano como aquel niño pequeño que llegaba hasta él llorando para que lo consolara por haber perdido alguna cosa, sin embargo el albino ya no era un niño, era incluso más alto que él.

- No tienes que temer a esos sentimientos, son normales Lysandro, es parte de crecer, además Armin no es un mal chico, incluso si no corresponde a tus sentimientos estoy seguro de que no se burlara o algo por el estilo.

- Lo sé Leigh- contesto el menor y ambos hermanos compartieron una sonrisa cómplice como cuando eran niños y le ocultaban alguna travesura a sus padres.

- Bueno ahora que aceptaste tus sentimientos y eso, hablemos del tema "Kentin" ¿Quién es tu rival?- indago el diseñador curioso.

El albino frunció el ceño de nuevo al escuchar el nombre del castaño.

- Es un chico que estaba en un colegio militar, he escuchado algunas chicas en el pasillo decir que es "rudo y sexy", la verdad no se que le ven- era evidente que el chico de ojos bicolor no estaba en muy buenos términos con el joven.

- ¡Vaya, militar,! Eso le da varios puntos- comento Leigh ganándose una mirada asesina de su hermano- no lo digo por molestarte Lys pero si no actuás luego no llores.

- ¿Y qué se supone que haga? ¿Confesarme a Armin? Ni siquiera se si aceptaría salir con alguien de su mismo sexo, aun si no tuviera problemas con eso ¿Que me garantiza que me corresponderá?- el menor estaba frustrado.

- Bueno no te digo que te le declares de inmediato, admito que sería algo precipitado, pero podrías ya sabes,conquistarlo- sugirió el pelinegro causando un gran sonrojo en el otro.

- ¿Conquistarlo yo? Imposible, además ni siquiera se si realmente tiene algo con él tal Kentin

- Lysandro estaba más que desmotivado.

- Piensa Lyss, si él tuviera algo con ese chico ya te lo hubiera contado, son muy comunicativos entre ustedes ¿No?- el albino asintió recordando todos los secretos que había intercambiado con el ojiazul- Ves aun tienes oportunidad, ganate el corazón de tu amado.

- ¿Y como hago eso?

- Eso lo tendrás que descubrir tu hermanito.

El victoriano de ojos bicolor en ese instante adquirió coraje y tomo una decisión.

- Haré que se enamoré de mi- se propuso con seguridad.

El friki y el victoriano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora