El friki y el victoriano.

Por que así lo quiso

" Hoy, simplemente te vengo a decir lo que siento por ti

Te vengo a contar como este corazón travieso no deja de latir

Cuando tus ojos hipnotizantes me miran a mi

Como enloquece cuando te atreves a sonreír.

Y es que, desde el primer instante en que te vi

Mi alma supo que de este amor no podía huir

Jamás imagine en mi vida quererte así

Ya no puedo, ya no quiero, sin ti seguir.

Y es que este amor, es tan cálido

Se alberga en mi pecho sin aviso

Es lo más intenso que he vivido

Eres, lo que el destino para mi quiso.

Ohhh si, eres lo que el destino para mi quiso.

Invadiendo mi mente, todo el tiempo

Tu voz en todo momento puedo oír

Tu habitas en mi pensamiento

Ya no puedo, ya no quiero, sin ti seguir.

Tu, yo, solos en un mundo hecho para dos

Ahora es el momento preciso

Déjame amarte sin perjuicios

Porque eres lo que el destino para mi quiso

Ohhhh, amor, eres el destino para mi quiso."

Lysandro termino de cantar y observo a los dos chicos frente a él mirarlo atónitos.

- ¿Y bien? ¿Qué tal?- pregunto nervioso el albino al no ver reacción en ellos.

- Eso fue....- comenzó Nathaniel a opinar pero se quedo sin palabras.

- Genial - termino por él Castiel.

- Vaya son unos críticos tan expresivos- dijo sarcásticamente el victoriano al ver la poca capacidad en ámbitos críticos de su pequeño publico.

- Hey ya sabes que mi vocabulario es limitado- se defendió el pelirrojo mientras subía sus pies cruzados sobre la mesa recibiendo una fea mirada de parte del rubio a la cual solo respondió sacandole la lengua juguetón.

- De ti ya lo esperaba pero Nathaniel ¿Qué pasa contigo?- reclamo el chico de ojos bicolor.

- Bueno es que... los sentimientos que expresa esa canción no se pueden describir con simples palabras- confeso el rubio avergonzado por no ser de utilidad.

- Esta bien, lo comprendo pero como ahora tendré que buscar otra opinión no podre darte yo la lección de batería de hoy, así que "gatito" lo dejo en tus manos- indicó el albino para luego salir antes de que alguno de los dos reclamara.

- Ese escritor demente... Le voy a quemar todos sus discos en venganza....- amenazo sin estar realmente enfadado Catiel.

- Deja de quejarte y dame la clase "ga-ti-to"- bromeo el delegado ganándose él ahora una mirada fea.

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Lysandro quería ver a Armin, necesitaba verlo, el pelinegro había estado algo esquivo desde el día de su confesión y eso realmente ponía al albino triste.

"Tal vez confesarme fue un error" pensó decaído.

Caminó un poco más cabizbajo, tanto que sin percatarse chocó con alguien.

- Lo siento- se disculpo el victoriano avergonzado por su descuido.

Al mirar a la persona con quien se había chocado se sorprendió, era un chico tan alto como él, de cabello y ojos intensamente grises, usaba una gabardina y unas botas de cuero negro, poseía facciones agradables a la vista y una presencia arrasadora muy evidente.

El chico hizo una burbuja chiclosa que exploto desde el punto de vista de Lysandro de manera muy brusca, luego volvió a introducir con rapidez la goma de mascar a su boca y sonrió de forma sensual y amistosa.

- No te pongas "Fri-fri", solo fue un ligero choque chaval- dijo finalmente el chico con una voz ronca que por algún motivo puso de los nervios al albino.

- ¿"Fri-fri"?- pregunto el victoriano sin entender.