Corre presurosa hacia la puerta, ha estado esperándo su regreso y al fin, frente a ella se encuentra su amado; ella se acerca y le da un tierno beso en la mejilla, mientras se dibuja una sonrisa en su rostro. Se acerca suavemente y se deja envolver en su cálido regazo, estando allí no puede evitar absorber su aroma. La combinación de su perfume y el aroma propio de su piel. Sin duda es una de las cosas más placenteras para ella.
Su amado es todo lo que había soñado. Es esa sensación de hogar cuando lo tiene cerca. Elizabeth solo podía desear que el tiempo se detuviera en ese precioso momento. Mientras exclama una oración en su mente. -La espera valió la pena.
Mientras trata de disimular su fascinación menciona: -Te extrañe en todo el día . ¿Tienes hambre? - Lo único que quiero ahora comerte a besos, aunque eso que preparaste huele muy bien - le dice su amado mientras la abraza por la espalda y logra besar su cuello.
-Te serviré un poco, espero te guste - menciona algo nerviosa y con expectación.
- Sé que me gustará, lo hizo la mujer que amo. A mi me gusta todo lo que haces - besa su mano.
Una escena con la que Elizabeth soñaba, ser una esposa. Tener a su lado su compañero esperado, el cual nunca se imaginó encontrar; mucho menos merecer. Por mucho tiempo creyó estar pagando una especie de Karma.
Veamos todo lo que tuvo que pasar esta autora antes de ver su sueño cumplido...
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