27. Pánico

20 2 0
                                    

Después de ese acontecimiento, me fui a vivir junto a mi familia a la misma ciudad en la del hermano de mi madre. Le llamaré Rodrigo y a su esposa Ana.
Tenía a mi familia unida al fin, pero había pasado tiempo sin mis hermanos mayores. Así que me rechazaban, creían que yo tenía toda la atención por mi pierna.
Allá estudié en una escuela cristiana, fue un sueño. Estaban las clases normales, pero lo que más amaba era una que se llamaba "doctrina", teníamos un tiempo de alabanza. Siempre estaban animando a un estudiante para que dirija ese tiempo, pero yo nunca me atreví. Me daba pánico estar frente a tanta gente.
Quien si se atrevía era mi media hermana.

Llegó un misionero, nos predicó y habló del bautismo. A escondidas de mi madre fuimos al río y nos bautizamos. Tenía 8 años solamente, fue muy pronto. Porque no había entendido o no había decidido perdonar a mi padre. Ya desde entonces le guardaba rencor y lo culpaba de todo lo malo que me pasaba.
Me eligieron como reina de la escuela, aquí por alguna razón me volví una mentirosa. Inventé muchas cosas sobre mi familia, incluyendo que teníamos mucho dinero.

Es curioso que aunque me aterraba el público, pude dar mi discurso y lo hice muy bien. Pero fue porque mi madre estaba presente. No ví a nadie más que a ella. Y solo así pude hablar.

Siempre había dos voces dentro de mi. Una que me decía que si podía y otra que no.

Me gustaba mucho cantar, tanto que pasaba todo el tiempo escuchando la radio. Grabando las canciones en casette y hasta me grababa cantando. Pero en una ocasión, orando y alabando en casa, escondidas de mi padre. Empecé a sentir algo muy extraño, mientras cantaba mirando al cielo. Empecé a llorar sin explicación. (Ahora sé que sentí la presencia de Dios en medio de la alabanza) Pero al abrir mis ojos Andrés que era muy pequeño se empezó a reír de mi. Y mi madre quizás de la emoción también se rió. Yo lo tomé como algo malo, y decidí nunca más cantar. Nunca más dejar que alguien me escuche, en mi interior había interpretado que lo hacía muy mal.

Ya en el colegio en dos ocasiones intenté participar en concursos de canto. Practicaba muchísimo, aprendí muy bien las canciones. Pero cuando me llamaban para subir al escenario, entraba en pánico. Nunca salía.
Una vez más me repetía, no puedo. Y así en muchas otras ocasiones.

Con la música, con mis opiniones, con lo que me gustaba, con todo. No era capaz de expresarme con libertad. Tenía miedo de ser juzgada o rechazada.

Llegando a la iglesia traje eso conmigo. Pero agradezco que Dios puso personas a mi lado que pudieron ayudarme a lanzarme. A hablar en público aunque mi garganta se secase. Me hacían orar, luego di clase de niños. Luego jóvenes, luego música. Todo el tiempo me estaba desafiando a hacer cosas que me daban pánico.

Aún sigo escuchando esa voz cuando algo nuevo se avecina en mi vida, me hace dudar de mis capacidades. En la universidad, la tesis, nuevos trabajos.
Sigo dudando de mi misma, siempre creo que hay alguien más capacitado que yo.

Pero de alguna manera el Señor no se ha rendido conmigo, se ha asegurado de que calle esa voz. Y me dice: "No temas, yo te ayudo. Estoy contigo, yo te aliento. Yo te enseño. Te diré que decir, eres mi hija"

Aún me tiemblan las piernas cuando me toca estar en frente de muchas personas, aún se me suele secar la garganta. Aún corro al baño a orar para que Dios me ayude. Aún me asustan los cambios, y me quiero sabotear. Diciendo que No, a todo lo que considero un riesgo.
Pero, ahora encuentro paz en él. Le creo cuando me dice que está conmigo, le creo cuando me dice que el me enseña, él me guía.

Si alguna vez tienes la oportunidad de verme frente a un público hablando, cantando, o simplemente pasando al frente. Quiero que sepas que me sigue espantando, pero quién me da seguridad en medio de eso, es el Señor. Que si algo bueno, o diferente ves en mi. Es él, yo no hice nada más que confiar.

Él siempre tiene una forma distinta de enseñar, más que teoría usa la práctica.

Está parte de mi vida me recuerda a algo que ocurrió en la biblia.

LA PESCA MILAGROSA
Lucas 5:1-11 TLA

1. Una vez Jesús estaba a la orilla del Lago de Galilea, y la gente se amontonó alrededor de él para escuchar el mensaje de Dios.
2. Jesús vio dos barcas en la playa. Estaban vacías porque los pescadores estaban lavando sus redes.
3. Una de esas barcas era de Simón Pedro. Jesús subió a ella y le pidió a Pedro que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente.
4. Cuando Jesús terminó de enseñarles, le dijo a Pedro: Lleva la barca a la parte honda del lago, y lanza las redes para pescar.
5. Pedro respondió: Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si tú lo mandas, voy a echar las redes.
6. Hicieron lo que Jesús les dijo, y fueron tantos los pescados que recogieron, que las redes estaban a punto de romperse.
7. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca, para que fueran enseguida a ayudarlos. Eran tantos los pescados que, entre todos, llenaron las dos barcas. Y las barcas estaban a punto de hundirse.
8. Al ver esto, Pedro se arrodilló delante de Jesús y le dijo: ¡Señor, apártate de mí, porque soy un pecador!
9-10. Santiago y Juan que eran hijos de Zebedeo, Pedro y todos los demás, estaban muy asombrados por la pesca tan abundante. Pero Jesús le dijo a Pedro: No tengas miedo. De hoy en adelante, en lugar de pescar peces, voy a enseñarte a ganar seguidores para mí.
11. Los pescadores llevaron las barcas a la orilla, dejaron todo lo que llevaban, se fueron con Jesús.

Si tú eres alguien que piensa que no sirve para nada, o que Dios no va a usar. Solo quiero que sepas que al igual que tú, yo pensaba lo mismo. Pero aún así Él me usó en muchas ocasiones. No hay mayor satisfacción que sentirse útiles. Pero hay mayor gozo cuando eres útil en su obra.
Así que lo que consideres pequeño, será grande. Siempre y cuando lo hagas para el Señor.
Te animo a confiar en él. Te animo a creer en sus palabras. Te animo a creer que si puedes en su nombre.

ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora