Elizabeth

11. Fondo

Con todo lo que pasó con Dan, me culpé. Pensé que me dejó porque había engordando. Enserio lo creí así. Yo era la culpable. Y me deprimí muchísimo. Sentía que ya no valía nada. Él me usó y desechó, esa era mi condición en ese momento.

Conocí a Jhon en facebook, empezamos a chatear. Desde el principio supe que era ateo, así que era conveniente para mí. Yo no quería saber nada de Dios.

Comenzamos a vacilar por el chat y a la semana vino a visitarme, él no vivía en la misma ciudad. Fuimos a una ciudad cercana de dónde vivía, una playa más bien. Yo estaba muerta en vida, así que sabía que le gustaba mucho a este chico. Y solo dejé que hiciera lo que quería. Estaba dolida y quería un consuelo.

Eso fue Jhon para mí. Trabajaba y era independiente, seis años mayor que yo de hecho. El dinero no era problema para él. Alquiló un lugar frente al mar. Estando en la habitación, mi ser interior quería escapar. Pero mi cuerpo se mantuvo inmóvil y pasó lo que tenía que pasar. Que diferencia hacia, Dan ya me había usado. Este chico también solamente quería eso. Me había convencido que solo servía para eso. (No he encontrado a nadie que piense lo contrario)

Sus halagos me hacían sentir bien, por el momento. Pero la soledad seguía invadiendo mi ser completo. Duramos con esa dinámica más de un año. Él viajaba cada semana o cada quince días. Nos íbamos a la playa, alquilaba un lugar y ese mismo día se regresaba en su moto. En actuación me convertí en la mejor, realmente le hice creer que lo amaba. Yo solo no quería estar sola.

El había planificado llevarme a vivir con él, tenía el departamento listo, había comprado todo lo necesario. Realmente este chico estaba loco por mi, tanto que me perdonó que yo chateara con alguien más de una manera inadecuada.

En realidad me sentía una cucaracha para ese punto, le estaba haciendo daño a Jhon. Realmente nunca tuve planes de hacer una vida con él, y dejé que el se enamorara de mi. Me presentó a su madre, lo cual que me había dicho que era importante para él. También me compartió el hecho de que ya había pasado una decepción amorosa y le costó mucho tiempo superar.

Dejé que las cosas llegarán a ese punto, y un día. Estando en un hotel, yo ya no pude más. Me sentí tan vacía que sentía que moría. Le dije que ya no quería hacerlo. Se enojó y me cuestionó que como era posible que le haga eso. No era justo. Le rogué que hiciéramos las cosas bien. Pero no le agradó la idea y un 3 de noviembre del 2012, me dejó.

Pasé llorando por semanas, y no comía nada. No podía perdonarme el hecho de haberlo usado y hacerle creer que lo amaba. Que hiciera tantos planes, que dejé que él se ilusionara. Me comporté igual que Dan.
Y no solo eso, cada vez más sentía que no podía seguir huyendo de la presencia de Dios. Me abrumaba por todos lados. No podía disfrutar de nada de lo que hacía.
Realmente había tocado fondo.

Dejé de comer de la tristeza que me abrumaba, bajé mucho de peso en tan poco tiempo. No podía hablarlo con nadie, mi mamá no se imaginaba la vida tan sucia que estaba llevando. Pero yo ya no aguantaba más y terminé diciéndole. Fue una noche muy oscura, nunca había sentido tanta vergüenza. Le dije todo. Ella lloró conmigo toda la noche me pidió perdón por no haberse dado cuenta de todo lo que yo estaba pasando. Fue la primera vez que podía contarle a alguien como me sentía.
Lastimarla a ella era lo que más me dolía.

Pero mi mamá de tanto pensarlo concluyó que ella me dio confianza y yo la traicioné así que me dio la espalda. Otra vez estaba sola. Y ver qué mi madre no podía verme a la cara lastimaba aún más. Cómo si espadas atravesaran mi pecho.

Pero está vez ya no podía huir de Dios, ya estaba cansada de hacerlo. De pensar que hería a otros, pero que me estaba hiriendo a mi misma. Fue como si una venda cayera de mis ojos. Y pude ver la realidad de mi condición. Necesitaba el perdón de Jhon, y el perdón de mi madre. Así que por primera vez decidí buscar una Iglesia en dónde asistir.