9. Poeta

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Después de esas vacaciones, estaba un poco más extrovertida. No sé si por ocultar lo que me había pasado allá, o simplemente ya no era la misma.

Con Genny y Dan nos hicimos más cercanos,  pasábamos todos los recesos juntos. Teníamos en común el amor por la música, estaba de moda la novela "somos tu y yo", así  que pasábamos cantando todas sus canciones. Era genial pasar con ellos.

Hasta que Dan se empezó a enamorar de mi, y yo lo notaba. Evitaba mirarme a los ojos, se sonrojaba. Yo me burlaba un poco de él por esto. Debo decir que él a mí no me llamaba la atención.

Un día me acompañó camino a casa y se confesó. Me pareció muy tierno porque le sudaban las manos. Así que no le rechacé directamente, solo le di un abrazo. Él bastante nervioso me pidió que no le responda, que lo pensara hasta el siguiente día.
Así lo hice. Pedí consejos y llegué a la conclusión de que lo rechazaría.

Pero sucedió que fuimos a una discoteca con algunos compañeros, y el momento se dió.
Él me miraba de una manera que nunca nadie antes me había visto. Se acercó a mi y teniéndolo tan cerca mi corazón se aceleró, nos terminamos besando.
No sé que me pasó, estaba segura de rechazarlo. Hasta yo terminé sorprendida. Volvió a hacer la pregunta y le dije que sí.

Desde entonces nos hicimos novios, era un boom entre los compañeros y más aún entre los profesores. No podían creer que una de las mejores alumnas estuvieran con alguien tan vago. Se me acercaron varias profesoras, a aconsejarme, pensaban que él me arruinaría. Pero ya había decidido darle una oportunidad.

Cómo quería hacer las cosas bien. Le hablé a mi mamá y papá sobre él. Les pedí permiso para llevarlo a la casa y que nos pudiéramos ver allí. ¡Aceptaron!

Solo que todo cambiaría tan bruscamente, antes de que siquiera lo lleve a casa una sola vez.
Yo era la tesorera del curso y necesitaba un pago de un compañero de manera urgente. Dan se ofreció a hacerme el favor de llevarme el dinero a casa, solo que como no conocía y yo era mala dando direcciones le mencioné un punto de encuentro cerca de mi casa.

Estábamos a la luz del día, había muchas personas alrededor. Pero justo pasó mi papá en el carro de mi tío y nos vieron. Prometo que no estábamos haciendo nada malo, él estaba a dos metros de mi.
Por la cara que puso mi papá, sabía que todo estaría mal.

Aquí entra la cizaña de mi tío, tuve la oportunidad de hacer las cosas bien y de tener una buena relación con mi papá. Pero debido a esto, no se pudo.

Llegando a casa, como de esperarse mi papá me grito y me dijo cosas horribles como que yo estaba parada como una prostituta. Que me veía como una cualquiera y que no me daba permiso para estar con él.
Traté de explicarle, pero no me creyó nada. Finalmente me dijo que si quería estar con él lo haga, pero que no lo llevará a la casa porque lo iba a sacar a patadas.

Era muy bueno para ser verdad, de todas formas a mi nada me va bien. Siempre se arruina todo - me dije.

Empecé a llegar más temprano al colegio para poder conversar y poco a poco los sitios irían variando. En casa de Genny, era el más frecuente porque hacía trabajos grupales con ella.
Piscinas, incluso en la casa de la mamá o del  papá. (estaban separados).
Pero nunca en mi casa, como me hubiese gustado y como debió ser.

Era bastante detallista, me hacía dibujos. Me llenaba de cartas todo el tiempo, me cantaba. Y yo estaba fascinada. El primer mes me regaló un conejito, el cual mantuve oculto en mi habitación.

Cómo tenía más libertad fuera de casa, y mucho tiempo solos. Teníamos acciones no correctas uno con el otro. Intentamos tener relaciones muchas veces y en todas las ocasiones me arrepentía porque sabía que no era correcto.
En ese entonces yo me consideraba una cristiana apartada, pero conocía los principios. Sabía muy bien que era la fornicación, y que a Dios no le agradaba.

ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora